Después del despido por decisión presidencial de Alfonso Prat Gay en el Ministerio de Hacienda y Finanzas y del desdoblamiento de esa cartera, en lo que constituyó la primera gran crisis política del gobierno de Mauricio Macri a poco más de un año de gestión, el Gobierno ratificó que no habrá cambios de fondo en la política económica, pese a sus consecuencias recesivas, inclusive en lo social.
El desdoblamiento en un ministerio de Hacienda a cargo de Nicolás Dujovne y otro de Finanzas encabezado por Luis Caputo, hasta ayer secretario de ese área, supone una mayor atomización en la toma de decisiones económicas y la superconcentración de las mismas en el Presidente, pero también una mayor dureza en el ajuste del gasto público 2017 a tenor del perfil ultraortodoxo de Dujovne.
Las formas con que se presentó públicamente la primera salida de uno de sus ministros, y nada menos que el de Economía, funcionario de confianza de Elisa Carrió, socia fundacional de Cambiemos, apuntaron a reafirmar la autoridad presidencial.
De todos modos, el hecho de que lo encontrara a Macri de vacaciones en Villa La Angostura, a donde lo invitó ayer mismo a almorzar, dio pie a especulaciones en el sentido de que fue Prat Gay quien “le renunció”.
"No habrá cambio de rumbo". Así, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, descartó de plano que el desplazamiento de Prat Gay pueda suponer una política económica distinta, orientada a reducir el déficit fiscal.
La respuesta también había hecho referencia al desplazamiento de la titular de Aerolíneas, Isella Constantini, por su aparente negativa a implementar un fuerte ajuste en la empresa estatal, en medio de una política de desregulación para los vuelos de cabotaje. ¿Será el fin del "gradualismo" del ajuste?
Por el contrario, aunque Peña no lo dijo, pero dada la posición de Dujovne como economista, es esperable que pueda hacerse más duro aún el ajuste fiscal.
Dujovne es partidario de que en el entretanto (entre el ajuste y el despegue), Argentina vuelva a los acuerdos con el FMI (planteó hace poco tomar un préstamo de 25 mil millones de dólares del organismo) en caso de un endurecimiento de las condiciones para tomar deuda en el mercado financiero internacional por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
El FMI podría ser la fuente para financiar el gasto en un año electoral clave para el futuro del proyecto de Macri.
Pasado el mediodía, desde la Casa Rosada, con el Presidente y su familia instados en el exclusivo country Cumelén, en Villa La Angostura, fue el jefe de Gabinete el encargado de hacer el anuncio de una renuncia que se veía venir.
Prat Gay había disentido desde un inicio con la dispersión de las decisiones, que con el desdoblamiento de ayer quedará en atomizada en siete ministerios (Hacienda, Finanzas, Agroindustria, Producción, Energía y Minería, Transporte y Turismo), más el Banco Central y la Administración Federal de Ingresos Públicos.
También durante las últimas semanas había sido relegado de decisiones que hacían a su cargo. Por caso, cuando los gobernadores terminaron de acordar los cambios en Ganancias, Prat Gay quedó en un segundo plano. Su lugar, como había sucedido con el capítulo anterior con la CGT, lo había ocupado el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, quien junto a Gustavo Lopetegui, de igual cargo, integran con Peña el núcleo duro histórico del macrismo.
“Son mis ojos”, dijo Macri hace poco a un gabinete ampliado respecto de los ex CEO del fondo de inversión Pegasus y de LAN.
Al hacer el anuncio, el jefe de Gabinete se empeñó en dejar en claro que la renuncia no la presentó Prat Gay sino que la decidió Macri. “Efectivamente, la renuncia fue pedida por el Presidente. Yo se lo trasmití esta mañana a Alfonso y ahora está yendo a almorzar con el Presidente en Villa La Angostura”.
Negó, por otra parte, que la decisión tuviera que ver con una pelea dentro del Gobierno (“No se trata de internas, se trata de visiones de funcionamiento”); insistió en que no habrá cambio de rumbo de la política económica, y resaltó: “Las políticas nuestras son las que planteamos en la campaña”.
Perfil de los nuevos ministros
Nicolás Dujovn
Un técnico especialista en macroeconomía con experiencia en el sector público. Economista de 49 años, ocupará el ministerio de Hacienda, encargado de mantener la estabilidad de las cuentas públicas y el presupuesto nacional.
Junto a Mario Quintana, coordinador del gabinete económico, se desempeñó en los equipos técnicos de la Fundación Pensar (2014-2015) preparando diagnósticos y propuestas en materia de finanzas públicas.
Estudió en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de California (Estados Unidos). En la función pública pasó por la Secretaría de Hacienda cuando la dirigía Pablo Guidotto entre 1997 y 1998, director de Papel Prensa por parte del Estado y fue representante del Ministerio de Economía en el Banco Central.
En 2001 pasó a la actividad privada como economista jefe del Banco Galicia, donde se desempeñó por diez años. Hace dos años fundó la consultora Dujovne&Asociados, especializada en macroeconomía y asuntos financieros y actualmente es columnista del diario La Nación y en el programa “Odisea Argentina” (TN), de Carlos Pagni.
Luis Caputo
El nuevo titular de Finanzas y hasta ahora a cargo de la secretaría con el mismo nombre, tiene más de 30 años de trayectoria en el mercado financiero y seguramente será recordado por su rol clave en el acuerdo con los holdouts.
Tras 14 años de litigio, su gestión fue clave para que este año el gobierno de Macri consiguiera cerrar finalmente el juicio contra los acreedores en default.
Fue jefe de Trading para Latinoamérica del JP Morgan entre 1994 y 1998, tuvo igual cargo para Europa del Este y Latinoamérica en el Deutsche Bank entre 1998 y 2003 y luego fue presidente de la sede argentina de esta última entidad entre 2003 y 2008.
Hasta antes de asumir como funcionario conducía la administradora de fondos comunes de inversión Axis y, previamente, había sido director de la distribuidora eléctrica Norte SA.
Con 51 años, se recibió de licenciado en Economía en la UBA y fue profesor de Economía y Finanzas en el Posgrado de la UCA. Y es además el primo hermano de Nicolás Caputo, un empresario de la construcción varias veces cuestionado por sus cercanos vínculos al Presidente.