Histriónica como pocas, y con el carisma natural que sólo entiende un apasionado de su profesión, Macarena Fuentes, la mendocina de 26 años oriunda de Rodeo de la Cruz (Guaymallén) atiende desde su casa paterna el llamado de Los Andes.
Su estadía en Mendoza sólo será hasta mañana que vuelva a su segundo hogar en Buenos Aires: las salas de ensayos. La mismas en donde se prepara junto a otros nueve bailarines para estar a punto, de cara a una nueva gira con Violetta en teatro.
Un formato que protagoniza Martina Stoessel (Violetta) y que supo conquistar a una gran cantidad de espectadores a nivel nacional e internacional, desde la serie televisiva de Disney Channel.
El 5 de mayo Violetta hará vibrar al estadio Malvinas Argentinas, y Macarena será parte de esa magia. Estilo Los Andes dialogó con la bailarina, quien desde muy chica tuvo muy en claro adónde deseaba llegar.
“Mi amor por el baile empezó desde muy pequeña. Recuerdo que fui a ver a una prima que hacía aerobics, y que realizaba una muestra. Quedé flasheada y le dije a mi mamá: ‘Quiero bailar como ella’. Era muy chica, y tenía muy claro que la danza y todo lo que implicara movimiento de baile sería mi vocación”, relata con tono feliz.
- ¿Cómo fueron los primeros pasos en la provincia?
- Comencé a bailar jazz con Adriana Guajardo a los 11 años. Estaba en todos los grupos y tomaba la mayor parte de las clases. Estuve allí hasta los 16. Después, como sentí que tenía que crecer un poco más me fui con Rubén Villegas. Permanecí hasta los 22 tomando además clases de clásico con Marta Lértora. Incluso hasta fui a La Coruña...Todo me era poco a la hora de capacitarme en diferentes géneros.
- ¿Y cómo se dio el hecho de irte?
- Había tomado la mayor cantidad de clases y aprendido mucho, y sentía que acá ya había hecho suficiente. Paralelamente conocí a quien sería mi marido, Juan Cruz.
Nos casamos y vivimos tres años en Mendoza, hasta que a él le salió una oportunidad de trabajo en Buenos Aires. Algo que me vino genial porque me dije “bueno, por un año me tomo todas las clases de baile posibles allá y me sigo capacitando”. Fue la felicidad pura, como comer dulce de leche todos los días...
- ¿Cuál fue el primer lugar al que fuiste en Buenos Aires?
- El primer lugar en el que me inscribí fue la Fundación por el Arte, de Julio Boca. Lo hice simplemente porque era lo más nombrado. Anduve por los más diversos lugares para seguir aprendiendo. Me levantaba a las 8 y volvía a las 19. Iba a todos los castings que veía publicados o que me enteraba. No me podía las piernas, pero estaba feliz.
- ¿Apuntabas a algo en especial?
- Yo iba a todos los castings, pero soñaba con entrar a algún producto musical de Disney, porque amo todo lo que proyecta, hasta que se me dio...
- ¿Cómo fue?
- Fui a un primer casting de Violetta en el que se buscaban bailarines para el video clip. Eso fue en el 2012. Me fue bastante bien, y quedé entre las últimas 30 chicas (dentro de los 1000 bailarines que habían ido a audicionar). Eso sirvió para quedar en una primera instancia en una base de datos. Pasarían muchos meses y castings (incluyendo uno de Susana) antes de que me llamaran...
- Hasta que se dio...
- ¡Sí! lo hicieron casi al año para audicionar nuevamente. Pensé que era para otro videoclip de Violetta, así que fui con cero expectativas. Estuve de 9 a 19 pasando por diversas instancias...Fue un calvario porque no conocía a nadie y la espera se me hizo insostenible.
En un momento quedamos sólo diez bailarines y nos dijeron que los que estábamos allí éramos el staff para bailar en el Gran Rex con Violetta durante las funciones invernales... Casi muero de la emoción y de ahí en más ¡cambió mi vida!
-¿Es muy diferente vivir ese mundo en backstage?
- Totalmente. Siempre soñé en saber cómo era el detrás de escena de figuras y musicales que veía del otro lado, y de repente estar allí, era de no creer. Realmente no me entraba tanta felicidad junta.
Como remate luego vino una gira por Latinoamérica y más tarde Europa, con todo ese despliegue increíble del que uno es parte. Se viaja con ocho slepeers (rodados enormes equipados con camas) diez camiones de producción, y 130 personas de equipo fijo. La movida es gigante, te diría de otro mundo.
- ¿Fue complejo coordinar con la vida de casada?
- Yo estaba feliz y lo mejor de todo es que mi marido me apoyaba y me apoya en todo. Sin esa contención, al igual que la de mi familia es muy difícil seguir para adelante, más sabiendo que la carrera de bailarina es pan para hoy, y hambre para mañana. Dan miedo las etapas en las que te quedás sin trabajo o tenés impases.
De ahí que el amor y apoyo de los que te aman es fundamental. De hecho Violetta no fue continuo. Luego hay que volver a audicionar, pero vale la pena.
- ¿Cómo te preparabas?
- El baile clásico es la madre de todo a la hora de tomar clases. Por mi parte soy muy jazzera, pero en Buenos aires se usa más el jazz contemporáneo y aprendí a abrir en este sentido la cabeza para no dejar de aprender porque hay que saber un poco de todo. Para los productos Disney piden mucha fuerza, versatilidad y carisma. Por eso que entrenaba y me capacitarse todo el tiempo con diferentes clases.
- ¿Existe mucha competencia en el mundo de los bailarines?
- Es un universo complicado. De por sí el bailarín es muy competitivo. Me ha pasado en otros momentos que me he encontrado con colegas en castings que nunca de los que nunca me avisaron, y de los que me enteraba de casualidad. Hay de todo, también gente divina con la que hacés grandes amistades.
- ¿Cómo es un día tuyo en Buenos Aires?
Ensayo desde las 10 hasta las 18, y cuando salgo tomo un clase de baile más tranqui, porque quedo muerta. Más al atardecer me voy a correr para mantener la capacidad aeróbica y el estado.
Cuando hay giras es imposible porque hay dobles funciones, y cuando termina la última te suben a los slepeers, te llevan a otra ciudad (en donde tenés el primer día libre), y luego comenzás funciones nuevamente. Por ello es importante mantenerse en forma.
- Te quedás hasta mañana pero el 5 volvés a Mendoza
- Sí vine para ver a mi familia y porque tenía el casamiento de una amiga, pero me voy mañana porque el 14 empezamos los ensayos para Tecnópolis, y el 20 iniciamos la gira por Latinoamérica.
- ¿Cómo te llevás con Martina? (Violetta en la ficción)
- Es lo más sencillo que hay, una laburante más como nosotros que se adapta a lo que le dan. Es muy cálida y tiene mucha frescura y energía con sus 18 añitos.
- ¿Qué sueño te gustaría cumplir?
- Ser bailarina de Ricky Martin...¡me encantaría algún día audicionar para él y poder cumplirlo.
- ¿Qué le dirías a los padres y a las nenas que tienen los mismos sueños que tuviste vos de chica?
- Para llegar a lo que se desea hay que poner corazón, fuerza y cabeza, apuntando sobre todo a ese objetivo, y mostrando toda la fuerza y presencia que se es capaz en cada casting o audición. A los papás les diría que apoyen a sus hijas, aunque no terminen siendo profesionales, ya que el baile hace bien a la cabeza y definitivamente al alma.
Muy cerca
La gira “Violetta Live Internacional Tour”, con la puesta en escena de un equipo de ocho bailarines, músicos en vivo, un renovado set con un gran diseño de iluminación y coreografías de alto impacto, ya recorrrió Europa.
Durante su repertorio, la artista incluirá los hits de sus dos primeras temporadas y algunas canciones de su último disco “Mi Canción”.
Se presentarán en el Malvinas, el 5 de mayo. Los precios de las entradas van desde los 300 pesos hasta los 1200 pesos y se venden a través del sitio de Ticketek.