La policía austriaca sacó este viernes los cadáveres de 71 migrantes, probablemente refugiados sirios, de un camión abandonado en una autopista del este de Austria, un nuevo episodio macabro de la crisis migratoria que afronta Europa.
"Entre esas 71 personas, había 59 hombres, ocho mujeres y cuatro niños, incluida una niña de entre uno o dos años", dijo un portavoz de la policía, Hans Peter Doskozil.
"También había documentación de viaje siria así que, por supuesto, nuestra primera suposición es que esos individuos eran migrantes, y probablemente un grupo de migrantes sirios. Podemos descartar que fueran africanos", precisó en rueda de prensa.
El portavoz del ministerio austriaco del Interior, Alexander Marakovitz, había explicado, horas antes, que había resultado difícil establecer el número de víctimas debido al avanzado estado de descomposición de los cuerpos.
Las autoridades habían dado una primera estimación de entre 20 y 50 muertos, tras el hallazgo del camión el jueves por la mañana.
Doskozil también indicó que tres personas fueron detenidas en Hungría en relación con los hechos. Uno de ellos, supuestamente el propietario del camión abandonado, es un ciudadano búlgaro de origen libanés.
Los otros dos, un búlgaro y una persona con documentación húngara, "son casi seguro los que conducían el vehículo", añadió el portavoz.
Las policías austriaca y húngara habían lanzado una investigación conjunta, tras encontrar el vehículo de 7,5 toneladas inmatriculado en Hungría y con el logotipo de una empresa avícola eslovaca.
Al acercarse al vehículo abandonado, los agentes vieron como salían "fluidos de cuerpos en descomposición" y sintieron un olor pútrido cuando abrieron las puertas. Incluso policías experimentados parecían afectados por la escena, que describieron como la de un "crimen impactante".
Los forenses trabajaron durante toda la noche para extraer los cuerpos del camión.
Las autoridades anunciaron el hallazgo mientras la canciller alemana, Angela Merkel, se disponía a participar en una reunión con los dirigentes de los países de los Balcanes para buscar una salida a la actual crisis migratoria.
'Enormes desafíos'
Lejos de Austria, en el Mediterráneo, el naufragio de un barco que transportaba a unos 300 migrantes frente a las costas de Libia dejó 76 muertos y decenas de desaparecidos el jueves, indicó un portavoz de la Media Luna Roja.
El mismo día, un barco de la guardia costera sueca atracó en Sicilia con 52 cadáveres de migrantes encontrados el miércoles.
"Todos estamos conmocionados por esta terrible noticia", dijo Merkel en Viena tras enterarse del hallazgo del camión. "Es un aviso para que nos pongamos a trabajar para resolver ese problema y mostrar solidaridad".
"Parece que las víctimas eran migrantes víctimas de una operación de tráfico de seres humanos", declaró Janos Lazar, portavoz del primer ministro húngaro Viktor Orban.
Merkel reconoció que los países de los Balcanes se enfrentan a "enormes desafíos", al acoger a decenas de miles de migrantes que están de tránsito hacia países de la Unión Europea.
Macedonia y Serbia, las dos naciones por las que transita el mayor número de migrantes hacia Europa occidental, pidieron en Viena una "respuesta europea" a la crisis.
"Nos enfrentamos (...) a una verdadera migración de pueblos, y Serbia y Macedonia son los países de tránsito" dijo el ministro serbio de Relaciones Exteriores Ivica Dacic.
La "ruta de los Balcanes del Oeste" es el camino que toman miles de sirios o iraquíes que huyen de la guerra, así como albaneses, kosovares o serbios que buscan una vida mejor.
Las escenas de caos se multiplican en los países del este de Europa a medida que miles de migrantes avanzan hacia el continente en autobús, en tren o andando.
En los siete primeros meses de 2015, el número de inmigrantes en las fronteras de la Unión Europea alcanzó los 340.000, contra 123.500 en el mismo período en 2014, según la agencia Frontex encargada de las fronteras exteriores del espacio Schengen.
En el Mediterráneo, más de 2.300 personas perdieron la vida desde inicios de este año intentando llegar a las costas europeas, según un balance establecido a mediados de agosto por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Hungría, miembro de la UE, se ha convertido en el mayor punto de entrada de los migrantes que llegan desde Serbia, y tiene previsto acabar el 31 de agosto una valla de 175 kilómetros de longitud a lo largo de su frontera con ese país para detener el flujo migratorio.