Segura al hablar y con una opinión clara, Luz Martina Mercol Pelandino, Virreina Nacional de la Vendimia 2019 hizo su balance anual tras haber representado a la provincia durante todo un año.
"Estoy muy orgullosa porque pude seguir con mis estudios", comienza diciendo. Cabe recordar que la blonda lavallina estudia Licenciatura en Psicología.
Tan importante es para ella la profesión que eligió que no duda en aclarar que "salir reina no es mi mayor logro, ése va a ser recibirme, ser una profesional". De todas maneras, precisa que su balance es "muy positivo" por todo lo que le permitió aprender y crecer.
No obstante, Luz Martina comenzó su etapa como reina con una mirada idealizada de lo que sería la experiencia y luego descubrió que las cosas eran de una manera distinta a la esperada. "Es un mundo muy diferente a lo que se ve desde afuera, en todo sentido", remarca.
Haciendo uso de sus conocimientos sobre Psicología, explica su situación con estas palabras: "Antes era como un niño cuando mira a sus papás como héroes y después crece y ve que son personas que se pueden equivocar. Eso mismo me pasó a mí".
Con relación a su rol como Virreina Nacional, señala que lo tomó con responsabilidad porque lo vio “como un trabajo” que tuvo que desempeñar.
Mirada crítica
Luz Martina tiene una opinión formada sobre cómo es la fiesta máxima local actualmente, basada en lo vivido y observado a lo largo de este año.
"La Vendimia sufre cambios sociales y culturales, pero también hay muchas fallas y noté que existen cosas negativas", precisa.
En su análisis, considera que esos factores han influido también en la gente. "Me preocupa mucho el punto de vista social que se le está dando a la Vendimia. Veo a la gente descontenta sin el fervor de antes", analiza la soberana.
En sus ojos se nota la mezcla de sentimientos, esa especie de desilusión que describió previamente. Entonces, agrega: "Hay una falta de sentimiento de pertenencia, que la gente se sienta orgullosa de ser parte de este lugar, de las cosas que nos caracterizan".
Parece elegir cuidadosamente sus palabras para asegurarse que se entienda su idea o lo que busca transmitir: "Yo soy mendocina y amo mi fiesta, mi cultura, a Mendoza. Y no siento que la gente lo viva así", concluye.