Luz Cipriota: “El gamer es mucho más que alguien que se sienta a jugar”

Hoy a las 22, por el canal FOX, se estrena la nueva súper producción original, “2091”. Es la primera serie de ciencia ficción filmada en América Latina, que cuenta con un elenco panregional. Aquí, la exclusiva con una de sus protagonistas.

Luz Cipriota: “El gamer es mucho más que alguien que se sienta a jugar”

Estamos en el año 2091. El hombre llevó los recursos del planeta al punto del agotamiento extremo y por ello sus habitantes deben buscar alternativas para sobrevivir.

Pero eso no es todo, ya que junto a la escasez de recursos naturales, el desarrollo tecnológico aisló al ser humano, alejándolo del mundo real al punto de que los juegos virtuales debieron ser prohibidos para preservar la integridad del planeta y su gente.

Sin embargo, pese a la prohibición, un grupo de jugadores expertos integrados por Ferrán (Manolo Cardona), Lila (Angie Cepeda), Lodi (Benjamín Vicuña), Altea (Luz Cipriota), Mefisto (Ludovico Di Santo), Kim (José Restrepo) y Reznik (Jean Paul Leroux) tienen una oportunidad única para cambiar sus vidas: la Corporación Neodimio los convocó clandestinamente para una competencia virtual llamada “Reinicio”. Tan épica como letal, transcurre en la luna de Calisto, lejos de la jurisdicción que prohíbe los juegos virtuales en la Tierra.

La recompensa será el inicio de una nueva vida en Ciudad Destino, un espacio de abundancia y orden lejos del caos y las carencias.

Para que nos cuente más sobre los entretelones de esta  súper producción mainstream, entrevistamos a Luz Cipriota, una de sus protagonistas.

-¿Cuál de todos los atractivos de la serie fue el que te convenció para participar de ella?

- En principio, cuando me dijeron que era ciencia ficción, me pareció súper atractiva. Nunca había hecho ese género y en Argentina no se hace. Que me dijeran que se iba a desarrollar en una nave espacial y que tenía escenas de mucha acción, me pareció sensacional porque venía haciendo otro tipo de trabajos. Y de alguna manera estoy cumpliendo distintos sueños porque en su momento moría por hacer alguna serie de época y en Italia la hice (habla de la miniserie “Tierra Rebelde”).

Allí interpreté a un personaje del 1800. También pude hacer de bombero, de una entrenadora de patín artístico, y hasta hice una película de terror llamada “Naturaleza Muerta” (2014), que abrió el Midnight Galas de Cannes y recorrió el mundo. Pero en este caso era ciencia ficción, y a mí como actriz me generaba mucha curiosidad.

- ¿Podés describir un poco a tu personaje, Altea?

- Es una persona violenta. Ella va al frente y le pone el cuerpo, sin pensar demasiado las cosas. Era policía y lo que tiene es una gran adicción a los videojuegos. Vive sólo por y para eso, lo cual la lleva a un estado de esquizofrenia total que por momentos hace que no distinga si está jugando o en la vida real. Eso la vuelve muy peligrosa y le trae problemas.

- ¿Cómo fue tu preparación para este personaje?

- Una oportunidad y un desafío muy fuerte. Cuando me contaron sobre Altea, me dijeron que era muy atlético; yo tengo un pasado de gimnasta, fui campeona nacional de gimnasia rítmica, entonces todo lo que tiene que ver con la actividad física me encanta.

Eso también lo pude usar para el personaje, ya que tiene muchas escenas de acción. Pero a la vez al momento de diseñar este personaje sentía que necesitaba un cambio de look, sobre todo en el pelo. Porque venía de hacer un rol en un programa juvenil para Disney (habla de “Soy Luna”, donde encarnaba a Tamara). La verdad es que hacía tiempo que estaba esperando un personaje para realizar este cambio radical.

- Dijiste que tuviste muchas escenas de acción, ¿te entrenaste para estar en forma?

- Cuando comencé a pensar en esa policía, supe que con el tema físico tenía que haber un entrenamiento específico para que podamos verla masculina desde muchos sentidos.

Entonces, apenas llegué a Colombia para empezar la preproducción de la serie, me puse a entrenar con un personal trainer todos los días a las cinco de la mañana como rutina. Elegí un entrenador que me tenía cortita y me trataba como si estuviera en el Ejército. Personalmente fue fuerte. Pero no me arrepiento ni un segundo.

- ¿Cómo te llevás con el género en particular? ¿Miraste alguna serie o película para prepararte?

- Para ser sincera, no soy una persona que consuma mucha ciencia ficción. Siempre me pareció un género súper atractivo pero a la hora de elegir qué series o películas mirar no era de mis preferidas.

La verdad es que eso cambió a partir de que decidí hacer este programa porque me metí en un mundo que me parece que es muy amplio. Sí busqué personajes femeninos fuertes y no sólo en ciencia ficción porque quería encontrar la esencia de Altea. Ella tiene muy poco que ver con cualquier personaje que se haya visto.

- ¿Cómo te relacionaste con los demás actores?

- Una de las cosas más lindas que tuve este rodaje fue la gente. Me parece que eso se va a reflejar en la pantalla. Hay actores colombianos, mexicanos, chilenos, argentinos, entonces podía pasar cualquier cosa, pero desde el primer día fue una comunión entre todos. A nivel personal puede pasar o no que haya un buen trato con la gente, y acá pasó y fue maravilloso.

- ¿Tenés algo de gamer?

- De muy chica me encantaba jugar a los videojuegos, nada parecido a los de esta serie. Con mis hermanos teníamos una consola y jugábamos, y después se perdió un poco y eso se retomó con mis sobrinos.

Cuando me ofrecieron a este personaje gamer lo primero que hice fue agarrar una consola, y cuando fuimos a Colombia algunas noches nos dedicábamos a jugar. José Restrepo, que interpreta a Kim, es muy fanático, y él nos traía los juegos, nos explicaba, nos enseñaba a manejar bien el control remoto y a conocer más esta filosofía de vida.

El gamer es mucho más que alguien que se sienta a jugar. Teníamos que tener un lenguaje en particular, fue muy interesante y pudimos meternos en este mundo.

- Algunas escenas las tuviste que rodar en el desierto de Tatacoa, que es un ambiente muy hostil.

- Tuve muchas escenas ahí, bastantes, a decir verdad. Ese lugar es impresionante. Primero vas en avión hasta la ciudad de Neiva y después tenés una hora y media de viaje en auto hasta el desierto.

En ese tiempo pasás por paisajes con una vegetación muy verde, y no podés creer que vaya a haber un desierto en ese lugar. De repente llegás, lo ves y parece de otro planeta. Muchísimo calor, y encima mi vestuario era con pantalones largos negros y estar con las armas y el equipo. A veces nos suministraban suero porque el agua no llegaba a hidratarte lo suficiente. La producción nos cuidó todo el tiempo.

Las jornadas eran largas y uno trataba de diversificar las energías porque había que hacerlo. Haber grabado ahí fue de las cosas más divertidas que hice.

- La serie está ambientada en el futuro pero, ¿retrata algunas de las temáticas actuales?

- De alguna manera hace una crítica a la forma en que tratamos al planeta, y que si seguimos haciéndolo ése puede llegar a ser nuestro futuro. Y no estamos hablando de algo tan lejano como el año 5.000: es el 2091, donde la única ciudad habitable en el mundo es Nueva Manaos, que queda en el desierto -que hoy sería el Amazonas, el pulmón del mundo en la actualidad-.

Hay una crítica al aprovechamiento y a la destrucción que estamos haciendo del planeta. Tengo la esperanza de que tomemos conciencia y no llevemos al mundo a esas instancias. Cuando se vea la serie va a dar mucho para reflexionar.

- ¿Cuánto de Luz tiene Altea?

- Es difícil. Era mucho más fácil responder eso con otros personajes. En general, es el que veo con más distancia de mí pero en esencia tiene eso de que va y le pone el cuerpo, sea como sea, y que eso tiene mucho que ver conmigo. Ella lo hace más sin pensar en las consecuencias, en mi caso no me tiro a la pileta sin ver si hay agua. Pero también no me achico, en el sentido de si estoy convencida de que quiero algo voy a buscarlo y alcanzarlo.

La diferencia es que ella no piensa en el que está al lado, y si tiene que matar a todos los que la rodean para conseguir el objetivo lo va a hacer. Por supuesto que yo, gracias a Dios, no soy así. A mí me gusta seguir mi camino y pienso que así voy cumpliendo paso a paso mis objetivos y mis sueños.

Las dos somos mujeres fuertes, de mucho carácter, que hacemos valer lo que somos. Fue muy divertido ponerme en la psiquis de una persona que vive sólo para ella, y a la que no le importa más nada en el mundo. Me encantó jugar a eso.

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