El jugador de fútbol bareiní Hakeem Ali Al Araibi seguirá detenido al menos dos meses más en Tailandia tras no aceptar su extradición a su país en una audiencia celebrada el lunes en Bangkok.
Hay una campaña internacional en curso para reclamar su regreso a Australia, donde tiene el estatuto de refugiado político. Sin embargo, las autoridades tailandesas aceptaron la semana pasada examinar la demanda de extradición presentada por Baréin, que lo acusa de actividades subversivas, y un tribunal penal tailandés examina el caso.
En la primera audiencia, este lunes, el antiguo internacional no aceptó la extradición.
"Por favor, no me devuelvan a Baréin", imploró, esposado, cuando bajaba del camión que le conducía al tribunal.
El tribunal le dio "un plazo de 60 días" para presentar su defensa y se reunirá de nuevo en abril para que pueda "presentar sus elementos".
Hakeem Al Araibi, de 25 años, fue detenido el 27 de noviembre por los servicios de inmigración tailandeses cuando acababa de llegar a Bangkok con su esposa para disfutar de su luna de miel, ya que sobre él pesaba una orden de detención internacional emitida por las autoridades de su país.
La justicia de Baréin le condenó a diez años de prisión después de ser acusado de haber dañado un puesto policial en 2012, pero él afirma que se encontraba en el extranjero para jugar un partido en el momento en el que se cometió ese presunto delito.
"Es bien sabido que Hakeem sobrevivió a la tortura en Baréin y sus próximos siguen siendo perseguidos", denunció este lunes en un comunicado Amnistía Internacional.
"Es un futbolista, un refugiado, simplemente le tendrían que dejar partir. Seguimos pidiendo al primer ministro tailandés (Prayut Chan-o-cha) que pruebe su indulgencia", declaró el antiguo capitán de la selección australiana Graig Foster, al frente de la campaña de liberación de Al-Araibi, que asistió a la audiencia.
Por su parte, el primer ministro australiano Scott Morrison volvió a reclamar a Tailandia que libere al futbolista bareiní reclamado por Baréin. Morrison, que ya escribió una carta al primer ministro tailandés Prayuth Chan-o-cha en enero, explicó que le envió una segunda misiva tras sentirse "muy afectado" por la imagen de Hakeem al Araibi, un refugiado bareiní y residente australiano, encadenado durante una comparecencia ante el juez el lunes en Bangkok.
"Le he escrito de nuevo porque quedé muy afectado por la aparición de Hakeem en la audiencia el otro día e iba encadenado", dijo Morrison a Sky News Australia el martes por la noche.
En pleno caso, las autoridades deportivas australianas cancelaron dos viajes de sus equipos a Tailandia.