Lula: “Si es necesario seré candidato en 2018, y yo gano”

El líder (71) está primero en intención de voto cuando faltan casi 2 años para los comicios, pese a estar acusado de corrupción y lavado de dinero.

Lula: “Si es necesario seré candidato en 2018, y yo gano”

El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva volvió a considerar ayer una nueva candidatura para las elecciones de 2018, pese a que debe enfrentar pronto varios procesos por acusaciones de corrupción.

“Que se preparen, porque si es necesario, seré candidato a la presidencia”, dijo Lula, dirigido a sus rivales políticos.

“Si yo soy candidato, es para ganar las elecciones de este país”, agregó el ex mandatario durante un encuentro organizado por el Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra en Salvador de Bahía, en el noreste de Brasil.

El ex presidente, ícono del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), debe responder en los próximos meses en cinco casos por acusaciones de corrupción pasiva y lavado de dinero en hechos ocurridos presuntamente durante sus dos mandatos (2003-2010).

La mayoría de procesos están vinculados con el caso conocido como “Lava Jato”, que investiga una trama corrupta en torno a la petrolera estatal Petrobras y que implica a decenas de políticos.

Considerado como el artífice del despegue económico brasileño durante la primera década de 2000, Lula goza aún de gran popularidad entre las clases más pobres. Su partido lo baraja desde hace tiempo para una nueva candidatura presidencial tras la destitución de su sucesora en la presidencia, Dilma Rousseff.

El propio Lula, de 71 años, ha sugerido ya que podría presentarse a los comicios, aunque no lo ha confirmado hasta ahora. El PT perdió el año pasado el poder tras 13 años.

Rousseff fue destituida en agosto en un controvertido juicio político por acusaciones de que su Gobierno ocultó el déficit fiscal. El entonces vicepresidente, el conservador Michel Temer, asumió entonces la presidencia, que ejercerá hasta finales de 2018, cuando venza el segundo mandato para el que Rousseff fue reelegida en 2014.

Por su parte, la ex presidenta también opinó ayer que si su antecesor Lula se presenta como candidato en las presidenciales de 2018 en Brasil, las ganará.

“Yo creo que será importante para Brasil que Lula sea candidato”, dijo Rousseff sobre su mentor político en rueda de prensa en Sevilla (sur de España), donde intervendrá hoy en un seminario contra el capitalismo neoliberal.

“Creo que él ganaría la elección por todo lo que hizo” durante sus mandatos (2003-2010), estimó Rousseff, cuando en medio de un boom económico logró grandes avances sociales en reducción de pobreza y expansión de la educación.

“El primer golpe de Estado fue mi impeachment”, dijo Rousseff, destituida tras un juicio político en agosto, acusada de manipular las cuentas públicas. “El segundo golpe es impedir que Lula sea candidato en 2018”, afirmó. “Perdimos una batalla, pero no significa que perdimos la guerra”, añadió.

Su esposa sufrió un ACV y está internada

La esposa del ex presidente Lula da Silva, Marisa Letícia Rocco, sufrió un derrame cerebral ayer en su domicilio del área metropolitana de San Pablo y fue internada en el hospital Sirio Libanés.

La ex primera dama, de 66 años, fue atendida en la sala de urgencia.

En sus cuentas oficiales en las redes sociales, el equipo del ex presidente Lula publicó un mensaje de ánimo, junto a una foto de ambos.

"Doña Marisa Letícia fue hospitalizada este martes (por ayer). Estamos haciendo mucha fuerza para que se recupere pronto. #FuerzaDoñaMarisa", se puede leer en la breve nota.

Primera dama de Brasil durante los dos mandatos de su esposo (2003-2010), Marisa Leticia y el entonces líder sindical Lula se casaron en 1974, ambos viudos de sus primeros matrimonios. Juntos tuvieron tres hijos y se convirtieron en una de las parejas más populares del país.

Marisa Leticia saltó de nuevo a los medios el año pasado, cuando se destapó la polémica en torno a un departamento tríplex en Guarujá (en el litoral del Estado de San Pablo), que según  una acusación pertenecía a Lula, como retribución por parte de la constructora OAS por servicios prestados por el ex mandatario para la obtención de contratos con Petrobras. AFP

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