Lula regresa a sus raíces para reconquistar Brasil

El ex mandatario inició ayer una caravana por la empobrecida zona noroeste del país, su gran bastión histórico. “Voy a oír a la gente”, dijo.

Lula regresa a sus raíces para reconquistar Brasil

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva inició ayer una caravana por el empobrecido noreste del país, su gran bastión histórico, en un esfuerzo por reinventarse después de la sentencia por corrupción que amenaza sus ambiciones de volver al poder en 2018.

Las elecciones presidenciales no se celebrarán hasta octubre del próximo año y muchos de los potenciales candidatos mantienen todavía perfil bajo. Pero el ícono de la izquierda latinoamericana no tiene tiempo que perder.

A los 71 años, Lula se encuentra en una encrucijada. Condenado a casi diez años de prisión por corrupción, y autorizado a recurrir en libertad, subirá la apuesta por su carisma para luchar por un difícil regreso.

“Voy a hacer este gran viaje para ver las cosas de cerca y oír a la gente”, afirmó en un video publicado este jueves en las redes sociales.

Su travesía por el Nordeste comenzó ayer por la tarde  en Salvador de Bahía, con un viaje en metro hasta las puertas del estadio mundialista Arena Fonte Nova, donde la organización espera que disfrute de su primer encuentro masivo con sus partidarios.

Esta gira de tres semanas con la que recorrerá 28 ciudades es también un retorno a las raíces del exmandatario, quien nació en Pernambuco, en pleno corazón de esta castigada región.

Séptimo hijo de un matrimonio de analfabetos, en estas áridas tierras Lula conoció el hambre antes de que su familia emigrara a la industrial San Pablo cuando él tenía siete años.

Herencia social

Pero el Nordeste es, también, una de las regiones que más se beneficiaron de las ambiciosas políticas sociales de Lula, que contribuyeron a sacar a millones de brasileños de la pobreza durante sus dos mandatos (2003-2010).

Un legado con el que pretende reencontrase ahora durante una gira que incluirá, entre otros, actos en universidades populares creadas por sus gobiernos o una reunión junto a pequeños agricultores para defender políticas sociales que “han sido reducidas o dejadas de lado” por la administración del conservador Michel Temer, adelantó su asesoría de prensa.

“Lula es un candidato que necesita tocar a la gente, abrazar a los niños. La fuerza del contacto físico puede generar imágenes icónicas y fortalecer todavía más su imagen de líder mesiánico”, declaró Paulo Moura, especialista en marketing político.

Con una impresionante tasa de popularidad de 80%, Lula era prácticamente intocable cuando dejó el poder en 2010, mientras Brasil volaba imparable impulsado por el boom de las materias primas.

Pero hoy, el panorama ha cambiado considerablemente.

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