Del deseo desordenado e incontrolable, del placer carnal con la materia, del intenso apetito por crear y vivir en atmósferas imposibles pero también de la amistad, nació "Lujuria visual", la muestra que reúne esculturas en piedra, madera y arcilla del artista mendocino Fernando Rosas junto a los óleos que seleccionó y envió el bahiense Nicolás Guardiola de su período 2016-2018.
Hasta el 19 de abril la exposición está abierta al público en Piazza Casa de Arte, la galería que coordina y que habita su gestor y mentor, Facundo Piazza, en Paso de los Andes 1421 de Ciudad.
"Nicolás Guardiola me invitó hace muchos años a exponer a Buenos Aires a un lugar que administraba junto a otros artistas y que se llamaba El Serpa. Tiempo después me llamó para ser parte de la 'Cofradía Simbolista', el colectivo también integrado por Julián de la Mota, Darío Zana y Mario Calvo", repasa Fernando sobre las experiencias de intercambio que comenzaron en 2014.
La historia siguió con una exposición en el barrio porteño de La Boca y luego con una muestra en el Espacio Contemporáneo de Arte, en Mendoza, que culminó con el incendio del lugar -el 18 de enero de 2017-, y la pérdida de varias obras.
"El año pasado hicimos con la Cofradía una exposición en la Galería Vermeer para romper con la mala leche del ECA y había quedado latente con el maestro Guardiola la posibilidad de exponer juntos en Mandrágora, que luego cerró. Le pregunté a Facundo Piazza, nos abrió el espacio y esta es la catalización de los tropiezos previos", comparte Rosas; quien desde su casa-taller de Bermejo trasladó más de veinte esculturas realizadas en cerámica, madera y piedra, todas inéditas y unidas, mayoritariamente, con la temática de la cama.
Por su parte, Nicolás acercó un conjunto de quince óleos en distintos formatos y sin eje conceptual reinante. De la heterogeneidad propia de su trabajo, eligió las imágenes figurativas que más le agradaron para compartir en Mendoza. "Los temas que abordo son los que me ofrecen la posibilidad de experimentar lo que me interesa plásticamente, para generar la ilusión de un espacio con la inserción de figuras. La atmósfera y la luz me inquietan mucho. Me valgo de situaciones, escenas y personajes, y necesito que la narrativa tenga elementos que me enciendan. Mis obras tienen que ver con lo simbólico, lo esotérico, lo fantástico, lo surreal y lo onírico: otra forma de ordenamiento de la realidad", expresa el pintor.
En sus escenas, especies de fotogramas, algo siempre está por suceder y en esa energía de interrogantes contenidos, lo que habla es lo que no se ve. Para Guardiola el arte, el suyo, no debe dar respuestas sino ser una herramienta para la apertura de la conciencia y la formulación de nuevas preguntas.
"Me interesa el cine, la literatura, y en mi pintura está la música. Están los Beatles, David Bowie, Edgar Allan Poe, Krishnamurti, Tao Te King, Stanley Kubrick, Tarkovski... La ciencia ficción para mí es una fuente de inspiración. Me interesan los pintores del período simbolista y los prerafaelitas, el arte contemporáneo en general, ver arte. Pinto las experiencias que vivo: la pintura es un pensamiento para mí, una forma de sentir y de experimentar. Para mí la pintura es el silencio".
De vuelta en Mendoza y junto a Fernando Rosas, Nicolás se siente feliz de compartir la muestra con su amigo, con quien sostiene un vínculo de admiración mutua y alineado a las experiencias de la infancia que se cuelan, a la magia y la fantasía presente, a la originalidad, la ironía y el humor.
La ficha
"Lujuria visual" puede visitarse hasta el 19 de abril en Piazza Casa de Arte, Paso de los Andes 1421 de Ciudad. Para más información comunicarse al 261-565-0217.