La situación edilicia en la escuela Juan José Paso, de Luján, está dando que hablar desde hace días, luego de que padres y docentes se quejaran por el mal estado de la infraestructura en el establecimiento.
De hecho, la mayoría de los adultos no estaba enviando a sus hijos a clases durante los últimos días porque nadie les garantizaba seguridad, y hasta habían protagonizado reclamos y cortes en calle San Martín por esta realidad.
Dicho panorama derivó ayer en la decisión del área de Infraestructura Escolar de inhabilitar el establecimiento al menos hasta el fin del ciclo lectivo corriente, mientras que la DGE ya se encuentra trabajado en la reubicación de los 380 chicos que asisten a la escuela en ambos turnos.
Las alternativas que están siendo evaluadas por el Gobierno escolar son diversas, como alquilar un edificio o reubicar a los estudiantes en otras escuelas hasta completar el año, o sea por las próximas 4 semanas.
Desde la DGE resaltaron que la idea es que el martes -luego del fin de semana largo- el conflicto esté solucionado y todos los estudiantes tengan garantizado el fin de clases.
El subdirector de Mantenimiento de escuelas del Gobierno, Emilio Pastorino, destacó que la decisión se tomó ayer por la mañana. “Estuvimos reunidos con los padres (el miércoles) pero la situación se modificó a última hora cuando estábamos haciendo las excavaciones para instalar los nuevos caños pluviales. Se encontraron algunos socavones de 4 metros de diámetro por 7 metros de profundidad debajo de lo que estaba delimitado como zona de seguridad para los chicos. Por eso cercamos el lugar y se tomó la decisión de inhabilitar”, dijo el funcionario.
Con respecto a cómo continuará la obra, Pastorino destacó que deberán ahora abrir todo ese sector y ver si se rellena nuevamente el pozo o cómo proceder.
“Es un pozo sencillo. Con un mes de trabajo intenso alcanza para solucionar la situación. De no mediar inconvenientes, el año que viene las clases van a ser con normalidad en la escuela Paso”, sintetizó.
Según afirmaron padres y docentes, la situación se agravó la semana pasada -con la lluvia-, luego de que varios techos se filtraran y se produjera un cortocircuito donde están los cables.
No obstante, quienes asisten a diario al establecimiento destacaron que hace más de 8 meses están con distintos problemas (derrumbe de una mampostería incluido), y -hasta ayer- las obras se estaban ejecutando en paralelo al cursado de los chicos.
El lunes sólo 5 padres enviaron a sus hijos a clases. Y la situación se mantuvo hasta la decisión adoptada ayer.
