No descubrimos la pólvora al decir que Luisana Lopilato es una de las mujeres más hermosas de nuestro país. Su belleza y glamour no son sus únicas cualidades, sino también su frescura, espontaneidad y sencillez. Todas estas características hacen que la gente la adore, testigo de ello es la gran cantidad de seguidores que tiene en las redes sociales. En 2011 se casó y dos años después llegó su hijo Noah, completando uno de los mayores anhelos de la actriz: formar una familia. Luisana está pasando uno de sus mejores momentos en su vida personal, y en lo profesional está buscando un nuevo perfil para su carrera.
-¿Qué recordás de esa época en particular?
-Recuerdo haber vivido mucho esa época con mi hermana mayor Daniela. La seguía y la copiaba en todo lo que hacía. Lo que se muestra en la película: el tema de la radio, el walkman, rebobinar el casete con una birome, ella siempre estaba como loca con todas esas cosas.
-¿Le pediste algún dato o consejo a ella?
-Un poco, sobre todo con el tema del lenguaje. Pero la verdad es que el libro estaba muy bien escrito y todos los tips o palabras que se usaban los tiró Gustavo Taretto, el director. Me sorprendí bastante porque había cosas que ni sabía que se decían en esa época. Palabras o expresiones que ni me acordaba que se dijeran tanto, y eso generó que me cargaran.
-¿Qué es lo que te atrajo para hacer el filme?
-Conocía a Gustavo de su anterior trabajo, “Medianeras” (2011), y quería trabajar con él porque me gustó mucho esa película. Además, me gustaba la historia y las actrices que estaban implicadas en el proyecto. Tenía y tengo muchas ganas de centrar mi carrera en el cine y hacer más películas. Creo que estoy bien encaminada y aprendiendo.
-¿Ves similitudes entre ese grupo de amigas y el que tenés vos?
-Obviamente que está más cuidada la película, en cuanto a lenguaje y tópicos, ¿no? Pero la verdad es que no noté diferencias con mi grupo de amigas. Nosotras hablamos de cada cosa que harían sonrojar a cualquiera. En este en particular, el del filme, me veo reflejada totalmente.
-Lala, tu personaje, ¿qué estaría haciendo en la actualidad?
-Me parece que nunca hubiese vuelto de ese viaje a Cuba y estaría viviendo allá. O tal vez estaría rodeada por esas amigas, como yo. Al grupo que yo tengo, nos conocemos todas desde el jardín de infantes. Me imagino que Lala todavía estaría en contacto con todas ellas. Y seguramente estaría trabajando de pasar música en los boliches.
-¿Qué es lo que te gusta de actuar?
-Es una profesión que realmente adoro y no podría dejar jamás. Me encanta transmitirle diferentes sensaciones a la gente. Me encanta hacerlos reír, hacerlos llorar, generarle emociones. Todo lo que esté relacionado con el mundo de la actuación me llena.
-Estás haciendo trabajos bastante variados.
-Puede ser, es un camino nuevo que quiero descubrir. Me gusta mucho el tiempo que te da el cine para mejorar el personaje, poder estudiarlo y trabajarlo. También tiene la ventaja que se compatibiliza con mi vida personal. Ser madre, como quiero ser, implica que pueda estar las 24 horas para mi hijo. Creo que hacer cine me ayuda porque me tomo tres meses para hacer una película y el resto del año espero para ver si llega alguna propuesta interesante.
-¿No tenés problema en ir a cualquier lado?
La verdad es que no me importa, que sea en donde tenga que ser. Soy actriz y puedo trabajar en todos los lugares en los que me llamen, siempre y cuando haya propuestas que realmente me interesen y me sirvan para mi carrera.
-Hollywood te queda cerca.
-Es cierto, pero no es algo que no me deje dormir a la noche ni es mi meta conquistarlo. Si viene, genial, porque me facilitaría los viajes porque es mucho más cerca y todo lo demás. Pero no iría adónde sea. Estuve, por ejemplo, trabajando en Roma en una serie y viviendo siete meses allá y fue una experiencia que me encantó. Si se abren las puertas en Italia, en España, en Argentina, iría sin problemas mientras pueda trabajar y se me den las posibilidades.
-¿Te vas a dedicar sólo al cine o podrías hacer otra cosa?
-Creo que podría hacer una temporada de teatro de seis meses. Tal vez no en este momento y sí un poquito más adelante. El nene es muy chico y soy una madre muy presente. Es como que ahora no me quiero perder de nada. Por ahora la mejor opción es que vuelque solamente a hacer cine.
-¿Te gustaría trabajar con alguien en especial?
-Hay muchísimos actores o directores con los que me gustaría poder trabajar. Por nombrar a alguno, me encantaría trabajar con Julio Chávez, ya sea como actor o realizador. Otro que me parece muy interesante es Ricardo Darín. Sería muy bueno para mí tener la experiencia de trabajar en una película como las que suelen hacer ellos.
-El año que viene vas a filmar "Los que Aman Odian", con Leonardo Sbaraglia.
-Eso va a ser una experiencia totalmente nueva para mí. Estar en un proyecto así, tan importante, como que me dan muchas ganas de empezar ya. Siento que voy a aprender más, a limarme más en lo que tiene que ver con la cuestión actoral. Está bueno que te llamen y poder formar parte de esas propuestas tan interesantes. En lo personal, que me hayan llamado para hacer “Las Insoladas” y haber podido compartir el trabajo con estas grandes actrices fue sumar mucho.
-La familia es algo muy importante en tu vida.
-Siempre quise ser madre y siempre soñé con casarme joven y tener muchos hijos. Comprobé que no me confundí en mi elección porque amo muchísimo a mi hijo y es un amor que no puedo explicar. Entonces pienso en que no estaba tan errada en querer ser madre porque todavía tengo más amor para dar. No me imaginaba que tenía tanto para darle a una persona.
-¿Cómo es tu relación con tu esposo?
-Es un orgullo para mí. Estar al lado de una persona como él me hace sentir súper orgullosa. Todo lo que le pasa, lo exitoso que es, ver cómo lo quiere la gente y lo idolatra, de alguna manera me agranda más de lo que soy. Estar con Michael me hace sentir más importante.
-¿Cómo es el día ideal con tu familia?
-Dormir los tres juntos es lo mejor. Lo que más disfrutamos los tres, en realidad Mike y yo, es verlo a Noah feliz. Ver los momentos en que sonríe es lo más hermoso del mundo. Es que cuando tenés un hijo lo que hace es lo más importante, más que el hijo de cualquier otro. Como si el de uno hiciera todo mejor. Cuando escuchamos su carcajada nos llena, ya el día está terminado.
