Luego de siete meses en cartel en el teatro Picadero, con cinco funciones semanales, Luis Machín y sus compañeros de “Jugadores” comenzaron una gira por el interior que lo traerá a Mendoza.
“Hace tiempo que no iba a esa ciudad, creo que fui en el 2005 con la obra ‘Ella’ con Patricio Contreras”, dice dudoso al teléfono.
Entre proyectos en la pantalla, estos meses recorrerá diferentes ciudades con la comedia del dramaturgo catalán Pau Miró, con dirección de Nelson Valente e interpretado por Daniel Fanego, Osmar Núñez y Jorge Suárez.
“Desde que estrenamos tuvo una repercusión muy buena. Y con un elenco que no siempre se junta, con gente que tiene un enorme valor humano y artístico. Es un grupo que ha funcionado muy bien, arriba y abajo del escenario. Eso es bueno y se agradece, porque no es tan habitual combinar a actores de esa talla en una obra”, afirma sobre la obra que el jueves llega con tres funciones en San Rafael, San Carlos y el teatro Plaza.
-Se puede decir que son un elenco contemporáneo…
-Sí. Los cuatro actores de esta obra, intentamos mantenernos frescos en nuestra formación, somos un grupo heterogéneo. Además hacemos cine y televisión, pero el teatro hizo mella en nosotros; somos bichos teatrales. Y en ese sentido nos junta y también nos da formas de trabajo abiertas.
En “Jugadores”, un barbero, un enterrador, un actor y un profesor de matemáticas juegan una partida de cartas en un piso antiguo. Es un refugio en el que se aceptan y se permiten todos los fracasos.
El fracaso es la regla, no la excepción. El dinero ha desaparecido, también cualquier posibilidad de éxito personal. A punto de tocar fondo, los personajes deciden arriesgarse.
-Tus personajes siempre sorprenden, ¿notas eso cada vez que terminás de hacerlos?
-Lo noto en el público y lo noto en mí. En ese sentido soy un actor inquieto y me gusta actuar. Yo me crié actuando, desde los 16 años no he parado. Siempre he tenido mucha curiosidad por la composición, por los registros televisivos, en el cine.
Y también me gusta que los personajes me sorprendan elaborándolos. Hay gente que reconoce eso en mí. Y me gusta, porque le dedico mucho tiempo a la actuación, casi los siete días de la semana.
Su última participación en televisión fue en “Educando a Nina”, como un representante de bailante y viejo amor de Mecha (Verónica Llinás).
El actor volverá a filmar diez capítulos. “Con Verónica nos llevamos muy bien en ‘Viudas e hijos de rock and roll’, en un claro registro de comedia”.
-¿Hay algún personaje que marcó un quiebre en tu carrera?
-Hay muchas cosas que hice que son importantes. Más que la creación, tuvo que ver con la formación. Me fui de Rosario a los 24 años y tenía una formación práctica, pasé por el conservatorio, trabajé en teatro, hice giras.
Y cuando me fui a vivir a Buenos Aires tuve un cambio fuerte de formación, porque empecé a estudiar con Ricardo Bartis y hubo un cambio de mirada de la composición, del trabajo colectivo. Eso me marcó mucho.
Después hay personajes en televisión como “Padre coraje” que era muy complejo. También había estado en “Son Amores”, ahí llegó un reconocimiento en la tele. Y en cine, haber trabajado con directores reveladores, “Un oso rojo”, “Felicidades”.
-¿Y el enterrador en "Jugadores"?
Este personaje lo quiero mucho, es entrañable. Es una comedia, pero toma en valor la amistad. Cuatro hombres que tienen el vicio del juego, pero que se encuentran en un período de abstinencia y buscan desesperadamente el dinero para volver a la arena del juego.
Y también me permitió un despliegue hacia el lado de la comedia, que por lo general es un registro que me gusta atravesar.
-Además de la gira y la vuelta a la tele, ¿tenés algún proyecto en cine?
-Estoy en varios proyectos. Estoy trabajando en una película de Camila Poker, que es una realizadora de Buenos Aires que se llama “La muerte de Marga Maier”. También hice “Los últimos”, la ópera prima de Nicolas Puenzo.
También estuve en “Maracaibo”, una película con Mercedes Morán y Jorge Marrale. Y ahora empiezo a filmar “Los padecientes”, la película del libro de Gabriel Rolón, con un personaje complicado; un padre abusador, es un policial. Y probablemente vuelva a incurrir en el género de terror, ya tuve mi debut con “Necrofobia”.
Sobre renuncias y grietas
Con el correr de la charla, se hace inevitable hablar del presente de la cultura, la televisión y su público enfrentamiento con Darío Lopérfido, ex Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.
En junio pasado, ante la acusación del ministro de que Machín formaba parte de la lista del “mayor fraude de la historia audiovisual argentina”, el actor publicó una carta objetando los dichos y marcando un punto de inflexión entre el ministro y la comunidad artística, que derivó en la renuncia del funcionario.
-Luego de la renuncia de Lopérfido, ¿cómo vez la gestión cultural en la actualidad?
-Yo no puedo mirar lo cultural sin pensar en lo social, todo está muy unido. Una cosa es consecuencia de la otra. Cuando uno ve que se han desmantelado planes de salud y educación. Todo esos cambios en lo social, en lo educacional, en la cultura hacen que tenga una visión un poco negra.
La cultura incluye todo. La pelea es cultural, uno quiere un país educado, con una educación pública importante, que las escuelas y la salud tengan recursos. Pero cuando hay un vaciamiento tan grande, el panorama no es muy alentador.
-¿Creés que los medios son partícipes de generar esas diferencias en la sociedad, tanto ideológicas como de pensamiento?
-Sí. A la grieta le encontraron un nombre que pega fuerte. Pero la grieta existió siempre. Son formas de mirar el mundo, de mirar la vida distintas. No está mal que haya una grieta, porque trae discusión y trae acercamiento.
Sí es cierto que uno se aleja del otro, pero no hay que tenerle miedo a la discusión. La grieta se estableció como algo que daba rating. Hablemos de la grieta, los que están a favor de algunas medidas culturales y los que no; los que piensan que tiene que haber cine industrializado y tiene que subsistir un cine donde haya 2 millones de espectadores.
Para mí no, tiene que haber un cine de autor, que recorra los festivales... hay gustos muy amplios. Si todas estas cosas se ponen en discusión, hay tantas grietas como maneras de pensar y ver las realidades. Lo de la grieta es una fórmula que funcionó muy bien para ganar votos. A mí me han marcado como actor subsidiado, como alguien a quien le pagaban para ir a los actos.
Y yo siempre he puesto todo público, si quieren ver mis números, mis contratos. Yo creo que se ha hecho para conveniencia de algunos, les conviene hacerles creer a la gente que uno está pagado para decir algunas cosas. Yo no me siento parte de esa lista negra en la que me han querido poner, yo eso no lo siento.
Trabajo con gente que tenemos diversidad de pensamiento e ideología. Y creo que a la gente la quieren confundir desde los medios y a veces pisan el palito. Claro también creo que hay un límite, si me tratan de ladrón, ese es el límite y lo hice público, con una carta hacia Lopérfido. Porque no voy a permitir que me llamen así.
La ficha
Jugadores
Dirección: Nelson Valente.
Actúan: Daniel Fanego, Luis Machin, Osmar Nuñez y Jorge Suárez.
Funciones: Jueves 18 de agosto, a las 21.30, en el Teatro Roma (Hipólito Irigoyen 280, San Rafael). Viernes 19 de agosto, a las 21.30, en el Teatro Real (San Martin 333, La Consulta. San Carlos). Sábado 20 de agosto, a 21.30, en el teatro Plaza (Colón 27, Godoy Cruz).
Entradas: $350 y $380 (funciones San Rafael y San Carlos). Venta en boletería del teatro. $350, $380 y $400 (teatro Plaza). En boletería del teatro, Musimundo Mendoza (San Martin 1549, Ciudad). Musimundo Godoy Cruz (Shopping Portal de Los Andes, venta telefónica: 476-9100) y www.tuentrada.com