A menos de dos semanas de cumplir 100 días de gestión, el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, comentó cómo trabaja su gestión en torno a la desburocratización del Estado, en cuestiones de productividad y la apertura de mercados internacionales; defendió el uso de agroquímicos en la agricultura a gran escala y aseguró que el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea aportará crecimiento a la Argentina.
También habla de la preocupación de los productores por el avance de la Lobesia botrana. Dice que está estudiando el pedido vitivinícola para que aumente el reintegro a las exportaciones de 6% a 9%. Y señala los avances de Cambiemos para mejorar la competitividad de las economías regionales.
Sobre el bono de 500.000 pesos que le otorgó la Sociedad Rural, su anterior empleadora, y que luego de la polémica pública él devolvió, el funcionario asegura que ese dinero era correcto por su tarea al frente de la entidad. "Fue todo transparente, era sólo un poco más de dos sueldos de los que percibía", dijo en una entrevista en su despacho con Los Andes.
-¿Cómo lleva la gestión pública después de haber estado siempre en el sector privado?
-Estamos trabajando en tres ejes: desburocratización, competitividad y apertura de mercados. Permanentemente estamos eliminando trabas y registros. Hasta ahora bajamos 700 aranceles en el Senasa. Son cosas, en muchos casos, sin sentido que hacen perder tiempo y dinero a los productores y también generan corrupción en los organismos.
-Sectores de la oposición sostienen que el acuerdo Mercosur-Unión Europea va a perjudicar a la industria local.
-Es exactamente al revés. El habernos cerrado durante el kirchnerismo perjudicó no sólo a la producción sino al país. Todavía estamos tratando de revertir el desastre que hizo el Gobierno anterior con la producción. Toda la maraña de trabas burocráticas, el aislamiento y la pelea con el mundo fue perjudicial para la generación de empleo.
-¿Cuáles sectores estima que serán los más beneficiados?
-La Argentina es uno de los actores mundiales más importantes en la producción de alimentos. Hoy producimos diez veces más de lo que necesitamos para alimentar a nuestra población y por lógica necesitamos estar integrados al mundo. Para ello necesitamos acuerdos comerciales que son la contracara del proteccionismo.
-El mundo se está tornando un poco más proteccionista…
-Todos quieren agregar valor y generar empleo. Pero uno tiene que ir y decir 'tenemos alimentos'. Muchos países producen sólo el 30% o el 40% de lo que necesitan para la diaria. Entonces, tener un socio como la Argentina es una cuestión geopolítica. Pero cuando nos dicen que nos comprarán alimentos nos preguntan qué le vamos a comprar nosotros. Porque cuando se hacen acuerdos se trata de que las dos economías se compensen. Y es así. Lo que rinde y hace crecer la economía es el comercio de ida y vuelta.
-¿Cree en que Europa va a aceptar el cupo de 70.000 toneladas de carne que pide el Mercosur?
-Estamos en plena negociación. Lo que debe quedar claro es que no es solamente carne: hay servicios, agricultura, industria, transporte. Lo que sí evaluamos es que necesitamos que sea un entendimiento equilibrado. Nosotros sabemos la competitividad del agro argentino y se está por abrir un mercado de 500 millones de habitantes. Entonces, no tenemos que estar colgados de arco sino empezar a mirar el arco de enfrente. La oportunidad es inmensa.
-Los críticos dicen que solo ganará el agro y que la industria sufrirá por el ingreso de productos con salarios más bajos y costos de producción inferiores.
-Bueno, los salarios europeos son altos. Pero conozco la eficiencia del productor argentino y ese es nuestro fuerte. Además, el Gobierno ha tomado la decisión política de impulsar las mesas de competitividad. Hay que salir del análisis y de la declamación para ir al trabajo técnico con papel y lápiz. Hay que analizar qué producto queremos vender, a qué país, cómo irá empaquetado, a qué precio llega y cuáles son los competidores. Eso es lo que manda.
-¿Cuáles son las materias pendientes para la Argentina para aprovechar ese acuerdo?
-Tenemos que mejorar la logística, el paso por los puertos, el transporte interno, las condiciones de embarque, como ya lo hicimos con el Aeropuerto de Tucumán para la exportación de arándanos. Allí ganamos tiempo precioso para que nuestros arándanos lleguen antes de nuestros competidores al mercado norteamericano. Eso es apasionante.
-Los productores de Mendoza están muy preocupados por la Lobesia botrana. ¿Qué está haciendo el ministerio? ¿Habrá fondos públicos para combatirla este año?
-El año pasado el ministerio aportó 400 millones de pesos y los resultados fueron excelentes. Sea la Lobesia u otra de las grandes luchas sanitarias del país lo va a seguir llevando adelante el ministerio. Lo que sí vamos a empezar a pedir es que se involucren más los privados, van a tener que hacerlo. Y también los gobiernos provinciales, para que pongan el ojo en cada una de las producciones de sus territorios.
-La industria del vino le solicitó que aumente los reintegros para el vino del 6% a 9% ¿Lo hará?
-Se está estudiando. Todo lo que hace a la competitividad lo estamos analizando. Siempre hay límites de acuerdo a la capacidad fiscal. La semana que viene nos reunimos con la Coviar. Me van a invitar para la fiesta de la Vendimia.
-¿Hay posibilidades de que se active el financiamiento para Proviar II?
-Sí. Ya se llevan ejecutados 22 millones de pesos para reconversión de parietal y modernización productiva. Son créditos blandos para 1700 hectáreas en Mendoza y 200 en Catamarca. Y tenemos previsto arrancar en San Juan también.
-En Mendoza hay un incipiente desarrollo ganadero ¿Hay posibilidades de desarrollar la ganadería de forma eficiente más allá de la geografía pampeana?
-Veo las mejores posibilidades. Pero la mejor manera de promover una actividad es abriendo mercados. Entonces, si es rentable y hay posibilidades de poder exportar, atrás de eso crecerán los proyectos. Incluso, para enviar carne de Mendoza a China. Hay ahí un mercado de millones de personas y no tenemos cupo para enviar. Bueno, eso va a beneficiar a toda la ganadería de la Argentina. Tenemos un alto estándar sanitario que seguro podemos mejorar. También debemos trabajar en las cuestiones reproductivas y de productividad. Hay mucho por hacer pero ya sabiendo que habrá canal para colocar los animales una vez que estén listos para la faena.
-¿Y ese aumento exponencial que se puede dar en las exportaciones a Europa y China no a determinar presión alcista sobre los precios internos de la carne?
-No, al revés. Cuanto más carne se exporta más carne queda en el mercado interno de la que nosotros tenemos cultura de comer. Quedó demostrado que cuando se cerraron las exportaciones hubo una liquidación tan grande de hacienda que aumentó la carne, porque faltaba oferta. Entonces tenemos que agrandar el stock. De las tres carnes (bovina, aviar y porcina) estamos comiendo casi 120 kilos por habitante por año, es uno de los niveles más altos del mundo.
-Los productores dicen que las provincias y los municipios no están respondiendo con celeridad al pedido de Nación de bajar la presión impositiva local. ¿Usted cómo lo ve?
-Coincido. La Nación hizo un gran esfuerzo y las provincias y municipios también lo tienen que hacer. Hay que darle competitividad a sus producciones. Pero hay una competencia entre las provincias respecto de las inversiones. Un trabajo de la Agencia Argentina de Inversiones dice que entre diciembre de 2015 y mayo de 2017, Córdoba llevaba recibidos 2.000 millones de dólares en inversiones, Santa Fe más de 1.000, Corrientes 800 y Entre Ríos 20. ¿Cuál es la diferencia? La presión impositiva. Es el mismo inversor nacional el que compara y elige donde poner su dinero según los cambios que observa. Las mismas provincias son las que se van a tener que preocupar para intensificar las inversiones.
-¿Cómo debería zanjarse la cuestión ambiental relacionada con el desarrollo productivo?
-No son contradictorios ni muchísimo menos. En agricultura, la Argentina es un ejemplo mundial en formas de producción amigable con el medio ambiente. Hemos bajado a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero por la instrumentación del sistema de siembra directa.
Por otro lado, la Argentina es ejemplo de sistemas sostenibles de producción desde el punto de vista ambiental, económico y social y ahí, en ese plano, es donde se deben discutir las cosas. Tenemos que ir a lo científico, acá no se puede andar con corazonadas y muchísimo menos asustar a la población, eso está mal y es muy nocivo. Somos muy críticos de aquellos que hablan sin bases científicas.
-Estamos hablando de los agroquímicos…
-En temas de salud hay que ir a lo científico y ser muy específicos. Los productos que la agricultura argentina está usando no sólo tienen mucho menos toxicidad que los que se usaban 15, 20 o 30 años atrás sino que están aprobados por grandes países.
-¿Cuáles son sus explicaciones públicas y para la Justicia respecto de la devolución del "bono" que percibió por su retiro como directivo y socio de la Sociedad Rural?
-El bono fue un reconocimiento a la actuación que tuve como presidente de la Sociedad Rural, que es una entidad privada que tomó una decisión en comisión directiva y se hizo de la manera más transparente. Se emitió un cheque, yo di factura y todo fue antes de que yo asumiera como ministro. Y hay algo concreto: fue por mi actividad pasada, es obvio y evidente que fui cinco años presidente de la SRA. Y el monto equivale solo a un poco más de dos sueldos de los que yo tenía.
-Usted está citado por la Justicia para declarar por un conflicto judicial familiar. ¿Se va a presentar?
-Eso es un conflicto familiar. Es un sucesorio que seguramente no es novedad para, lamentablemente, miles de familias en la Argentina. Como cuestión particular que es, iré a seguir tramitando en la sede que deba toda esta cuestión que se inicia a partir de la muerte de mi padre en el año 2009.
Perfil
Luis Miguel Etchevehere
Abogado graduado en la Universidad Nacional del Litoral, 1986.
Es productor agropecuario en Entre Ríos.
Su vínculo con la Sociedad Rural Argentina (SRA) comenzó en 1993 como delegado zonal.
Posteriormente, fue director de Distrito desde 2008 a 2012, que lo llevó a trabajar gremialmente en la Mesa de Enlace de Entre Ríos. Desde 2012 a 2017, presidió la Sociedad Rural Argentina.
Fue presidente pro témpore de la Argentina en la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur (FARM) desde setiembre de 2014 a setiembre de 2015. Además, ocupó el cargo de director de la Organización Mundial de Agricultores (OMA), siendo elegido vicepresidente en 2017.
En noviembre de 2017 fue nombrado ministro de Agroindustria de la Nación.