El ministro de Finanzas, Luis Caputo, fue elegido esta mañana, por unanimidad, presidente de la Asamblea de Gobernadores del BID, en el marco del Encuentro Anual de esa organización financiera internacional que se lleva a cabo en Mendoza.
"Es un honor que me hayan elegido y a la vez es una gran oportunidad para demostrar nuestro compromiso con el mundo", indicó Caputo tras su designación.
El ministro destacó que se trata de "una gran oportunidad para demostrar nuestro compromiso con el mundo", y agregó que "es indispensable que sigamos pugnando por un crecimiento más sustentable e inclusivo".
"La región latinoamericana tiene un potencial enorme pero el comercio interregional es sólo el 20% de lo que vendemos y compramos en una población de 600 millones de habitantes. Por eso debemos profundizar el comercio entre nuestros países, no sólo en la producción de materia prima sino también con manufacturas de primera calidad", señaló Caputo.
El funcionario también destacó la necesidad de "movilizar recursos privados y no sólo públicos, para aumentar el porcentaje de inversión. Estamos en un momento inmejorable para lograrlo".
"Nuestra meta no es otra que trabajar para mitigar riesgos y maximizar recursos, siempre con el objetivo de reducir la pobreza", concluyó Caputo.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) proyectó que durante el corriente año los países de América Latina registraran un crecimiento promedio de 2%, por encima de la suba de 1% de 2017, al tiempo que calculó que la región requiere inversiones en infraestructura por un monto de U$S 100.000 millones anuales durante las próximas dos décadas para mejorar su performance.
El Jefe de la División de Comercio e Inversiones del BID, Fabrizio Opperti, señaló que en 2017 América Latina "creció más de 1% y para este año los pronósticos son de 2%", por debajo del incremento de 3,9% previsto para la economía a nivel global.
El organismo proyecta además que la región "necesita inversiones, especialmente en infraestructura, dónde tiene una brecha del 5% del producto", por lo cual se "deberían invertir US$ 100.000 millones por año durante los próximos 20 o 30 años para superar esa brecha", graficó Opperti.