Luis Ángel Firpo: el boxeador que marcó una época

La primera entrevista deportiva que hizo Los Andes fue a este púgil emblemático. Transcribimos esta porción de historia.

Luis Ángel Firpo: el boxeador que marcó una época
Luis Ángel Firpo: el boxeador que marcó una época

Fue el 5 de abril de 1927. Ese día, la sección deportiva de Los Andes arrancaba con una charla con el boxeador Luis Ángel Firpo, quien cuatro años atrás se había enfrentado por el Campeonato Mundial de los Pesados con el estadounidense Jack Dempsey. Fue una de las peleas más grandes de todos los tiempos. Aquí, parte de ese documento:

"Desde el match con Spalla, en abril del año pasado, Firpo había desaparecido de los rings, como también se creía, del gimnasio. El citado encuentro se lo conceptuó siempre como la despedida del Toro Salvaje de sus actividades en las luchas del box, ya que el estado con que se presentó aquella vez dió la impresión de que no volvería a lucir las formas que en buena época supo evidenciar.

Firpo es un tipo predestinado para juntar grasa. Un kilo de tallarines que ingiere, es medio kilo de grasa que le desparrama por la formidable humanidad del ex challenger al campeonato mundial. Esta predisposición a la obesidad ha sido siempre el más serio obstáculo con que ha tropezado para adquirir un buen estado de preparación, ante la proximidad de un compromiso en el cuadrado. Le ha costado más de un sacrificio evitar que la balanza le denuncie un aumento sensible de su peso, y como Luis Angel es poco amigo de los sacrificios, o mejor dicho, de abocarse a un entrenamiento riguroso, de ahí que pocas posibilidades se le daban ante un posible regreso al mundo de los guantes.
Versiones circulantes entre la gente de ring adentro, daban como seguro que el toro se estaba entrenando desde hacía algunas semanas, con el objeto de volver a calzar los guantes. Había entonces que entrevistarlo...

Allá por calle Santa Fe, en un garage a la altura del 1500, lo encontré al toro, metido entre una punta de autos, discutiendo precios y fijando fecha con unos cuantos clientes.

Con esa cachaza enorme de serrano, se movía lentamente por el garage. Me daba la impresión de que estaba tratando de la venta de una partida de vacunos, antes que la de un 'Stutz' 8 vertical. Tal era la paciencia y calma propia de un estanciero, con que Firpo acostumbra a manejar los negocios que tiene entre sus manos.
Una vez que pudieron dejarle libre algunos clientes, se me vino encima.

-Deseo saber qué hay de cierto sobre su anunciado regreso al ring- le dije como primera entrada, mientras trataba de olfatearlo- Creía, por lo menos, sentir el clásico olor a salicilato, denunciante muy evidente de si el hombre ha andado otra vez en el gimnasio; pero nada de eso encontré. Fué hasta cierto punto una decepción, pues lo invadía un olor a nafta penetrante. Nafta nomás... pura nafta.

Con la pasmosa calma de siempre, me contestó:

-Sí, pienso volver a pelear a fin de año. Hace algunas semanas que inició un entrenamiento algo riguroso y pude comprobar, hasta ahora que vuelvo paulatinamente a adquirir mi estado anterior. Cuando empecé mi trabajo pesaba 116 kilos; ahora peso 110 solamente. Tengo confianza absoluta de que en un término de cuatro meses estaré en un peso de cien kilos, que puedo conceptuar mi peso de combate.

-Digamos, Firpo, ¿quiénes le secundan en su trainig?

-Por ahora lo tengo a Ferdinando Priano, con quien hago los trabajos principales. También concurren otros boxeadores, pero como no hago mucho guante, no son tan necesarios por lo pronto. 
Siempre he tenido poca confianza en que, una de las más cotizadas figuras del box mundial pudiera lucir nuevamente las condiciones que lo llevaron frente a Dempsey, cuando éste tenía el título de campeón. A Firpo no tuve reparo en decírselo:

-Vea, hace tiempo que se viene comentando su posible regreso, pero estos comentarios no pasaron de tales, pues, como digo, no se cree que usted tenga bastante fuerza de voluntad para llevarlo a cabo. Se ha visto que para usted supone todo un sacrificio y una total dedicación a los duros trabajos a que debe someterse y esto se lo considera muy difícil.

- No lo creo- me dice Firpo- Estoy en condiciones de afirmar de que en el término de cuatro meses estaré en mi peso de pelea. Con esto quedo moralmente comprometido a cumplirlo y lo haré.

-¿....?

-Victorio Campolo será mi adversario si vence a Herminio Spalla en el próximo match".
Firpo volvió al ring recién en 1936. Se retiró definitivamente ese año al perder por abandono con el chileno Arturo Godoy.

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