Las versiones indicaban que él era uno de los elegidos. El gobernador Francisco Pérez había dicho días atrás que "después de que se apruebe el presupuesto" habría cambios en su gabinete y casi nadie dudaba de que Carlos Aranda estaría entre los que dejarían su cargo.
Sin embargo, los hechos se precipitaron tras la protesta policial de la última semana y en la tarde de ayer, el ahora ex ministro de Seguridad presentó su renuncia "indeclinable", la que fue aceptada de inmediato, confirmando de alguna manera, que más allá de que los tiempos se acortaron, la decisión estaba tomada.
"Comunico que el Dr. Carlos Aranda en la tarde de hoy me presentó la renuncia a su cargo como ministro de Seguridad. La misma fue aceptada", dijo vía Twitter el gobernador, y minutos más tarde avisó que hoy dará a conocer el nombre de quién ocupará ese cargo de ahora en más.
Ésa es precisamente la incógnita por estas horas, ya que la de Aranda parecía, al menos hasta antes de las elecciones de octubre, una de las figuras inamovibles.
De hecho, el Gobernador lo había confirmado en su puesto después de uno de los hechos delictivos más resonantes del año, el asesinato del médico Sebastián Prado.
Un acto de despedida
Luego de dimitir, pero antes de abandonar definitivamente el ministerio, Aranda estuvo en un acto de reconocimiento a dirigentes sociales y policías que terminó transformándose en su propia despedida de la función.
Allí hizo una especie de balance de su gestión, sobre todo desde el punto de vista político. "Queda un equipo cohesionado y una policía integrada a la comunidad y reconocida por ésta", dijo Aranda a los integrantes de la fuerza.
También quiso mostrar el éxito de las últimas diligencias que debió llevar a cabo, junto a Pérez y al vicegobernador Carlos Ciurca, para solucionar el conflicto salarial que tuvo en vilo a la sociedad mendocina, y quiso diferenciar a los policías locales de los de otras provincias donde sí hubo estallidos.
"En Tucumán los policías tienen problemas para subir al micro o al comprar en un negocio; esto no pasa en Mendoza", lanzó.
En lo referido a su futuro, en tanto, Aranda no dio demasiados detalles, pero sí aseguró que continuará en la política desde su partido "para seguir transformando la realidad".
Sobre esto hay quienes aseguran que la carrera del ex ministro puede estar focalizada en una candidatura para 2015. Y algunos arriesgan que ese foco puede estar puesto en la intendencia de la Capital.
El ministro que viene
Si nombrar un ministro, cualquiera sea su área, no es tarea fácil de concretar, las dificultades para elegir un nuevo jefe de Seguridad pueden ser mayores.
Se trata de un ámbito de tensión permanente, con alto nivel de conflictividad y cuyo conductor debe estar "al pie del cañón" todo el tiempo.
Esa fue una de las principales razones que permitió justificar la continuidad de Aranda en estos últimos cuatro años al frente del Ministerio. "Está claro que estoy aquí porque no hay otro que haga este trabajo", confesó tiempo atrás.
Y esa es una de las razones por las que encontrar a un reemplazante no es fácil. Los rumores indican que "hace meses que se busca a alguien" para ocupar el cargo, pero la mayoría de los consultados "no quiere agarrar", dicen las mismas fuentes.
Pero a los requisitos técnicos y profesionales se le debe agregar el rasgo de sociabilidad, dado que "debe estar en sintonía" con los policías. Algo que también garantizaba Aranda.
Y también está el aspecto político. Es que internamente en el PJ se sabe que el área de Seguridad, desde que Carlos Ciurca ocupó el cargo durante la gobernación de Celso Jaque, se transformó en su bastión político interno y todos dicen por lo bajo que "se le respetará el espacio".
Por lo tanto es casi seguro que quien anuncie Pérez hoy, después de las 11, será un hombre de La Corriente.
Luego del reclamo policial, se fue el ministro Aranda
El titular de Seguridad presentó ayer la renuncia. Su salida estaba prevista, pero la crisis salarial adelantó los tiempos. Hoy anuncian su sucesor.
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