El 6 de diciembre de 2016, Viviana Liz Luna (aún tenía 46 años) fue vista por última vez por su hija, Yanina Julián (24), quien vivía con ella en la Villa de Potrerillos. Un día después, la mujer -que cumplía 47 años el 31 de julio de 2017- salió con destino a una entrevista laboral; y desde entonces no hay ningún dato certero ni pistas sobre ella.
A tres años y poco más de un mes de la última vez en que se tuvo noticias de la mujer, el Ministerio de Seguridad de Mendoza ofreció una recompensa de 200.000 pesos para quien aporte "datos certeros" sobre el paradero de la mujer.
"La mujer mide un metro setenta de estatura, tiene pelo corto rubio teñido, tez blanca, ojos color café y la última vez que fue vista vestía un pantalón de jean negro, campera oscura y zapatillas de color blanco", destaca el aviso de Seguridad, donde también se aclara que el pago de la recompensa quedará supeditada a la calidad de los datos que den con la aparición de la mujer.
Misterio
El martes 6 de diciembre del 2016, su hija Yanina habló por última vez con su mamá. Viviana vivía con su primogénita y la familia de la joven en Potrerillos, mientras que el ex esposo de la mujer y el resto de la familia viven en la localidad de El Salto (también en ese distrito cordillerano).
"Estuve con ella el día antes de que fuera a la entrevista de trabajo y no noté nada extraño; se la vio siempre bien", resumió Yanina sobre los últimos instantes compartidos con su madre en una nota a Los Andes en septiembre de 2017.
Lo que vino después ya es sabido y se convirtió en una triste noticia: el 7 de diciembre Viviana salió con dirección a la mencionada reunión en un complejo de cabañas -acompañada por uno de sus hijos-, y nunca regresó a la vivienda.
Lo último que se supo es que Luna ingresó a un quiosco a comprar una gaseosa, y desde ese momento no hay pistas certeras sobre el paradero de la mujer.
A lo largo de la investigación, el abogado de la familia Luna, Fernando Peñaloza reclamó en reiteradas oportunidades celeridad en la causa y respuestas. El principal reclamo del abogado radica en la falta de una -o unas- hipótesis firme en la investigación.
"La posibilidad de que esté viva se torna muy remota, creo que la idea puede pasar por otro lado", advirtió Peñaloza en los días previos al tercer aniversario de la desaparición. E indicó que a partir de marzo sería posible elevar el caso a una instancia superior, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos.