Los presuntos maltratos que recibió la niña Luciana Rodríguez (3) fueron nuevamente datados: según un forense, entre las múltiples cicatrices que presentaba el cuerpo, las más antiguas corresponden a algunas heridas que se produjeron, por lo menos, tres semanas antes del fallecimiento de la menor. El martes serán los alegatos.
"Las cicatrices de las quemaduras de cigarrillos pueden haber sido realizadas 3 o 4 semanas antes (de la muerte) porque son bien blancas", dijo el forense Eduardo Berthés.
El nuevo dato aportado ayer cuando, en la Séptima Cámara del Crimen, se reanudó el juicio contra la madre de la nena, Rita Rodríguez (24), y el padrastro, Jorge Orellano (37), permite sostener una de las posiciones impulsadas por la querellante Graciela Cola.
Hace 15 días, el debate se suspendió cuando las fiscales Susana García y Daniela Chaler ampliaron la acusación, sumando al agravamiento de alevosía el de ensañamiento para ambos acusados. Cola se sumó al pedido y fue por más: solicitó que se juzgue a Orellano por la figura de femicidio.
En esa ocasión, Cola sostuvo que los maltratos hacia la menor comenzaron a mediados de diciembre de 2013, es decir mucho antes del homicidio ocurrido el 7 de enero de 2014.
Esta interpretación que hizo suspender el juicio a pedido de los defensores, ayer fue sostenida por el forense Eduardo Berthés, quien dijo que el cuerpo de Luciana presentaba algunas cicatrices. Y para que una lesión se transforme en cicatriz deben pasar al menos tres semanas.
El médico también dató las lesiones que presentaba el cadáver, explicando que por su coloración se podían establecer hematomas que se habían producido desde 14 días hasta una hora antes del deceso.
Causas del fallecimiento
Berthés también se refirió a los golpes que pudieron haber matado a Luciana. Para el especialista, la causa de muerte pudo haber sido alguna de las dos lesiones más graves que la niña presentaba, o por ambas a la vez. Luego señaló tanto el golpe que le provocó graves daños en la zona renal y hepática (con desgarros y sangrado) como la hemorragia subdural que le produjo un golpe en la región parietooccipital.
"Hay lesiones antiguas, de distintos estadios evolutivos. Hay golpes recientes y también de 2 semanas. La causa de muerte pudo ser el golpe en la cabeza o en la zona renal y hepática, o los dos a la vez", sostuvo Berthés.
Por último, el médico explicó que si bien la hora del fallecimiento se documentó a las 22 del 7 de enero de 2014, el deceso pudo haberse producido algunas horas antes, fijando como último horario las 17.
Ayer también declararon otros testigos propuestos por las partes que, en general, no aportaron datos de relevancia en relación al caso. Con algunos testimonios se buscó aliviar la situación de los sospechosos a través de pericias de alcoholemia o de amistades de Rita que sostuvieron que el día del crimen la mujer no estuvo en su casa.
El debate continuará el martes próximo, cuando se realicen los alegatos.
Un crimen conmovedor
Los acusados llegaron a juicio con severas imputaciones, por las que arriesgan prisión perpetua. El padrastro de Luciana está acusado por homicidio agravado por alevosía mientras que la madre por homicidio agravado por el vínculo.
El crimen ocurrió el 7 de enero del año pasado. Ese día, Orellano salió de la casa en la que vivía, en Entre Ríos al 300 de Ciudad, y se dirigió a la clínica Santa María, ubicada a una cuadra. En sus brazos llevaba a Luciana, a quien abandonó en un consultorio. Allí, los médicos descubrieron que la niña estaba muerta por lo que avisaron a la Policía.
Rápidamente los investigadores detuvieron a Rita, quien dijo que no estaba al tanto de la situación. La madre de la niña fue llevada a la clínica por orden de la fiscal Daniela Chaler para que reconociera el cadáver. Luego fue detenida, lo mismo que su pareja, quien se encontraba en la casa familiar, que usurpaban desde hacía unos meses.