Lucía apostó al cambio. Prolijamente guardó por un tiempo su camiseta, sus botines y el palo de hockey. Desde enero, está abocada a sus tareas de Vendimia y entusiasmada con esta etapa que la muestra “más producida”, dice.
“En la familia ninguno esperaba mi decisión. Es más, mi hermano Nicolás (26) hacía bromas con el tema porque no me creía”, dice Lucía González Casale, elegida Reina de Luján de Cuyo al término de la fiesta vendimial.
La joven que representó a Las Compuertas juega al hockey desde los 4 años, siempre fiel al club de sus amores, Los Tordos. También formó parte del seleccionado nacional y vivió la experiencia de obtener un título de campeona en un torneo Sudamericano. En 2011 fue convocada por un club italiano -CUS Catania- para formar parte de sus filas y hasta fue tentada con una propuesta que la incluía entre las jugadoras del seleccionado de ese país.
Sin embargo, regresó a la provincia por nuevos objetivos y parte de ellos están casi cumplidos. Terminó la carrera de enología en diciembre, que cursó disciplinadamente en la universidad Juan A. Maza y, mientras realizaba sus pasantías en una bodega, sintió la necesidad de conjugar sus conocimientos académicos y su pasión por la cultura del vino.
“Este fue mi objetivo inicial: combinar lo que aprendí en la facultad y lo que siento muy ligado al trabajo de mi familia en la finca de mis abuelos. Luego me anoté para representar a mi distrito porque tengo 23 años y estoy sobre el límite de la edad para hacer posible uno de mis sueños. La verdad es que no sabía que tenía esta faceta y la estoy disfrutando muchísimo”, confiesa la soberana.
En esta nueva etapa destaca los valores del deporte, los cuales cree que asimilará para su reinado. “El hockey me enseñó a disfrutar los triunfos y también a perder y mucho; no hablo sólo de la derrota en un partido. En estos espacios son fundamentales la contención del equipo, la disciplina y la pasión que uno pone a las cosas”, confiesa.
Lucía y el vino
“En el caso de ser Reina Nacional me gustaría ser una verdadera embajadora del vino", dice tajante la flamante soberana de Luján.
Destaca que Mendoza es un sinónimo de enología en la región y que la producción es reconocida a nivel internacional. Siente que tiene un largo camino por recorrer en materia de vitivinicultura y la aproximación a la elaboración de esta bebida fue de mucha ayuda. Sin embargo, ella está involucrada sentimentalmente con la actividad y se reconoce en el trabajo que realizaron tres generaciones de su familia en una finca que actualmente tiene 90 años en el departamento.
Su amor por la elaboración del vino es parte de esa herencia y es lo que la estimula a pasar gran parte de sus días en esa propiedad. “No tiene precio abrir las ventanas y encontrar ese paisaje de montañas y viñedos”, apunta.
A lo largo de los años de facultad encontró referentes que le inculcaron una mirada distinta sobre la enología. “Tuve dos profesoras a las que admiro, Carla Aruani y Alejandra Lozano. Son mujeres con amplios conocimientos en el rubro y tienen la humildad de transmitirlos a sus alumnos", confiesa la joven alteza.
Si bien la enología es una disciplina con gran presencia masculina, Lucía está convencida de que podrá encontrar el espacio necesario para poder desarrollar sus potencialidades como profesional y hasta cumplir su propósito de hacer su propio vino.
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