Lucas Romero: “Al Gobierno no le conviene ahora la elección primaria”

El consultor y analista político explica en esta entrevista con Los Andes por qué la polarización electoral es inevitable.

Lucas Romero: “Al Gobierno no le conviene ahora la elección primaria”
Lucas Romero: “Al Gobierno no le conviene ahora la elección primaria”

Lucas Romero es analista político. Director de la consultora Synopsis, estuvo en Mendoza dando una conferencia en el auditorio Adolfo Calle. Allí dialogó con Los Andes sobre el particular escenario electoral que vive la Argentina, donde a casi un mes de las PASO se profundiza la polarización entre las fórmulas que encabezan Mauricio Macri y Alberto Fernández.

-¿Son necesarias las elecciones primarias?

-Quizás no es el tiempo para discutirlo pero sí puedo interpretar por qué al Gobierno no le convienen ahora. Hace tres meses, creía que las primarias podían funcionar como una instancia donde el electorado se informara de cada una de las alternativas electorales y pudiera aprovechar esa instancia de reordenamiento para encolumnar a todo el voto que tiene algún sentimiento refractario hacia el regreso del kirchnerismo. Pero el escenario se ha venido polarizando. Desde el punto de vista hidráulico, la cota de apoyo electoral ha ido subiendo y provocado que la regla del 45% pudiera entrar en juego, es decir la posibilidad de que alguien gane en primera vuelta. Bajo esas circunstancia, si el Gobierno -como los números indican- se encamina a una derrota en la primaria, podría enfrentar el riesgo de que el envión que consiguiera la fórmula opositora en la primaria lo empujara definitivamente a una victoria en la general. Por eso al gobierno no le conviene ahora la primaria.

-¿Entonces el radicalismo no se cortó solo al proponer suspenderlas? ¿Hubo un guiño del gobierno al proyecto de Cornejo?

-Puede haber una interpretación local, que Cornejo no quiera enfrentar un escenario adverso en la primaria previo a la elección local (del 29 de setiembre), pero si bien era difícil que esto prosperara por los tiempos, podríamos decir que el gobierno estaría a favor de suspenderlas.

-¿La polarización a esta altura es inevitable?

-Sí. Ha habido en el escenario lo que yo llamo una “balotajización” de la escena electoral, los propios actores se comportaron como si estuviéramos transitando el camino a un balotaje, como si las opciones fueran dos. Esta “balotajización” que se vio en la oferta electoral se está reproduciendo en la demanda electoral. Cuando medíamos la intención de voto de Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner en abril, la suma de ambos nos daba 64 puntos; en mayo nos daba 68; en junio nos da 74. Los dos últimos meses creció diez puntos la intención de voto sobre esos espacios; es decir que se ha producido una migración de votantes del centro, que quizás estaban a la expectativa que se produjera una opción distinta y que frente al desencanto terminan inclinándose hacia esos dos espacios.

-¿Es lo que hizo fracasar a Alternativa Federal?

-Sí. Quizás la gran pregunta después del cierre de candidaturas sea qué tanto premiará el electorado la coherencia de esos actores que quedaron en el centro. Y que terminaron conformando una única oferta: no va a haber primarias. Creo que de la capacidad que tenga esa oferta de retener ese voto que buscaba una alternativa distinta a Macri y a Cristina será clave para saber si este proceso se define en primera vuelta o en balotaje.

-¿Ofertas como la de Lavagna-Urtubey no tienen espacio en esta contienda?

-La intención de voto que se venía registrando en esos candidatos del centro ha venido cayendo desde principios de año. En ese momento, si uno sumaba la intención de voto de Lavagna, Massa y Urtubey, daba 24; en mayo esa suma nos daba 20; en junio nos dio 14. Es decir, fue perdiendo potencia porque esos electores vieron que esa oferta no aparecía y empezaron a migrar hacia los dos polos dominantes que van a definir la elección.

-¿Cristina y Macri influyeron tanto como se dice en el cierre de listas?

-Creo que tuvieron una incidencia determinante. Pero quizás, más importante aún, la opinión publica interpretó que efectivamente tuvieron un protagonismo decisivo. ¿Y por qué digo que interpretó la opinión pública? Porque en definitiva el desafío para Alberto Fernández es tratar de darle más tiempo a discutir sobre política económica que a tratar de explicar qué es lo que él no es. Eso nos está marcando que gran parte de la opinión pública interpreta que el poder real en esa fórmula está en Cristina. Y eso es lo que Alberto Fernández no quiere que suceda, por eso intenta presentar esta fórmula como una distinta, ampliada, no con un perfil kirchnerista.

-La estrategia de la fórmula F-F, ¿va seguir la línea que tiene hasta ahora: él solo y ella con apariciones fugaces presentando su libro?

-La permanencia de Cristina en la fórmula tiene un sentido estratégico para la campaña que es conservar el voto que ella tenía, que está por encima del 30%. Probablemente Alberto Fernández tenga como objetivo estratégico tratar de sumar adhesiones a ese núcleo duro de apoyo a Cristina, por eso la estrategia de campañas separadas.

-¿Pichetto le sumó algo a Macri en términos de intención de voto?

-En términos electorales no, sí es un elemento simbólico. El gobierno había cometido un error estratégico cuando empezó a plantear en la discusión pública que los problemas de Argentina eran consecuencia de 70 años de dominio peronista. Eso empezó a favorecer una interpretación electoral en la gente de que lo que se estaba discutiendo era peronismo o antiperonismo. Entonces Pichetto logró desactivar un poco ese escenario negativo que se estaba presentando. En este contexto económico social, pretender desde una opción no peronista confrontar contra todo el peronismo unido hubiera sido suicida.

-Entonces el gobierno eligió peronizarse para ganarle al peronismo.

-Un poco sí: si no puedo dividir al peronismo, me traigo al peronismo adentro. Y eso lo ayuda desde el punto de vista simbólico a tratar de transmitir este mensaje, que es el eje de la campaña del gobierno: lo que se va a discutir acá es populismo sí o populismo no. La incorporación de Pichetto logra desincentivar en la gente que lo que se estaba discutiendo era peronismo o antiperonismo.

-¿Por qué creció Macri en los últimas mediciones?

-Viene creciendo en mayo y junio. Hubo mejora en la imagen positiva, una caída en la imagen negativa, una mejora en intención de voto…   y vienen también mejorando las expectativas sobre el futuro. Ahí debo hacer una aclaración que me parece pertinente: estamos viendo que está mejorando mucho la expectativa entre los votantes opositores, por eso para la mayoría de las consultoras se está viendo una situación muy rara de explicar, que es que están comenzando a prevalecer los que ven con optimismo el futuro. Y en realidad lo que está pasando es que está jugando la expectativa electoral: los que apoyan al gobierno creen que el gobierno va a ganar y que las cosas van a mejorar; los que apoyan a una opción opositora creen que va a ganar y que la situación va a mejorar.

-Hay un doble optimismo…

-...(sonríe)... Finalmente, la grieta se terminó de desandar en términos de expectativas.

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