Si bien no es el único aspirante a la intendencia godoicruceña desde el FpV, Lucas Ilardo, el líder de La Cámpora en Mendoza, tiene el más fuerte apoyo del justicialismo local y nacional, y de las agrupaciones adherentes, para pelearle al radical Tadeo García Zalazar el cargo que todavía ostenta el gobernador electo Alfredo Cornejo.
Impetuoso, convencido de que todo proyecto, por más local que sea, “es nacional” -razón por la cual no deja ni un segundo de reivindicar al kirchnerismo-, y decidido de lleno a levantar su perfil mediático, este joven militante de 32 años, de escasa trayectoria partidaria, pero rápido ascenso político, responde de todo lo que pocas veces se le pudo preguntar.
-¿Por qué ir por la intendencia del radical más exitoso?
-Hay mucho por hacer que el radicalismo no quiere hacer, porque entiende que a los vecinos les conforma el alumbrado, el barrido y la limpieza. Esa tarea es importante, se hace bien en las zonas centrales, pero falla en zonas periféricas, en el oeste y el este. Además, los vecinos tienen nuevas demandas de las cuales el municipio no quiere hacerse cargo y nosotros sí.
-¿Cuáles?
-Seguridad, salud, modernización, transformar a Godoy Cruz en un municipio inteligente. La visión radical es que eso le corresponde al gobernador. Yo no quiero echarle la culpa a Cornejo si hay un problema de inseguridad. Si soy intendente, quiero hacerme cargo.
-¿No es culpa de la Provincia la inseguridad departamental?
-La responsabilidad de la seguridad es del gobernador, pero las grandes ciudades se están involucrando en seguridad. Y Godoy Cruz es el único municipio que decidió no involucrarse. Igual que en Salud. Bermejo en Maipú tiene 19 centros de salud municipales. Godoy Cruz tiene dos hace más de 15 años, con 40 mil habitantes más y el mismo presupuesto.
-¿Maipú será su ejemplo?
-Para mí Maipú es un modelo. En gestión, se diferencia en que todos los servicios los presta el municipio. Godoy Cruz tiene todo tercerizado y gasta muchísimo en alquilar camiones regantes, o en el estacionamiento medido. Se diferencia también en la cercanía del intendente. Alejandro (Bermejo) cotidianamente habla con los vecinos y tiene relación personal con ellos. Cornejo es distante. La mayoría de los vecinos que valoran su gestión no lo conoce. Yo quiero ser un intendente cercano a la gente.
-Cornejo sacó 54% en 2011 y 60% ahora...
-Reconozco que él desarrolló muy bien el modelo de alumbrado, barrido y limpieza, y la gente valora su gestión, pero también le gustaría que fuera una persona más accesible.
-¿Qué es Comuni?
-El programa que desarrollamos para los próximos 20 años y que acerca la comunidad al municipio. Queremos recuperar los espacios de participación ciudadana. Ahí también planteamos un municipio más dinámico, que permita a la gente trámites más ágiles. Hoy no tiene otra que ir al municipio o a dos CAU (Centros de Atención Unificada). Nosotros queremos hacer un CAU en cada distrito. También queremos que internet sea un servicio público municipal.
-Se sacó una foto con Cristina, recibió un video de Kicillof, ¿la Nación se instalará en su campaña?
-Que yo esté cerca de Cristina hace que todo se relacione con la Nación y que pertenezca a una agrupación tan vinculada a la Nación es algo imposible de separar, pero no es que se instalará la Nación acá. Está instalado en mí un proyecto nacional.
-¿Habrá fondos de la Nación?
-No. Habrá apoyos gestuales y afectivos, como el de Cristina. Me preguntan si es porque me quiere y en realidad lo que ella quiere es que participen los jóvenes. Que yo dispute una intendencia, como otros jóvenes en distintos lugares, es un triunfo suyo, que lucha por el recambio generacional en el PJ.
-Los tildan de jóvenes vagos que viven de la política, ¿cómo superan eso?
-Es difícil de superar. Hay un intento sistemático de sectores de poder y de medios que replican ese mensaje. Yo vivo por la política, amo la política, es la herramienta más maravillosa que hay. Cuando la gente nos conoce, cambia la opinión o los preconceptos. Nosotros somos sencillos, tenemos el mismo estilo de vida, las mismas costumbres, los mismos amigos. Y todo lo hacemos por la política.
El 98,9% de los militantes de La Cámpora no trabaja en el Estado, tiene su actividad privada o estudia, y sufre la estigmatización de ser militante rentado. Es parte de las reglas del juego que venimos a cambiar.
-¿No les falta preparación política para eso?
-Es normal que en los partidos digan que nos falta experiencia, porque cuando llega alguien joven a ocupar espacios políticos que ocupaban otros durante años, les cuesta la renovación. Pasa en todos los partidos. Es normal. Pero por ejemplo, el Viti Fayad fue intendente con 28 años...
-Con un estilo muy distinto...
-No se sabe cuál será mi estilo aún. Tal vez sea parecido. Él venía de una militancia parecida, y se llevaba muy bien con nosotros. Yo era amigo suyo.
-Bueno, él se acercó mucho al kirchnerismo...
-En realidad él pensaba antes en sus vecinos que en su partido.
-¿Cómo fue el gobierno de Pérez?
-Es un gobernador muy trabajador que ha tomado decisiones acertadas y erradas, pero que ha tenido voluntad de cambiar cosas y en muchos casos no pudo.
-¿No sufrió el rigor de la Nación?
-Todo gobernador asume con una debilidad intrínseca, que es tener que conducir a dirigentes políticos que tienen posibilidad infinita de permanecer en el poder, mientras que la suya es finita. Tenemos que rediscutir una Constitución atrasada, porque si no, seguirá adaptada a modelos que quieren que el gobernador no maneje poder.
-¿Por qué La Cámpora dejó el gobierno de Pérez?
-Por diferencias en decisiones de su gestión, particularmente con el conflicto con los organismos de derechos humanos por el traspaso del D2 y por el manejo de la administración de la seguridad y la policía. En ese momento había también un distanciamiento en términos políticos del proyecto nacional y lo manifestamos. Nosotros creemos en los proyectos nacionales, no es una forma de decir.
-Justo había una pelea por la lista de candidatos...
-Dejamos el gobierno antes.
-Fue después del 28 de febrero, cuando se cerraron las listas y quedaron tres precandidatos a gobernador (NdR: fue el 16 de marzo).
-Fue después del desdoblamiento, nosotros estábamos en contra y el tiempo nos dio la razón. Veníamos con diferencias. Incluso Anabel (Fernández Sagasti) había tenido una rispidez con el vicegobernador (Ciurca). El desdoblamiento fue un quiebre fuerte. No compartimos la visión aislacionista de Mendoza con ningún Gobierno nacional.
-¿Cómo ve las últimas derrotas del FpV?
-Con dolor, pero con ganas de ponernos al frente de nuevas luchas. Si la gente decidió que no siguiéramos gobernando Mendoza es porque cometimos errores y si es así, todos hemos tenido una cuota de responsabilidad y ahora se producirá, indefectiblemente, un recambio generacional dentro del peronismo, del cual siento que seremos parte y me entusiasma el desafío.
-¿La renovación pasa por La Cámpora?
-Pasa por los nuevos dirigentes. Hay muchas organizaciones políticas con buenos dirigentes. La gran responsabilidad que tendrán los intendentes que ganaron es generar un trasvasamiento en su propio departamento, algo que han manifestado Jorge Giménez o Alejandro Bermejo.
Ellos tendrán una cuota de responsabilidad grande. Y los jóvenes que venimos, también. En eso siento una mochila importante de responsabilidad, que llevo con orgullo. Pero sé que si me equivoco y hago las cosas mal, puedo truncarle el camino a otros jóvenes.
-¿Qué pasa si no gana?
-Tengo mi cabeza en ganar, porque soy un militante político. Me acuesto y me levanto pensando en las cosas que tengo que hacer. Si no tengo la posibilidad de que los vecinos me acompañen, seguiré trabajando, como siempre.
-¿Y cómo será Godoy Cruz si gana?
-Parecido en todas partes. Y se ocupará de las cosas que faltan, de los problemas que reclama la gente. Será un Godoy Cruz más tranquilo, más seguro y más moderno.
El gran ascenso de Anabel
Anabel Fernández Sagasti es, además de compañera de militancia, pareja de Ilardo, quien habla con orgullo de su ascenso. “Su crecimiento es puro merecimiento. Pocas personas han trabajado tanto en silencio como lo hizo ella”, destacó Ilardo.
-¿Ese ascenso no es más por obediencia debida a Cristina?
-Si se quiere menospreciar el trabajo de una persona, puede ser que sí. Muchos de los que opinan sienten tal vez algo de celos que genera el hecho de que una persona tan joven haya crecido tanto. Yo no le llamo “obediencia”, sino convicciones de pertenecer a un proyecto.
Hay muchos en la Cámara de Diputados que han tenido comportamiento similar, incluso en La Cámpora, pero sólo ella ha crecido fuertemente, mucho más que otros. Eso habla de su esfuerzo. De su trabajo.
Del silencio a la alta exposición
Cuando cuatro años atrás los jóvenes e ignotos legisladores de La Cámpora comenzaban a andar su trayecto político en Mendoza, no hablaban con la prensa. Ésto, sumado a que se consideraban que habían llegado por el dedo de Cristina, aumentaba las críticas, incluso dentro del PJ.
“Nosotros llegamos a nuestros lugares siendo personas muy jóvenes y habíamos tomado una decisión política, que podía ser cuestionable, pero era una decisión al fin, que que era hablar cuando tuviéramos algo que comunicar, sin hablar por hablar”, resaltó el diputado provincial, que no negó que llegó a ese cargo en 2011 “por el trasvasamiento de jóvenes a esos puestos por impulso de Cristina Fernández”.
El fundamento es similar ahora. “Después entendimos que eso podría haber llevado a que se hablara por nosotros y que muchos medios, al no expresarnos, empezaran a suponer opiniones. Entonces, tomamos la decisión, en virtud de nuestra madurez también, de hablar con todos los medios de prensa, y fue algo paulatino”, añadió.