Lucas Emanuel Gamba no olvida sus orígenes, sus pagos, las calles que lo vieron jugar picados en los que soñaba con ser futbolista y que lo llevaron a calle Irene Curie, del departamento de San Rafael, a entrenar en el Sport Club Quiroga, donde se desarrolló y dio el salto de calidad para poder ser jugador profesional. El delantero mendocino, que actualmente milita en Rosario Central, se encuentra de paso por la provincia aprovechando sus vacaciones y disfrutando de la familia en época de fiestas. Pero también se hace espacio para pasar por el club de sus amores, visitar a sus amigos y buscar la forma de darle una mano a la institución que lo vio crecer.
El 2020 llega con un gran desafío para Quiroga: disputar la próxima edición del Torneo Federal Amateur. Y por eso, el goleador no tuvo mejor gesto que colaborar con la confección de la indumentaria que utilizará el "Pañuelito Azul" para disputar el Regional en busca del ascenso al Federal A. Sin embargo, Lucas, modesto, insiste diciendo que él simplemente trata de ayudar con lo que puede y que la persona importante que se mueve en el club es Alfredo Tizza, entrenador del plantel de primera.
Además, el oriundo de San Rafael contó detalles de su crecimiento en el Sur de la provincia. Cómo vivió su infancia con sus amigos, hermanos, los momentos que pasó en la cancha de Quiroga y qué sentimientos le genera el club que ama y al que vuelve a visitar cada vez que tiene la oportunidad. Allí, Gamba transcurrió parte de su infancia y toda su adolescencia, ya que aproximadamente a los 9 años llegó al "Pañuelito" y vistió la camiseta Azul hasta debutar en primera y luego dar el salto de calidad para ser jugador profesional.
-Te gusta acercarte y dar una mano en la institución...
-Sí, hoy en día se me hace muy difícil porque vengo cada seis meses. Ahora lo hice y siempre intento ir a verlos. Pero es todo de ellos, de los dirigentes, más que nada de Alfredo Tizza (DT), que está colaborando y haciendo mucho por el club.
-¿Cómo fue tu infancia en San Rafael?
-Siempre rodeado de amigos, jugando al fútbol, compartiendo con mi familia, mis hermanos. Estuve en muchos polideportivos, en la calle, estudiando, como cualquier chico normal.
-¿Qué te dio Quiroga a lo largo de los años?
-Muchísimo. La posibilidad de jugar al fútbol, de tener amigos, de poder arrancar y dedicarme a esto. Me enseñó mucho futbolísticamente, desde jugar en el barrio hasta jugar en la Liga, en todo se aprende un montón y hoy en día lo aplico bastante.
-¿Fue difícil pasar de la vida de barrio a ser jugador profesional?
-La verdad que en un principio fue bastante duro, pero tuve un paso bastante grande por Mendoza (Maipú e Independiente Rivadavia) que me ayudó a acostumbrarme a estar afuera. Los tenía cerca y en cada fin de semana libre que tenía me iba para San Rafael, seguía compartiendo con mis amigos, no perdía ese contacto como sí me pasa ahora. Al estar más lejos, cuesta más. Como profesional intento disfrutar jugar, a la familia y también en cada lugar al que voy hago nuevos amigos, eso te complace mucho.
-¿Pudiste encontrar un lugar parecido en alguno de los otros clubes donde jugaste?
-Sí, es diferente porque los demás fueron profesionales, era ir a jugar. Acá es el club de tu barrio, donde jugás por la camiseta y no sabés si te vas a dedicar eso. En lo otros clubes hay un cariño especial, me brindaron posibilidades enormes, pero es profesional.
-¿Sentís la necesidad de acercarte a la cancha cada vez que pisas la provincia?
-Si, tengo amigos jugando en el club, ahora volvieron algunos a jugar el Regional. Me gusta ir a verlos, ver cómo está el club, aunque me gustaría ir más, pero por las distancias, vengo cada seis meses como mucho entonces se complica. Siempre me brindan un apoyo enorme, me van siguiendo en los partidos, nos escribimos y me tienen muy en cuenta
-Imagino que a tu nena le vas a transmitir esa sentimiento por el Azul...
-Seguramente -entre risas-. Con la madre, somos muy futboleros, así que ojalá tenga esa pasión como nosotros.
-¿Te gustaría volver y calzarte la casaca de Quiroga?
-Ojalá. Me gustaría colaborar más con el club, estar más presente, sería muy bueno. Pero uno nunca sabe, porque también quisiera dirigir el día que me retire.
Con la mente puesta en Rosario Central
Lucas Gamba llegó en agosto de este año a la institución rosarina, que adquirió la totalidad de su pase, y firmó contrato por tres años.
Rosario Central es el quinto club en la carrera profesional del goleador desde su primer contrato en 2008 con el Deportivo Maipú, con quien consiguió el ascenso al Federal A.
Al consultarle sobre su continuidad en el Canalla, el delantero aseguró: "Tengo dos años y medio de contrato, así que por ahora dependo de Central, uno nunca sabe. Ahora estoy muy bien en el club, estoy contento y estamos haciendo una muy buena campaña", dijo Lucas en la reflexión de lo que han sido estos cuatro meses, en los cuales ha disputado 15 partidos y marcado tres goles.
Respecto a las comodidades que encontró allí, dijo: "Me siento muy bien, la verdad que estamos en un lugar muy tranquilo, en el club estamos cómodos. Es una institución muy grande, que intenta permanentemente crecer". Y del equipo, en el cierre del 2019, ya pensando en la pretemporada y los desafíos del próximo año dijo: "Físicamente terminamos muy bien y contentos de cara a lo que viene".
A lo largo de su carrera, el sanrafaelino ha marcado 76 goles en 339 partidos jugados.