Cuando Juan Gilberto Funes arribó a River desde Millonarios de Colombia, ni siquiera estaba en los planes de sus padres Lucas Alario. Y el Búfalo ya era una leyenda el año en que Pipa nació en Tostado, un pueblo de 15 mil habitantes, erguido a 330 kilómetros de Santa Fe.
Aunque hay un paralelismo entre el puntano y el santafesino: los dos fueron incorporados para las semis de la Copa Libertadores, ésa que el oriundo de San Luis alzó en 1986, la misma que el atacante de 22 años sueña con conquistar.
-¿Imaginabas este escenario para tu vida?
-Llegué a River y, en menos de dos meses, estoy jugando una final de Copa Libertadores; no lo soñaba. Son las cosas lindas que tiene el fútbol, después de tanto sacrificio. No lo esperaba y es un orgullo estar acá y vestir esta camiseta.
-¿Cuál fue el secreto para adaptarse tan rápido?
-Influyó mucho el grupo, tiene muy buena gente. A pesar de que estoy hace muy poco tiempo, me tratan como si estuviera acá desde hace años. Y eso me da confianza.
-¿Qué imaginás en la revancha?
-Va a ser un partido durísimo, trabado, hablado... Tenemos que estar finos en el área.
-Muchos creen que el goleador sólo tiene que estar para definir la jugada, pero vos tuviste que correr y apretar la salida.
-Es lo que me pide el técnico.