Contar los días (los últimos días) de Vincent Van Gogh en una película animada con stop motion, donde cada fotograma sea una pintura en óleo, muchas veces citando sus obras más famosas: La idea no solo era original, sino también terriblemente ambiciosa.
¿El resultado? Dorota Kobiela y Hugh Welchman son los directores de "Loving Vincent", una película única en su clase. Aquí vemos sucesivamente 65 mil pinturas, hechas por 125 artistas, articuladas en un relato en stop motion, que además nos cuenta una historia: la de Vincent Van Gogh (1853–1890), paradigma del artista incomprendido y atormentado.
Y sería injusto decir que “Loving Vincent” es solo una proeza técnica: tiene músicas de muchos climas, un guion efectivo (que nos mantiene atrapados por su estructura de relato policial) y actuaciones muy buenas (increíblemente, hay un uso magistral de la iconicidad de los gestos de estos actores de primera línea: especialmente Saoirse Ronan y Helen McCrory).
La historia comienza cuando, tiempo después de la muerte de Van Gogh, el hijo del cartero va en busca de su hermano Theo para darle su última carta. La modesta misión se termina transformando, de a poco, en la historia de una pesquisa, donde todos queremos saber, finalmente, qué pasó: ¿se suicidó o alguien lo mató?
La imagen del genio nos llega a través de testimonios cruzados y cartas, que nos muestran muy bien el fresco (agrietado) de la mente de Van Gogh antes del fin.
Así, el calibre visual no es todo en esta película. Visualmente es densa, pero no inaccesible. A contramano de otros experimentos cinematográficos similares (como las películas de Lech Majewski) aquí no hay un guion flaco ni una apuesta meramente (gratuitamente) esteticista.
"Loving Vincent", de Dorota Kobiela y Hugh Welchman
Animación. Reino Unido, 2017. 94’, SAM 13 R. . Actúan Robert Gulaczyk, Saoirse Ronan, Helen McCrory, Eleanor Tomlinson.
Puede verse mañana martes y el miércoles en el Cine Universidad, a las 22.
Calificación: Muy buena.