Crear una huerta puede permitir a los chicos apreciar la importancia del trabajo en equipo, el compromiso, la solidaridad y el respeto por los otros.
El proyecto Crecer Felices reúne a 70 voluntarios que realizan actividades lúdicas y recreativas para unos 80 niños y adolescentes de comunidades vulnerables, con el objetivo de abordar valores morales y sociales.
La organización social ofrece talleres en Centros de Apoyo Escolar y/o Integral, que son espacios a los que asisten niños de 5 a 13 años a contra turno con la escuela. Allí almuerzan y hacen las tareas, acompañados por docentes. Y una vez por semana, concurren los jóvenes de Crecer Felices.
La presidenta de la entidad, Magdalena Carbone, explica que el taller se desarrolla durante todo el año en coincidencia con el ciclo lectivo, una vez a la semana, y que el tema es elegido entre los voluntarios, los directivos del CAE o CAI y los mismos chicos. Por eso, hay una huerta, un show de talentos y la organización de un torneo de fútbol.
Magdalena resalta que las actividades recreativas no sólo tienen como finalidad transmitir valores, sino también generar un vínculo con los chicos, para que puedan compartir sus experiencias. Además, se apunta a concientizar a jóvenes voluntarios.
La joven aún recuerda su primer año como voluntaria, en 2013, cuando sentía que no sabía muy bien qué hacer (pese a que tenían referentes que los acompañaban).
Dos meses después de haber empezado, una de las nenas, Sofía, fue con su mamá y la mujer le dijo a Maggie que su hija siempre hablaba de lo que hacían los martes -el día del taller- y que la pequeña estaba muy feliz de asistir. “Me llenó el alma”, confiesa, y agrega que no se había percatado de la relación fuerte que habían establecido en tan poco tiempo.
Paola Cruz, otra de las voluntarias, dice que ha visto a niños que eran muy tímidos y no se integraban, tener amigos; a grupos de hermanos que no se separaban, empezar a juntarse con otros; a un nene que se portaba mal, cambiar su actitud una vez que se abrió y contó que su mamá estaba enferma; y chicos que hace años que van y esperan que empiece el año para asistir a los talleres.
Paola, quien se unió al proyecto hace cuatro años, resalta que los juegos y actividades están pensados y armados con anterioridad por el grupo. Los niños también reciben la visita de profesionales como dentistas, nutricionistas o médicos, para que les enseñen cómo cuidarse.
Además, cuando ella participaba de un taller-hoy está en un área de coordinación- fueron los integrantes de la Liga Mendocina de Improvisación, para enseñar a los chicos a relajarse y expresarse con su cuerpo.
Crecer Felices también organiza dos eventos anuales, a mitad y fin de año. Se trata de actividades dinámicas y juegos al aire libre, de los que participan los niños de los talleres y sus familias, los directivos de los CAE y CAI, y los voluntarios. También comparten el desayuno y el almuerzo.
El viernes se realizó, de 9 a 16, el segundo de estos eventos, en el cámping del Centro de Empleados de Comercio (ubicado en Bermejo) y la temática elegida por los voluntarios fue la de los dioses griegos. Los juegos estuvieron relacionados con Hades, Zeus, Ares, Poseidón y Dionisio.
La propuesta nació en 2008, cuando Javier Pérez Lasala y Manuel Pascual conocen en Chacras de Coria a unos niños que cuidaban autos. Empiezan a juntarse a jugar fútbol y se enteran de que los chicos asistían a “La Casita”, un Centro de Apoyo Escolar.
Allí hacía sus pasantías un grupo de estudiantes de Psicología, quienes usaban el juego como modalidad de abordaje. Los jóvenes decidieron unirse y formaron una organización, que se extendió de Luján a otros departamentos y creció en la cantidad de niños que incluye y voluntarios que participan.
En cinco lugares
El proyecto Crecer Felices desarrolla talleres para niños de 5 a 13 años en los barrios La Favorita y San Martín (de Ciudad), y La Estanzuela y Gas del Estado II (de Godoy Cruz).
En Chacras de Coria (Luján) se realizan actividades para adolescentes a partir de los 13 años, en especial para quienes ya han participado de las propuestas de la entidad pero superan la edad para asistir a los CAE (Centro de Apoyo Escolar) o CAI (Centro de Apoyo Integral).
La organización se sostiene con donaciones de empresas y otras organizaciones, ya que utilizan materiales para los talleres y necesitan desde transporte a alimentos para los dos eventos anuales.
Quienes deseen colaborar o sumarse como voluntarios pueden escribir a proyectocrecerfelices@gmail.com.