A pesar de que las tendencias de consumo muestran que los argentinos están restringiendo sus compras y priorizan en algunos rubros, segundas marcas por sobre las primeras, en el caso del vino o las bebidas se da otro fenómeno, y es la “premiunización”.
De acuerdo a un análisis realizado por la consultora Nielsen, durante los primeros seis meses del año se observa una variación positiva en el consumo de vinos finos de los segmentos superiores en el canal supermercados, con un crecimiento del 13%, mientras que los más bajos, cayeron 5%.
Además, la categoría, en su conjunto, mostró una tendencia positiva del 2% en volumen y del 32,2% en facturación impulsado por estos productos de precios más elevados.
Sobre esto, desde Nielsen estiman que con una inflación del 29%, en pesos netos se creció 3%. Sin embargo, esto es más que positivo, ya que según la consultora 9 de 10 categorías cayeron en el primer semestre del año, y la única que crece es el vino.
Este análisis estudia el comportamiento de 5 segmentos de la categoría “vinos finos” en los supermercados de todo el país: low, premium, súper premium, ultra premium y uber, según explicaron desde Nielsen Argentina.
La categoría de vinos low se ubican a un precio promedio de $ 35, el premium a $ 71, los súper premium es de vinos de $ 117; los ultra premium son vinos de $ 209 y los uber de $ 518.
Según Nielsen, el informe que presentó Diego Gizzi durante el XI Foro Internacional Vitivinícola, trató de mostrar cómo se comporta el consumidor a la hora de comprar un vino en los supermercados. De este modo, es que el especialista de la consultora mostró que los vinos de mayor valor son los que crecen mientras que los que se ubican en los denominados “low”, que tienen el 48% del volumen de ventas en supermercados caen.
Durante el primer semestre del año representó en litros 23,7 millones y facturó 859 millones de pesos. Luego de esta le sigue el segmento de vinos premium con un 43% del share de mercado y los súper premium con el 11%, luego le siguen los demás segmentos. Tanto premium como súper premium crecieron 13% y 21%, respectivamente, en comparación con igual período del año pasado.
De este modo, para el caso de la primera, en los primeros seis meses del año la categoría facturó 1.507 millones de pesos, por un total de 21.1 millones de litros. Mientras que de los súper premium, se vendieron en supermercados un total de 3,3 millones de litros y 387 millones de pesos.
Walter Bressia, presidente de Bodegas de Argentina y propietario del establecimiento que lleva su nombre, contó: “Esta tendencia es una realidad que está pasando. Se analiza y vemos claramente que los vinos de bajos precios se están tomando cada vez menos”.
Para el empresario, hoy el mercado vitivinícola está dejando vinos de precios bajos con calidad que no están acorde. Es que según indicó Bressia, un vino de calidad superior está indudablemente en los precios superiores, “hoy las bodegas, por temas costos y rentabilidad, dan vinos de calidad en la franja de precios mayores”.
Coincidió Susana Balbo, propietaria de Dominio del Plata. Según explicó lo que está sucediendo es que a la gente, al no alcanzarle su dinero, está comprando menor cantidad de vino.
Por lo tanto, “a la hora de ir por uno, se prioriza el de mayor calidad. El consumidor optimiza su inversión. Prefiere gastar 70 pesos por una botella que al abrirla sabe que su calidad no va a fallar, a comprar dos por $ 35, que no sabe con qué calidad se va a encontrar”, dijo Balbo.
Sobre esto mismo, el especialista de Nielsen indicó que hoy la gente está cuidando sus gastos, por lo tanto sale menos a comer afuera, por lo que el gran porcentaje del consumo se da en el hogar.
Por eso es que prioriza comprar un vino más caro para darse un “gustito” ya que no sale. “Es el principio de indulgencia que la misma recesión está dejando”, precisó.
Según expresó Gizzi esto que se da en la categoría vinos, es una tendencia que se replica en el rubro bebidas alcohólicas. Por ejemplo, en el caso de la cerveza, las premium y súper premium, crecieron 9,9% -marcas como Corona y Heinecken-, mientras que las económicas y mainstream como las denomina Nielsen, cayeron 4,5% -en este caso entran marcas tales como Quilmes y Andes-.
Lo mismo pasa para las marcas de ron. Los consumidores compraron más ron caro (38%) por sobre los más económicos (26%). Estas tendencias se repiten para las demás bebidas alcohólicas, como el vodka y whisky.
Así las cosas, contó que la categoría vino sobresale sobre otras, ya que según el análisis de Nielsen, los consumidores han cambiado su conducta. Sobre ello, el informe refleja que el 68% de los consumidores cambiaron a marcas más económicas o segundas marcas de alimentos, limpieza, etcétera.
Este ahorro que buscan, se condice con otras conductas tales como que el 50% recortó gastos en salir a comer fuera del hogar, en gastar menos en ropa y ahorrar en gas y electricidad.