No es un secreto que los hombres están sobrerrepresentados en ciertas disciplinas técnicas. Lo mismo sucede con la confianza que poseen en sí mismos, de acuerdo con un nuevo estudio.
Este, publicado recientemente en la revista Advances in Physiology Education, encontró que el ego masculino eclipsa al femenino entre los estudiantes a quienes se les pidió compararse con sus compañeros de estudios.
Por ejemplo, se predijo que un estudiante de sexo masculino con calificaciones promedio se considerará a sí mismo más listo que el 66 por ciento de sus compañeros, de acuerdo con el estudio. Se espera que una estudiante con las mismas calificaciones se vea a sí misma como más lista que solo el 54 por ciento de sus compañeros de clase.
Esa diferencia es aún más pronunciada cuando los estudiantes se comparan a sí mismos con compañeros individuales: era tres veces más probable que los hombres dijeran ser más listos que un compañero de clase con quien trabajaban muy de cerca a que lo hicieran las mujeres.
Los dos factores más citados fueron quién contestaba más preguntas de manera correcta y quién entendía mejor los materiales.
Los hallazgos son particularmente notables porque se basan en estudiantes de Biología, una de las pocas disciplinas científicas en las que hay una sobrerrepresentación femenina.
"No basta solo con contar la cantidad de estudiantes en un aula y decir: 'Bueno, aquí hay más mujeres y la experiencia de las mujeres en la Biología es exactamente igual a la de los hombres', porque lo que estamos viendo es que no es así", dijo Sara Brownell, profesora adjunta de la Escuela de Ciencias de la Vida de la Universidad Estatal de Arizona, quien escribió el estudio junto con Katelyn Cooper, una estudiante de posgrado de la misma facultad.
Los hallazgos contribuyen a la creciente evidencia que apunta hacia una mayor brecha de género en campos relacionados con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, conocidas en conjunto como carreras CTIM (disciplinas académicas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Aunque el estudio se basó en los estudiantes de una sola generación, subrayó lo mucho que los hombres y las mujeres que estudian ciencias perciben de manera distinta sus capacidades. Esas autopercepciones pueden tener un efecto dominó en la motivación, la participación y la confianza.
Para el estudio, las autoras se enfocaron en 202 estudiantes de una clase de Fisiología de nivel alto en la universidad, que seguía un enfoque de aprendizaje activo, por lo que enfatizaba la participación, en especial mediante discusiones en pequeños grupos. De los estudiantes, 130 eran mujeres, 70 hombres y dos se identificaron como pertenecientes a otra categoría.
Después de pedirles que compararan su propia capacidad académica con la de sus compañeros, las autoras les preguntaron a los estudiantes cómo llegaron a esas evaluaciones.
Encontraron pocas diferencias por género y los dos factores más citados fueron quién contestaba más preguntas de manera correcta y quién entendía mejor los materiales.
Esas consideraciones, dijeron las autoras, podrían ayudar en los esfuerzos por reducir la disparidad en cómo se comparan los hombres y las mujeres con sus compañeros. Por ejemplo, los maestros podrían alentar a las mujeres a participar más y responder más preguntas.
"Quizá contribuir y escuchar sus propias voces, y tal vez escuchar a otros estudiantes elaborar sus propias ideas podrían ser factores realmente importantes para mejorar la manera en que los estudiantes perciben sus propias capacidades", dijo Cooper.
Las investigadoras advirtieron que los hallazgos no deben generalizarse si antes el estudio no se replica en distintas generaciones y escuelas.
"Diferentes contextos, diferentes maestros y diferentes alumnos podrían alterar la forma en que realmente se ven estas brechas", dijo Brownell.