Unidos y reunidos en la casa donde el último 28 de octubre su mamá, Ivana Milio (46), fue asesinada, los tres hijos de la empresaria se refirieron al femicidio que destrozó a su familia. Los jóvenes contaron sus expectativas respecto a la pena que esperan que le impongan a Julio Mendoza (32), único imputado por el hecho, y relataron que recuerdan a su madre en cada pequeño aspecto de la vida cotidiana.
"Para mí cada día es más difícil. Desde un principio tenía asumidas las cosas pero, al principio, lo tomaba como si mi mamá estuviera de viaje. Al pasar el tiempo me he dado cuenta de que ella no está y cada día para mí es mucho más difícil, más que todo estar acá en la casa", contó Lucas Carrizo, el hijo mayor de la empresaria, en diálogo con radio Libertad, una emisora del Este provincial.
Los hermanos recibieron a la prensa por primera vez juntos y en la casa del barrio Solares del Centro, donde les arrebataron la vida de su madre. "A cada momento me imagino la situación (el femicidio) acá dentro de la casa y me cuesta. El sueño de ella era tener su casa. Y es lo que yo pienso todos los días: la mataron en su sueño. Ahora el sueño de ella es uno del que nunca va a despertar", agregó con dolor el joven futbolista.
"A mí me trae mucha paz la casa. Por eso ahora me vengo a estudiar acá. Me acuerdo siempre de los buenos momentos. Yo me acuerdo siempre de mi mamá tomando sol; le encantaba. Y recuerdo todo lo que luchó por esta casa", detalló Matías Santaella, el hijo del medio de Milio.
Para la pequeña Renata Cabrera (13) todo es más difícil. Aunque, a pesar de haber sido ella quien encontrara a su mamá muerta en esa vivienda, eligió instalarse nuevamente allí, donde ambas convivían con el presunto asesino. "Al estar en la casa se activan todos los recuerdos. Sólo pienso que mi mamá por ahí va a venir con las pantuflas o que voy a llegar y ella estaría cocinando", contó la niña entre lágrimas.
"La condena que merece"
Los tres hermanos coincidieron en que le preguntarían a Mendoza por qué asesinó a Ivana. Esa cuestión inexplicable los abruma. "Quiero mirarlo a los ojos y saber por qué lo hizo y con qué cara le va a decir a la hija de él después qué es lo que hizo. Porque mi mamá la trataba a la hija de él como su hija. Pero nunca se va a saber la verdad", admitió Lucas.
Matías tiene la misma intriga pero aseguró: "Ya no hay nada que preguntar, es en vano saber por qué lo hizo si mi mamá ya no está. Él puede estar en la cárcel hasta que se muera pero mi mamá no está".
Pese a su corta edad, Renata actuaría distinto si se enfrentara al novio de su madre. "Yo sí quiero hablar con él. Lo haría sentir mal pero en ningún momento me haría ver triste", aseguró la niña.
El mayor de los hermanos indicó que sintieron desde el primer día el respaldo de los mendocinos y espera que el femicidio de su mamá haya servido para que muchas mujeres se animen a denunciar situaciones de violencia de género. "Si esto sirve para que las mujeres se den cuenta de las cosas y sean fuertes para denunciar me alegra mucho, para que no vuelva a pasar", sentenció Lucas.
Y, ejerciendo como vocero de sus hermanos, concluyó: "Nosotros queremos la condena que se merece: por femicidio la condena es cadena perpetua. Estamos confiando mucho en la Justicia. Él (por Julio Mendoza) hizo algo muy malo y destruyó a toda una familia. Queremos que pague".
A la espera de la audiencia de prisión preventiva
Hoy a las 9 se decidirá en una audiencia si se le dictará la prisión preventiva a Julio Mendoza, el acusado de asesinar a golpes a su novia, la empresaria funebrera Ivana Milio en San Martín.
En este tiempo, una serie de pruebas y análisis se han ido acopiando en su contra. Exámenes médicos a los que fue sometido revelaron que Mendoza tiene marcas en sus nudillos y la mano izquierda fracturada, lo que confirmaría la hipótesis de que mató a su pareja al someterla a una tremenda paliza.
Esos mismos estudios revelaron que el imputado por homicidio doblemente agravado por la situación de convivencia y por mediar violencia de género (femicidio) tenía rasguños en su cuerpo, que darían muestras de que Milio trató de defenderse.
La causa estaría en condiciones de ser elevada a juicio (uno de los primeros por jurado) en febrero o marzo próximos.