En el momento en que empezó a correr el rumor de que se impondría el aislamiento social, preventivo y obligatorio, los mendocinos salieron de forma masiva a stockearse de productos esenciales. El frenesí de consumo provocó un incremento del 26% en la facturación de los supermercados de la provincia, que sólo en marzo lograron ganar $ 1.095 millones más que en igual mes del año pasado.
De acuerdo con un informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en el tercer mes de 2019 los híper y súper de la provincia lograron una facturación de $ 2.780,6 millones. En marzo de este año, en cambio, la ganancia de las empresas ascendió a un monto total de $ 5.266 millones, lo que se traduce en un aumento nominal del 89,3%. Si a eso se le resta el efecto de la inflación, que en ese período alcanzó el 50%, se observa que en realidad los supermercados lograron un crecimiento en sus ventas del 26,25%; medido en pesos (al valor de hoy), la diferencia es de $ 1.095 millones. Se trata de un resultado sin precedentes en los últimos años que, según la mirada de economistas consultados por Los Andes, difícilmente pueda repetirse.
Como contraparte, el dinero que los consumidores volcaron inusualmente a los supermercados, dejaron de destinarlo a otros fines, como la compra de indumentaria y el esparcimiento. Según un estudio de la Federación Económica de Mendoza (FEM), en marzo se desplomaron 49% promedio las ventas del comercio minorista en el centro de Ciudad (medido en volumen) en comparación con el mismo mes del año pasado.
Qué se compró
El informe de Indec permite conocer con precisión en qué rubros se concentró la demanda de los mendocinos dentro de los supermercados. En términos porcentuales, la suba más pronunciada en el mes de marzo se registró en los lácteos (97,1% de incremento), que dieron a las empresas una facturación total de $ 493,6 millones.
El segundo rubro con mayor crecimiento de ventas durante la previa y los primeros días de cuarentena, fue el de los productos de limpieza y perfumería, cuya variación real interanual alcanzó un valor de 49,5%. Los artículos de ese segmento dejaron a los supermercados una facturación de $ 898,9 millones
Fue significativo también el repunte de los productos de almacén, que crecieron 41,7% en facturación en términos reales, pasando de $ 980,3 millones a $ 2.083,8 millones en el período analizado.
Mostraron resultados positivos también los rubros de verdulería (20,4% de crecimiento interanual), electrónicos y artículos para el hogar (20,27%), bebidas (6,45%) y panadería (5,37%). Dentro de "bebidas" se encasilla el vino que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), logró un incremento de ventas durante la cuarentena gracias al aumento del consumo en el hogar.
Contrariamente, hubo cuatro rubros de productos que perdieron participación dentro de las ventas de los supermercados y cayeron en facturación respecto de marzo de 2019.
Se trata de la carne, que sufrió una caída del 5,8%; los alimentos preparados (-36,7%); la indumentaria (40,63%) y los artículos comprendidos en la categoría "otros" (-10,93%), donde se registra a todos aquellos productos que no pueden ser incluidos en ninguno de los rubros mencionados.
Racha positiva
Como lo demuestran las estadísticas, las ventas de los súper de Mendoza se dispararon a causa de la incertidumbre por la pandemia, pero lo cierto es que mantenían una racha positiva desde el inicio del año. En enero habían registrado un crecimiento del 1,6% y en febrero una mejora del 9,4%.
Así, los supermercados de Mendoza cerraron el primer trimestre con un repunte de ventas del 12,9% respecto de igual período de 2019, lo que se traduce en un monto favorable (a pesos de hoy) de $ 1.478 millones. En líneas generales, el comportamiento de los diferentes rubros fue el mismo que en marzo. El que más creció fue "lácteos" (71,8% de aumento de ventas) y el que más cayó fue el de alimentos preparados (-18,2%). La única variante se observa en las bebidas que, en vez de crecer, cerraron el primer trimestre con un saldo de -3,8%, siempre hablando de facturación y de su variación en términos reales (teniendo en cuenta la pérdida de poder adquisitivo del peso a causa de la inflación).
Un “fenómeno” esperado
Nadie esperaba la pandemia del coronavirus pero, una vez iniciada, sí era predecible un "boom" de compras de productos esenciales. El economista Carlos Rodríguez explicó que las cifras de marzo reflejan lo que se llama "efecto acaparamiento", producto del inicio de la cuarentena y de la incertidumbre que provocó. "Es normal que en una situación de incertidumbre (ante el entonces posible inicio del aislamiento) mucha gente salga a stockearse. Esto provocó una fuerte demanda sobre determinados productos y generó la caída de otros", remarcó sobre el comportamiento del consumidor.
Se mostró de acuerdo el economista Walter Carvalho, quien también relacionó el fuerte repunte de las ventas de los insumos básicos con la pérdida acumulada del poder adquisitivo de los salarios. "La gente cada vez tiene menos dinero y ahora, al ver reducida su jornada laboral y en muchos casos sufrir de reducción de salarios a causa del parate de la economía, la situación se hace más difícil. Cuando el ingreso es limitado se priorizan gastos y el dinero se destina a cubrir las necesidades básicas", apuntó.
Sin continuidad
Así como el "boom" de ventas era predecible para los especialistas, también parece un hecho que el ritmo frenético de consumo se frenó en los meses siguientes. José Vargas, economista y director de Evaluecon, anticipó que en abril y mayo seguramente se verá una merma en las ventas. "La gente se sobrestockeó en marzo, previendo un aislamiento total e incluso el cierre de los supermercados. Por eso es lógico pensar que en los meses siguientes hasta podría haber caída de ventas de los súper", subrayó el economista.
Rodríguez coincidió en que, con el tiempo, el fuerte volumen de ventas debe tender a normalizarse, pero agregó que pueden haber cambios permanentes en los hábitos de consumo. "Eso lo hemos visto con el aumento de las ventas de vino y de otras bebidas alcohólicas", remarcó.
Carvalho, por su parte, opinó que después de marzo es factible continuar viendo incremento en las ventas de productos básicos, como harinas y verduras, entre otros alimentos. "En la medida que el nivel de actividad comience a recuperarse y los ingresos se estabilicen, el consumidor recuperará aquellos artículos que fue dejando de lado", apuntó.
El rol del congelamiento
No siempre se cumplió con las condiciones impuestas por el Gobierno pero, según los especialistas, los congelamientos de precios jugaron un papel importante en las ventas de los supermercados de los últimos meses y podrían ser clave para entender el comportamiento de la economía en los próximos meses.
"Los precios máximos en el valor final de la mercadería funcionan para estimular las ventas, pero también encierran otras dificultades, como el control de la inflación. Se regula el precio de la góndola, pero en la cadena de producción la inflación sigue existiendo. Esto, en casos extremos, puede impulsar el desabastecimiento, porque muchas empresas se quedan con la mercadería esperando que se libere la economía y puedan trasladar el incremento de los costos a los precios. Dependiendo el rubro, frenar la producción de determinados bienes empieza a afectar la oferta también", alertó Carvalho.
Carlos Rodríguez, por su parte, planteó que el programa Precios Máximos se ha desarrollado en medio de una escenario de “enorme emisión de pesos”, lo que ha provoca una fuerte presión sobre las tarifas, sobre el valor del resto de los productos y sobre el dólar.
Nuevos canales de venta
De acuerdo con un informe realizado por la consultora Practia Argentina, la pandemia de Covid-19 y sus consecuentes restricciones a la movilidad, dispararon el uso de tecnología para resolver las compras y el aprovisionamiento en hogares, incluyendo por supuesto a las compras realizadas en supermercados. "Los consumidores se volcaron hacia el comercio electrónico y en segmentos esenciales, como el de productos de almacén, en especial en aquellos que pueden ayudar a preparar más de un tipo de comida", indicaron.
"Los datos disponibles, a 60 días del inicio del aislamiento social preventivo y obligatorio, muestran que las páginas web de los supermercados duplicaron en promedio la cantidad de usuarios que los visitaron", señaló Ernesto Kiszkurno, socio de Practia, aunque aclaró que en muchos casos el tiempo de permanencia promedio no alcanzó para la realización de una compra online. Esto significa que muchos usuarios utilizaron el canal digital para comparar precios y verificar disponibilidad de stock, para luego realizar la compra de forma presencial.
"Según datos recientes de SimilarWeb y de ComScore, la curva de visitas a los supermercados de Argentina durante la cuarentena mostró picos similares a los que se vieron en la última Navidad, con un crecimiento promedio de usuarios únicos de más de 90% respecto de febrero de 2020", agregaron desde la consultora.
Pese a esto, hay supermercados de Mendoza y del resto del país que están lejos de ofrecer los medios necesarios para incentivar las ventas a través de canales digitales. Es que de acuerdo con los datos presentados por Practia, tres de cada diez empresas no han desarrollado ninguna app para mostrar sus propuestas de producto y precio y sólo seis de cada diez permiten iniciar un proceso de compra, sin grandes diferencias funcionales entre la experiencia en la computadora y en el teléfono.