Hubo un viraje táctico de los dos principales candidatos elegidos por Cristina Fernández.
Alberto Fernández le pide ahora a Mauricio Macri un debate que antes descartaba. Axel Kicillof se lo reclama a María Eugenia Vidal.
Conocer los números que están detrás de ese cambio no es fácil. No por la confidencialidad contratada a los consultores. Más bien por la profusión de sondeos más que dudosos. Y por la aparición de “agregadores de encuestas” que promedian resultados sin escrúpulos metodológicos.
Pero acaso por su origen extranjero, un estudio encargado por el banco de inversión brasileño BTG Pactual impactó en los mercados: Macri ganaría por casi dos puntos en las primarias. Sin proyectar indecisos, el oficialismo sumaría 37,5 puntos contra 35,6 de sus adversarios.
Aunque es una diferencia que está dentro del margen de error estadístico, revierte los tres puntos que tenía como ventaja el kirchnerismo. En la misma encuesta, el mes pasado. Roberto Lavagna retendría ocho puntos.
El estudio contratado por BTG Pactual afirma que lo más probable es un escenario de balotaje. No descarta un triunfo de Macri en primera vuelta. También puso en evidencia que el voto castigo mantiene una solidez consistente.
Hay cálculos más conservadores que también le llegan en reserva al macrismo. Son los que explican por qué Cristina aún resiste.
Esos números tienen una lógica territorial, distinta a la de las encuestas. Se basan en los resultados en las provincias que ya eligieron autoridades. Y estimando cuánto pueden proyectarse al escenario nacional.
En Córdoba, el kirchnerismo aspira a recuperar un 10% de los votos. Una media entre la suma del resultado que obtuvo Daniel Scioli en 2015 y el que entonces consiguió Sergio Massa. Ese desempeño le significaría un crecimiento del 0,86% en el total nacional.
Macri aún no encuentra en Santa Fe una estrategia para neutralizar el alineamiento del peronismo en torno a Omar Perotti. El peronismo unido acaba de ganar con un registro cercano al 40% de los votos. Si ese bloque se inclina hacia Cristina, el kirchnerismo recuperará 0,83% en el orden nacional.
En las primarias provinciales de Mendoza el voto peronista fue dividido. Si Cristina logra la unidad, aún perdiendo podría crecer hasta sumar una variación positiva de 0,29% nacional.
En Tucumán, el kirchnerismo espera alinear a Juan Manzur y José Alperovich. Si trepa por arriba del 60% de los votos, ese resultado puede aportarle un crecimiento de 0,54% nacional.
Entre Ríos está más peleado. Cristina unificó al peronismo. Aunque sus candidatos perdieron, Macri hizo pie en la elección provincial. Si el PJ obtiene mayoría, sumará un crecimiento nacional de 0,48%.
José Luis Gioja y Sergio Uñac prometen en San Juan un aporte de 0,25 de crecimiento nacional. Gildo Insfrán aspira a un resultado abrumador que le sume a Cristina 0,13 puntos de diferencia a favor. La misma apuesta está vigente para Tierra del Fuego, donde el padrón es menor y esperan sumar 0,09 puntos.
San Luis está inquieto. Los hermanos Rodríguez Saá han dividido sus preferencias. El kirchnerismo se juega a que la fracción gobernante supere la mitad del padrón y aporte 0,39 al crecimiento nacional.
En Misiones, Cristina espera un retroceso por la boleta corta. Que si le muerde 10 puntos provinciales le jugará 0,21 puntos en contra.
En La Pampa el kirchnerismo anota una variación modesta, de 0,11 puntos. En Neuquén aspira a sacar diez puntos más que Scioli en 2015. Implicaría crecer un 0,15 adicional.
Río Negro está en estudio. Si el kirchnerismo repitiera el 2015, el impacto a su mejora nacional sería neutro. Los contactos del gobernador Alberto Weretilneck con Miguel Pichetto amenazan ese pronóstico.
En Chubut todos los sectores del PJ traccionan para Cristina. Aportarían 0,25 a la mejora nacional. Algo menos que el aporte que promete la oposición a Gerardo Morales en Jujuy: 0,28.
Corrientes tuvo elecciones provinciales legislativas. El macrismo se impuso por más de diez puntos. Podría restar 0,25 puntos al crecimiento nacional de Cristina.
Hay provincias que aún no votaron. Gerardo Zamora le asegura al kirchnerismo una elección santiagueña “a lo Juárez”: más de 75%. Un crecimiento nacional de 0,28 puntos.
El peronismo riojano intentará saldar con la mediación de Alberto Fernández una interna escandalosa y sumarle 0,12 puntos. Un panorama similar al de Chaco, donde el PJ unido espera llegar a 60 puntos provinciales, equivalentes a 0,19 puntos de mejora nacional.
Catamarca postergó sus primarias hasta unificar sus candidaturas. Viene de un apoyo consistente a Cristina en elecciones anteriores. Mejoraría sólo 0,04 puntos nacionales.
Como Santa Cruz, que si repite la escena de 2015 aportaría 0,02.
Salta es el único territorio donde cruje la polarización. El kirchnerismo aspira a que el peronismo ajeno a Juan Manuel Urtubey le sume 0,14 puntos de crecimiento nacional.
A medida que el diagnóstico territorial se acerca al puerto, los números se agigantan para todos.
En la Ciudad de Buenos Aires, Cristina aspira a retener sus votos y sumar seis puntos de castigo a Macri. Le implicaría crecer 0,47 puntos nacionales.
Partiendo de un piso alto, si Cristina logra superar los 40 puntos en su trinchera bonaerense sumará con eso lo mismo que en Córdoba: 0,86 puntos de mejora nacional.
El saldo del crecimiento distrital del kirchnerismo a partir de 2015 podría superar los seis puntos nacionales.
Ese comportamiento podría explicar los 43 puntos que hacen soñar a Cristina, con el mismo anhelo de Macri: ganar en primera vuelta.