Los jóvenes aficionados que acudieron al concierto de la estrella estadounidense Ariana Grande anoche en Mánchester y los padres de los asistentes, que esperaban en el vestíbulo el final del espectáculo, relataron las escenas de pánico tras la explosión que golpeó a la sala.
"Escuché un gran estruendo y entonces todos empezaron a correr hacia nosotros gritando y llorando. Todos nos pisotearon para lograr salir", contó a la cadena BBC Jessica, una de las 21.000 personas que terminaban de ver el espectáculo de la cantante estadounidense, muy popular entre los adolescentes.
"Todo el mundo estaba en pánico", contó a la cadena Sky News Isabel Hodgins, una actriz que también estaba en el lugar.
"El pasillo estaba lleno y olía a quemado, había mucho humo en el momento en que nos fuimos", recordó.
Elena Semino, que esperaba que saliera su hija de 17 años, dijo al diario The Guardian que también resultó herida.
"Sentí como un fuego en el cuello y cuando levanté la vista había cuerpos por todos lados", dijo.
Gary Walker, procedente de Leeds, dijo a la BBC que había recibido trozos de metralla y que su mujer tiene lesiones en el estómago.
"Escuchamos la última canción y después de repente hubo un gran destello, un estruendo y salió humo", dijo.
Su hija, Abigail contó la dificultad que encontró para salir del lugar.
"Tenía que asegurarme que tenía a mi hermana. La agarré y la tiré con fuerza. Todo el mundo corría y gritaba", relató.
"Fue absolutamente aterrador", resumió.
Cheryl McDonald, que asistió al espectáculo con su hija de nueve años, dijo a la cadena Sky que nunca había sentido tanto miedo.
"Nunca había estado tan asustada en toda mi vida. Mi hija está muy, pero muy conmocionada", contó.
McDonald describió que la escena tras el incidente era "devastadora" y que el lugar "estaba lleno de niños".
Los servicios de emergencia indicaron que trasladaron a 59 heridos a varios hospitales y que también asistieron a personas de manera ambulatoria.
Emma Johnson, contó a la cadena BBC que ella y su marido estaba en el lugar para recoger a su hijo de 17 año y a su hija de 15 y que la explosión fue en el vestíbulo.
"Estábamos al inicio de las escaleras y los vidrios explotaron. Yo estaba cerca de donde estaban vendiendo los recuerdos. Todo el edificio se sacudió", señaló.
"Hubo una explosión y después salieron llamas. Obviamente corrimos y tratamos de encontrar a nuestros hijos y afortunadamente para nosotros todos estaban a salvo como para contarlo", contó.
La búsqueda
La angustia reinaba hoy entre padres e hijos que no habían podido reencontrarse tras el atentado en el Manchester Arena de esta ciudad del noroeste de Inglaterra, en un concierto de Ariana Grande repleto de adolescentes.
Las redes sociales hervían con mensajes pidiendo ayuda para encontrar a allegados, y en el vecino hotel Holiday Inn más de 40 muchachos esperaban a sus padres, supervivientes de una matanza perpetrada por un kamikaze que dejó 22 muertos y 59 heridos.
Charlotte Campbell explicó apesadumbrada en varias televisiones que no lograba encontrar a su hija Olivia, de 15 años.
"Todo lo que sé es que estaba en el Manchester Arena con su amiga viendo a Ariana Grande y todavía no ha aparecido", dijo, en declaraciones al programa de televisión Good Morning Britain.
"No logro contactar con ella. He llamado a hospitales, he llamado a todos los sitios, a los hoteles donde decían que habían resguardado a los niños".
"He llamado a la policía. No hay noticias, tengo que esperar. Estoy en casa por si aparece", agregó.
Las víctimas habían sido trasladas a ocho hospitales de la ciudad, explicó la policía. En ellos, los familiares esperaban conocer el estado de los suyos, con las unidades pediátricas recibiendo sangre y convertidas en un vaivén de gente.
"Gracias por pensar en donar sangre en estos momentos", dijo Mike Stredder, director de donativos de sangre de la zona.
"Por el momento tenemos toda la sangre necesaria para los pacientes", añadió, pidiendo que en los próximos días la gente mantenga sus citas para donar, "particularmente si son del grupo O negativo."
En el cercano estadio Etihad, sede del equipo de fútbol del Manchester City, se había instalado un centro de recepción de víctimas y allegados. Una muchacha en lágrimas se abrazaba a un hombre que acababa de llegar.
Dos mujeres se acercaron al lugar con dulces para los niños y revistas.
Hayley Adamson, de 23 años, y Poppy Conlon, de 25, propietarias de un negocio de hostelería, dijeron que respondían así a un llamamiento en la radio.
"Trajimos comida, revistas, dulces, chocolates, papas fritas, sandwiches, cualquier cosa para los niños", explicaron, precisando que dejaron todo en la recepción pero no pudieron acceder a las familias.
Muchos acudieron a las redes sociales en busca de los suyos.
"Mi hermano sigue desaparecido. Acabe esto como acabe, estaré ahí, al lado de mi ciudad. No hay nada más que podamos hacer excepto estar juntos hoy", escribió Dan Hett (@danhett) sobre su hermano Martin, difundiendo los llamamientos a donar sangre.
Una pareja de adolescentes, Liam Curry y su novia Chloe, seguían desaparecidos.
El primo del chico explicó a radio Heart que "Liam perdió a su padre hace un par de meses, así que andaban haciendo cosas para sobrellevar el duelo, entre ellas ir al concierto".
"Todo el mundo creía que iban a pasar in momento feliz, hasta que nos despertamos esta mañana", lamentó.
Un amigo de la pareja, Dawn Finnigan, recurrió a la red social Twitter.
"Se fueron justo antes de la última canción de Ariana Grande, según alguien que estaba detrás de ellos".
Otro usuario de la red social, Lauren Dale, escribió: "la amiga de mi madre Alison Howe y su amiga siguen desaparecidas tras el atentado en el Manchester Arena la pasada noche. Por favor, contáctenme si oís algo".