Los sexshops mendocinos se reinventan y ahora envían placer a domicilio

Ni bien inició la cuarentena, los mendocinos se aprovisionaron de juguetes sexuales. Las ventas comenzaron a caer pero se hacen online.

Los sexshops mendocinos se reinventan y ahora envían placer a domicilio
Los sexshops mendocinos se reinventan y ahora envían placer a domicilio

La cuarentena ha modificado, sin dudas, la rutina de los mendocinos. Y, como es de esperarse, ese cambio también impactó en la sexualidad. Pero no sólo en la limitación del contacto, sino en el consumo de juguetes y juegos sexuales, accesorios y lencería erótica.

Desde el mismo día en que el presidente Alberto Fernández informó que comenzaba a regir el aislamiento obligatorio, la gente decidió prepararse para lo que venía, y no sólo de pan vive el hombre.

"Cuando el Presidente anunció la cuarentena nos explotó el celular. Fueron tres horas de tomar pedidos sin parar e hicimos entregas a domicilio hasta la noche", detalla Francisco Pérez Godoy, de "Sin Tabú Sexshop".

Básicamente, los mendocinos buscaron tener provisiones para disfrutar de su sexualidad durante la cuarentena. Karina, propietaria de los locales "Fantasía de Mujer" y "Sexshop Mendoza", coincide con su colega en cuanto al comportamiento de los consumidores.

"Nos pasó lo mismo. Estuvimos atentos a los teléfonos porque todo el mundo se quiso preparar y nuestro cadete personal estuvo trabajando hasta las 12 cuando empezó a regir la medida", reconoce la mujer cuyas tiendas funcionan normalmente en tres pisos de la galería Independencia.

Luego de esa jornada, las ventas siguieron aunque a un ritmo desacelerado. Para los comerciantes, esto se debe a una cuestión económica y también a las restricciones propias del confinamiento.

Pero no todos los comercios del rubro han tenido el mismo panorama. Daniel Martín es propietario de "Sexshop Enfasy", que funciona en el segundo piso del pasaje San Martín. A diferencia de sus colegas, explica que "el último día que anunciaron la cuarentena fue el peor día de ventas: todos se fueron a comprar mercadería de otro tipo".

Tal vez la razón esté dada en el hecho de que los productos que ofrece Daniel son importados y los valores suelen ser más elevados por estar atados al dólar.

Nuevos canales de venta

Tanto "Fantasía de Mujer", "Sexshop Mendoza" y "Sexshop Enfasy", tienen locales físicos que debieron cerrar sus puertas desde el 20 de marzo. Por eso, las redes sociales se volvieron una herramienta importante para no perder clientes.

En este sentido, Karina precisa que los 25 años de trayectoria de sus dos locales han generado una fidelización de clientes que ha podido sostener por medio de las redes sociales, pero principalmente por WhatsApp.

A través de esa herramienta, ingresan consultas, inclusive de personas que buscan incursionar en cosas distintas. "Mucha gente que nunca usó nada se anima a probar algo nuevo. Hay mucho diálogo por audio y los vamos asesorando para que se sientan cómodos", señala la mujer.

"Sexshop Enfasy" también ha buscado fortalecer las redes como canal de venta, pero sin lograr el mismo impacto. "Hace 30 días que no se vende nada, recién hoy (por ayer), nos han pedido un producto", indica su dueño.

De todas maneras, el hombre, que lleva 13 años en el rubro, reconoce haber "desistido" en las ventas "un poco por los aumentos que vienen ahora", debido a que a la hora de reponer habrá una diferencia de costos. "Se estuvo vendiendo con un dólar de $80 y hoy está en $110", analiza.

Por su parte, los dueños de “Sin Tabú” siempre vendieron desde las redes sociales, razón por la cual ahora han potenciado la experiencia y, a pesar de haber bajado las ventas, no han notado tanto el impacto.

La previa como eje de compras

Francisco Pérez Godoy analiza el consumo de los mendocinos, indicando que "como la gente tiene más tiempo, se abre a la imaginación".

Si bien muchos productos han continuado con los pedidos habituales, otros han ganado protagonismo. "Aumentó la demanda de juegos en pareja, como los dados, las cartas o los kits", detalla el comerciante.

Los dos primeros permiten que las parejas jueguen con posiciones y lugares de la casa, por ejemplo. Los dados van desde los $400 hasta los $800, mientras que las cartas rondan los $1.500. Los kits que pueden incluir, por ejemplo, arneses o látigos, tienen un valor que oscila entre los $2.300 y los $2.500.

Karina, por su parte, ha notado que los clientes se inclinan más por productos que apuntan a la previa, como aceites, accesorios y antifaces. Respecto al rango etario, remarca que tienen "clientes de todas las edades, pero más que nada a partir de los 23 o 25 años". "Y nos comprar por igual hombres y mujeres", apunta.

En todos los casos, las entregas se hacen a domicilio, sólo varía que en algunos casos usan empresas tercerizadas y en otros tienen cadetes propios. La discreción es la principal carta, ya que aún la gente sigue tenido vergüenza de que los demás se enteren que compran juegos o juguetes sexuales.

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