Todos tenemos algún secreto que nos habita en el interior y que cuesta sacar porque entonces dejaría de ser un secreto. Hay secretos que le pertenecen a una sola persona, y hay secretos que se comparten con otras.
Generalmente tienen que ver con acciones de vida que nos daría vergüenza contar o con metidas de patas grandes que pondrían en riesgo, de saberse, nuestra integridad moral y aún física.
“Cómo me gustaría conocer tus secretos”, le dice ella a él en un momento de intimidad, y él sonríe como diciendo: “Ni loco te lo cuento.
Cuando son varios los que comparten un secreto, es muy difícil que el secreto siga teniendo la naturaleza de tal, porque por ahí uno suelta la lengua y entonces el misterio que los unía se hace añicos y la verdad sale a la luz.
Se dice a veces “es un secreto a voces” cuando algo oculto es más evidente que embarazo de bailarina. Los vaguitos no dicen que son pareja pero aparecen abrazados en todas las fotos y caminan de la mano por la calle.
Embromado es el llamado “Secreto de Estado”. Esto ocurre cuando un gobierno, o varios sucesivamente, evitan que el pueblo conozca ciertos hechos que seguramente los perjudicarían o harían entrar en pánico al público en general.
Todo estado tiene “Secretos de Estado” y a uno le gustaría saber qué ocultan, qué se guardan, qué esconden y por qué motivo lo hacen. Hay documentales que se ciernen sobre estos secretos y tratan de entrar en la puerta blindada que los protege. Avanzan, pero nunca llegan al hueso de la verdad.
¿Qué secretos ocultará un país como los Estados Unidos, por ejemplo, que ha metido sus narices y sus misiles en el mundo entero y seguramente se han enterado de hechos que nos impactarían de conocerlos?
Los gobiernos son mandados a hacer, tienen que cumplir con un mandato y ese mandato debe estar fundamentado en la verdad de los hechos. Todos los que hemos entronizado estos gobiernos tenemos derecho a saber, en lo más profundo de la profundidad, lo que ocultan con celo, con premeditación.
De pronto algún gobierno “desclasifica” algunos de sus archivos secretos para que se sepa, pero se sabe con demora y entonces ya no tiene el mismo valor que cuando los hechos se produjeron.
Las empresas tienen también sus secretos y a veces consumimos productos sin saber con quécuernos se hacen, por poner un ejemplo. ¿Quién conoce la fórmula de la Coca Cola? Solamente un pequeño grupo de personas que tienen autorización para acercarse esa fórmula.
Todos tenemos secretos, dijimos en el comienzo de esta nota, y eso es algo bien cierto. Guardamos en un rincón de nuestra memoria hechos que nos involucran y que pretendemos que permanezcan así, en la oscuridad de la ignorancia antes de que tomen estado público.
Hay personas que se han llevado a sus tumbas secretos muy importantes para la humanidad. Los cementerios están llenos de secretos.
Uno tiene secretos, un grupo tiene secretos, un gobierno tiene secretos, las empresas tienen secretos (algunos ligados a la verdad económica de esas empresas), hasta las religiones tienen sus secretos.
Existe un mundo secreto que nos rodea y andamos nosotros ignorantes de lo ocurrido. ¿Alguien tendrá el secreto de cómo se arregla el asunto del dólar en nuestro país?