“No hubo milagro”, lamentó la garrochista rusa Yelena Isinbayeva al anunciar que la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) le bajó el pulgar y no podrá participar en los Juegos Olímpicos de Río.
La "Reina de los Cielos", de 34 años, se despidió así de su sueño olímpico y de la posibilidad de reconquistar la corona que resignó en Londres 2012 tras haber refrendado en Pekín 2008 el oro conquistado cuatro años antes en Atenas.
"Decidieron no hacer una excepción conmigo", escribió Isinbayeva, tres veces campeona mundial y poseedora de 28 récords mundiales en salto con garrocha, al comentar su situación en la red social Instagram.
Un golpe de nocaut para las aspiraciones de la atleta rusa que podría anticipar así su retiro, tal como ella misma anunció que sucedería si finalmente fracasaba en su intento por competir en Río. A una semana del inicio, los Juegos pierden a otra gran figura, que se suma a otros 67 atletas de su país impedidos de participar en la cita por la sanción que pesa sobre la federación rusa de esa disciplina desde noviembre por casos de dóping.
El atletismo ruso brillará por su ausencia en Río, adonde acudirán en cambio otros 272 deportistas, sobre un total de 387, admitidos hasta el momento, admitió el ministro Vitali Mutko al reiterar el apoyo del gobierno a quienes apelen a la vía legal.
En su momento, Isinbayeva fue la primera en advertir que recurriría a la Corte de los Derechos Humanos si se veía impedida, como finalmente sucedió, de participar en los Juegos Olímpicos. Al igual que ella, otros colegas amenazan con recurrir a la Justicia y el Kremlin reiteró su respaldo a cualquier iniciativa en ese sentido que anticipa demandas millonarias por daños.
La incertidumbre sobre cuántos atletas rusos escaparán del escándalo de dopaje y podrán participar en los Juegos Olímpicos persiste a una semana de la inauguración, mientras se aguardan las respuestas de dos grandes federaciones, boxeo y gimnasia. La delegación rusa, inicialmente integrada por 387 deportistas, se redujo a “273 atletas en 30 disciplinas”, dijo el ministro ruso de Deportes, Vitali Mutko.
Ayer, en un último conteo, Mutko habló de 272 atletas, asegurando que "la decisión final será tomada el sábado (por hoy)”. Un rápido repaso determina que 117 deportistas rusos ya han sido oficialmente identificados como excluidos de los Juegos, o sea cerca de un tercio de la delegación prevista inicialmente.
La nadadora rusa Yuliya Efimova anunció haber apelado su suspensión ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAD). Pero éste indicó que ni Efimova ni ningún otro deportista ruso había presentado por el momento su apelación.
"Cuanto más temprano se presente la apelación, más rápido se sabrá la suerte del atleta. El TAD en Río puede tratar la apelación en 24 horas si es necesario", dijo el secretario general, Matthieu Reeb.
El jueves fueron divulgados los nombres de otros tres deportistas rusos excluidos de los Juegos. Se trata de ciclistas que se doparon en el pasado, Olga Zabelinskaya, Ilnur Zakarin, vencedor de una etapa del Tour de Francia este verano boreal, y Sergey Shilov.
Ayer la Federación Internacional de Halterofilia prohibió, a la totalidad del equipo ruso de pesas, participar en los Juegos por sus antecedentes de doping, informó la entidad. Los ocho deportistas rusos que estaban designados para Río 2016 quedaron excluidos de la competencia ya que no reunían las condiciones antidoping exigidas por el Comité Olímpico Internacional (COI) a cada una de las federaciones deportivas.
"La integridad del deporte de levantamiento de pesas fue gravemente dañada por los rusos en varias ocasiones y en varios niveles", dijo la entidad en su comunicado. Por lo tanto, consideró que la exclusión del equipo es la "sanción apropiada" para preservar el estado del deporte.
Otros tres atletas, ciclistas cuya identidad no fue develada por la Unión Ciclista Internacional, deben ser excluidos próximamente. Son mencionados en el informe McLaren del 18 de julio que detalló el sistema de dopaje practicado por el Estado ruso. Decenas de deportistas rusos que no fueron apartados de los Juegos ya comenzaron a llegar a Río.
"Sólo deportistas limpios llegaron aquí hoy", aseguró al bajar del avión Yuri Butnev, de la sección de comunicaciones y mercadeo del Comité Olímpico Ruso, traducido por un voluntario.
El domingo, el Comité Olímpico Internacional encargó a las federaciones internacionales juzgar la elegibilidad de los deportistas rusos en virtud de tres criterios: no haber sido sancionados por dopaje en el pasado, no estar mencionados en el informe McLaren y poder presentar tests antidopaje negativos y creíbles, es decir, efectuados fuera de Rusia.
Si bien algunas federaciones aplicaron estos criterios al pie de la letra, como el atletismo (67 de 68 rusos excluidos por la federación internacional) o el remo (22 de 28 excluidos), otras fueron menos cooperativas. Algunas no habían respondido aún, como la gimnasia o el boxeo, dos deportes en los que Rusia es particularmente poderosa.
“Había que pegar fuerte. Pegamos fuerte, pero eso provoca daños, porque no podemos decir que los remeros inelegibles están dopados. De ninguna manera”, explicó el presidente de la Federación Internacional de Remo, el francés Jean-Christophe Rolland.
Stepanova vive de la caridad
No tiene dinero, no puede llevar una vida normal y no podrá participar en los Juegos: a pesar de las penurias, la rusa Yulia Stepanova, informante clave en el escándalo de doping, todavía no está desanimada.
Desde hace ocho meses, Stepanova vive junto a su esposo Vitali y su hijo en los Estados Unidos y depende de las donaciones que recibe. “Por supuesto que no es fácil con un hijo de dos años. Pero la llevamos bien”, contó.
“Siempre soñé con ser campeona olímpica”, destacó. “Por supuesto que me hubiese gustado que el COI utilizara mi caso y me hubiese apoyado. Pero ocurrió lo contrario”. Varios deportitas iniciaron una campaña de donación denominada “Un futuro brillante para los Stepanov”, que había recaudado 34.000 dólares.