Tanto Nizhny Novgorod como San Petersburgo nos han recibido de gran manera. Sin dudas la amabilidad de la gente no tiene límites. Siempre dispuestos a ayudarte.
En Nizhny conocimos a tres personas muy amables. Igor que manejaba la van, Valera que era el encargado de la casa y Constantine, el dueño.
Fue un día y medio el que estuvimos en Nizhny. Primero fue Valera el que nos cocinó un estilo brochette de cerdo; a la noche Constantine nos agasajó con un cordero a la cacerola. Al día siguiente, Igor nos despidió con unas salchichas típicas de este país, también a las brasas. Todo delicioso y típico de este país.
La idea antes de llegar es que la gente local sería fría y poco simpática y por eso asombra la buena onda y predisposición por donde hemos andado.
San Petersburgo es, a comparación de Nizhny Novgorod una ciudad con una tremenda vida nocturna. Porque a los que hemos venido a la Copa del Mundo se suman los turistas. Pero a pesar de ser otro tipo de lugar, los locales siempre están dispuestos a ayudar... Lo complicado es el idioma y pocos hablan inglés, menos que menos español. En lo futbolístico se dividen. Muchos rusos además de alentar por su selección se dividen entre Argentina y Brasil, pero sobre todo por la selección de Messi.