Esta mañana se desarrolló una audiencia que comienza a definir el futuro de los rugbiers acusados del homicidio de Fernando Báez Sosa ocurrido en Villa Gesell. El juez del caso tiene plazo hasta el sábado para definir el pedido de prisión preventiva domiciliaria.
Tanto la defensa de los acusados, a cargo de Hugo Tomei, como la querella, encabezada por Fernando Burlando, y la fiscal del caso, Verónica Zamboni, expusieron sus argumentos ante el juez de Garantías, David Mancinelli, a quien le realizaron diferentes planteos y dieron su versión de los hechos, antes de que el magistrado resuelva la situación procesal de los detenidos.
Los imputados, que están alojados en la Penitenciaría 6 de Dolores desde el 29 de enero último, también fueron citados a la audiencia prevista para las 9 en la sede del juzgado de Garantías, ubicado en el Boulevard Silvio Gesell y Paseo 130, de la localidad balnearia.
Máximo Thomsen (20) y Ciro Pertossi (19), acusados de ser "coautores" del crimen, Luciano (18) y Lucas Pertossi (18), Enzo Comelli (19), Matías Benicelli (20), Blas Cinalli (18) y Ayrton Viollaz (20), considerados por la fiscal del caso como "participes necesarios" entraron a la sala mientras vecinos de la zona les gritaban "asesinos", lo que obligó a reforzar la seguridad.
Fabián Améndola, uno de los abogados que representa a la familia de Fernando Báez Sosa, contó que en la audiencia oral solicitó que el homicidio sea triplemente agravado por "premeditación, alevosía y placer".
Además, el letrado comentó que pidió que se profundice la investigación para intentar identificar a un joven vestido de negro que aparece en el video donde se observa a los rugbiers abrazarse y retirarse de la escena del crimen.
Por su lado, la defensa de los ocho detenidos pidió una morigeración de la prisión preventiva y que los ocho rugbiers queden bajo arresto domiciliario en caso de que el juez confirme la medida para todos o algunos de ellos. Este punto se definirá mañana, según dijeron fuentes policiales.
Estuvieron ausentes los dos acusados que fueron liberados, Alejo Milanesi (20) y Juan Pedro Guarino (19), pese a que ambos siguen siendo investigados en la causa como "partícipes necesarios".
Trascendió que los rugbiers exigieron que se garantizara su protección y se "resguardara su imagen": no quisieron que sus rostros fueran tomados por los fotógrafos y las cámaras de televisión, por lo que la audiencia no fue pública.