México y Estados Unidos se comprometieron a enfrentar los retos comunes en materia migratoria en un comunicado conjunto emitido por ambos gobiernos en el que reconocen la importancia de resolver rápidamente la "emergencia humanitaria" en la frontera.
Según el comunicado, México buscará reducir la migración irregular mediante un incremento "significativo de su esfuerzo de aplicación de la ley mejicana a fin de reducir la migración irregular, incluyendo el despliegue de la Guardia Nacional en todo el territorio nacional, dando prioridad a la frontera sur.
Con esta acción, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador pretende "desmantelar las organizaciones de tráfico y trata de personas, así como sus redes de financiamientos y transporte ilegales.
El acuerdo, sellado el viernes por la tarde en Washington, incluye el compromiso de ambos países de "fortalecer la relación bilateral, incluyendo el intercambio de acciones coordinadas a fin de proteger mejor y garantizar la seguridad en la frontera común".
México se sentó a negociar la cuestión migratoria con Estados Unidos luego de que el presidente, Donald Trump, amenazara con imponer aranceles a sus exportaciones, que representan más del 70 % de sus ventas al exterior.
Como contrapartida, Estados Unidos, se comprometió a "retornar a México sin demora" a aquellas personas que crucen la frontera sur estadounidense para que puedan esperar allí mientras se resuelve su solicitud de asilo.
“México, de acuerdo con sus principios de justicia y fraternidad universales, ofrecerá oportunidades laborales y acceso a la salud y educación a los migrantes y sus familias mientras permanezcan en territorio nacional, así como protección a sus derechos humanos”, reza el comunicado.
Por su parte, Washington se compromete a acelerar la resolución de solicitudes de asilo y a ser lo más expeditivo posible.
Ambas partes estuvieron de acuerdo en que en caso de que las medidas adoptadas no tengan los resultados esperados, se tomarán otras adicionales y que las mismas serán"concluidas y anunciadas en un periodo de 90 días".
Críticas de la oposición
Los principales partidos de la oposición mejicana arremetieron contra el acuerdo alcanzado con EEUU por considerar que el Gobierno de López Obrador se "rindió" ante la exigencia de "militarizar" la frontera sur.
"El Gobierno de México fue obligado a cumplir con el despliegue de un muro militar en el sur", criticó a través de redes sociales Marko Cortés, presidente del derechista Partido Acción Nacional (PAN), la segunda fuerza política del país.
Aunque admitió que "es positivo para el país que no haya nuevos aranceles a productos mejicanos", consideró también que "la soberanía y la dignidad de México han sido lastimadas" en este acuerdo negociado con "miedo".
El dirigente panista criticó que este acuerdo convierta a México en "receptores temporales de migrantes deportados que esperan se resuelva su solicitud de asilo" en Estados Unidos.
Y exigió al presidente mejicano, que explique si este pacto “incluye detener el tráfico ilegal de armas de Estados Unidos a México”.
"México no debe militarizar su frontera sur. No somos el patio trasero de Donald Trump", criticó a su vez Ángel Ávila, secretario general del progresista Partido de la Revolución Democrática (PRD).
“Fue una rendición”
Criticó que el Gobierno de López Obrador "cedió a todos los puntos" exigidos por Estados Unidos, como el despliegue de 6.000 elementos de la Guardia Nacional a la frontera con Guatemala.
Por ello, defendió que lo sucedido esta semana en Washington "no fue una negociación, fue una rendición".
Y lamentó que con esto “México rompe una tradición histórica de defensa de los migrantes”.
El expresidente mejicano Vicente Fox (2000-2006), siempre muy crítico de López Obrador, también arremetió contra el acuerdo por considerar que "la victoria total fue para Trump".
“Ante nuestra debilidad y errores, él logro su propósito: Obligar a López (Obrador) a imponer el muro en México mismo”, reprochó a través de redes sociales.
El que fue presidente con el PAN dijo que la imposición de aranceles fue "una amenaza inventada" y su resultado fue una "pérdida de soberanía" para México.
Para López Obrador, el acuerdo “fue una victoria de todos los mejicanos”. Especial y Agencias.