Los restos de Antonio Di Benedetto, ex subdirector de este diario y autor literario de gran trascendencia nacional e internacional, tienen una nueva morada en el Cementerio de Capital, al ser colocados ayer en el Pabellón de los Notables de la necrópolis. El homenaje coincide con los 31 años de su desaparición física.
El emotivo acto fue organizado por el área de Cultura de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza y reunió a varios ex compañeros de trabajo del narrador y también a otros periodistas que compartieron actos, reuniones y vivencias en los años ’60 y ’70.
Entre los primeros cabe citar a Rafael Morán, ex jefe de Policiales de este matutino en ocasión de la detención del escritor; Alberto Atienza, con la misma función en el ex vespertino “El Andino”, y otros colegas que lo conocieron y trataron, como Mercedes Fernández y Roberto Suárez. La Sociedad de Escritores de Mendoza estuvo representada por su titular, María Teresa Caglioni.
Las palabras de introducción de la ceremonia corrieron por cuenta del intendente Rodolfo Suárez, quien anunció que pronto un espacio público que se encuentra en el área de las naves culturales del municipio y de la Universidad Nacional de Cuyo, y que conduce al Parque Central, llevará el nombre del autor de novelas como Zama, Los suicidas y El silenciero.
De esta manera son dos los lugares que evocan al novelista, ya que una escuela técnica ubicada en Rama Caída (San Rafael) lleva también su nombre.
"Un segundo entierro"
Morán trazó una sentida y profunda evocación del hombre y del profesional. “Hace 31 años lo despedimos en este ámbito de silencio y vuelvo, volvemos, a enterrar hoy (por ayer) a Di Benedetto”. El ex corresponsal de Clarín fue, junto con otros hombres y mujeres de prensa y artistas, integrante de una comisión que organizó en 1986 un gran reconocimiento público en Mendoza al ilustre narrador, de la misma manera que Ernesto Sabato plasmó un cometido similar en Buenos Aires.
También Alberto Atienza recordó al literato y brillante redactor, pero en su caso contando facetas risueñas de un hombre por lo general serio, formal y en cierta forma complejo.
Rescató también una simpática situación vinculada a la incorporación de Di Benedetto a la Academia Argentina de Letras en 1984 y la utilización de un perchero que había correspondido nada menos que a Leopoldo Lugones, cuya altura física era superior a la del cuyano por varios centímetros, lo cual complicaba su uso.
Una frase de Sonnia De Monte en la lápida
La lápida que ahora identifica la morada final de Di Benedetto, lleva sus fechas cruciales: 1922-1986, y una leyenda, autoría de la actriz y escritora Sonnia De Monte: “Un escritor. Un periodista. Una historia. No descansa: anda en sus libros, por el mundo”.
Su traslado a ese lugar fue autorizado en su momento por el ex presidente del Círculo de Periodistas de Mendoza, Gabriel Lucero, ya fallecido, y la hija del escritorLuz Di Benedetto, quien residen actualmente en los Estados Unidos.
Las razones del traslado
Los restos del escritor Antonio Di Benedetto estuvieron alojados durante muchos años en el Panteón de los Periodistas (perteneciente al Círculo de Periodistas). Sin embargo, por encontrarse su féretro en mal estado y en un espacio no muy apropiado para visitarlo y rendirle tributo, el municipio de Capital tomó la decision de trasladarlos al pabellón B, conocido como de los Notables. En se lugar descansan otras figuras de la vida cultural y social de Mendoza, entre ellos nada menos que Frank Romero Day.