Quedan menos de dos meses para que, el 9 de diciembre, el justicialista Francisco Pérez entregue el mando de la provincia al radical Alfredo Cornejo.
Será la finalización del período más largo de transición entre dos representantes de partidos diferentes, con ideas y formas de gestión que se presentan disímiles también.
Hasta el momento, esa transición ha tenido fuertes encuentros, como aquel inicial del 22 de junio, cuando el actual mandatario y el electo desayunaron juntos. O cuando decidieron enviar juntos la propuesta de endeudamiento que hoy la Nación tiene en sus manos.
También fuertes desencuentros, como el del 21 de julio, cuando buena parte del PJ decidió cortar el diálogo, que sólo se reanudó después de la PASO nacional del 9 de agosto.
En estos 113 días que pasaron desde el triunfo del 21 de junio, Cornejo ha tenido una ardua tarea como futuro administrador y no siempre ha sido en el mejor de los escenarios.
Por esa razón, no es ilógico dudar sobre si llegará fortalecido a su asunción o si, por el contrario, ya acarreará cierto desgaste que le complique el inicio de su gestión.
“Voy a llegar con una situación peor de la que describí en la campaña”, dijo sin tapujos el propio Cornejo, atendiendo fundamentalmente a la herencia financiera que recibirá, que para él “es muy mala”.
Está claro entonces que desde lo económico-financiero tendrá serios problemas al momento de asumir. “Los intendentes están furiosos, sobre todo por el adelanto de coparticipación que se pidió”, siguió el futuro gobernador, apuntando al adelanto nacional que días atrás recibió Mendoza para pagar sueldos.
Esta visión es compartida. “El momento actual es pésimo y lo que vemos no es mucho mejor”, señaló el intendente de Junín, Mario Abed, sobre este punto.
"En lo financiero, dependerá de lo que dejen, que hoy no es muy bueno", resaltó por su lado Vaquié.
Pero más allá de estas imágenes apocalípticas, Cornejo despierta cierta seguridad entre sus correligionarios.
“Alfredo sabe la situación que enfrentará. Ha tomado las decisiones que lo harán sentirse más seguro”, destacó su futura vice, Laura Montero, que lo consideró “experimentado” para afrontar el desafío.
“Hay muchas esperanzas puestas en él”, dijo Abed, mientras que otro futuro intendente, Marcelino Iglesias, le ponderó su capacidad de aglutinamiento. “Lo veo afianzado en su rol de liderazgo, con un partido más unido que nunca y con un fuerte abroquelamiento de Cambia Mendoza”, dijo el futuro jefe comunal de Guaymallén.
Es cierto que en política los tiempos pueden cambiar abruptamente.
Como dice Vaquié, “hay que esperar al 25 de octubre”, para saber si se mantiene la fortaleza política cornejista en Mendoza, pero resulta indudable que desde el punto de vista radical, Cornejo “llega fortalecido” a diciembre, aunque todos coinciden en que el tiempo que resta para esa meta, sobre todo desde lo financiero, “será muy difícil”.