Los que perdieron todo por el fuego que avivó el Zonda

Seis precarias casas en una zona rural de Lavalle quedaron destruidas por las llamas desatadas por las ráfagas y los pastos secos.

Los que perdieron todo por el fuego que avivó el Zonda
Los que perdieron todo por el fuego que avivó el Zonda

"Fue todo muy rápido: se armó, vino, me quemó el rancho y se fue. Sólo nos dejó el viento". Así resume Santiago Báez (77) el incendio que lo dejó sin un lugar donde vivir. Es que el miércoles por la tarde las llamas se propagaron debido al Zonda y afectaron al menos seis viviendas precarias en el callejón Villanueva y El Pantano, en el límite entre Tres de Mayo y Jocolí Viejo (Lavalle).

Parado sobre un bastón en lo que alguna vez fue el hogar que construyó con sus propias manos, no pierde la esperanza de que lo sucedido ayude a visibilizar una situación de vulnerabilidad en la que viven muchas personas a su alrededor.

El olor a quemado inunda el lugar donde sólo pueden apreciarse escombros y la chimenea, el único sector del rancho que quedó en pie. En un costado, él mismo armó un cobijo con chapas para poder pasar la noche, pero cuenta que a las 2 de la mañana le dio tanto frío que tuvo que pedir asilo a su vecina, María Elizabeth, a quien a esta altura ya considera como su hija.

“Vivo acá desde hace 25 años. Mis hijos están en Buenos Aires. Esta casita la hice yo con cañas y barro”, detalla el jubilado. Recuerda que el miércoles estaba dentro de su casa hasta que María Elizabeth le avisó que se venía el fuego, por lo que salió inmediatamente: “Pasó una llamarada por adelante y pensé que me había salvado, pero después vino otra por atrás y arrasó con todo. No me dio  tiempo de tratar de apagar las llamas con agua”.

Como una persona creyente y optimista está convencido de que esta tragedia finalmente traerá aparejado algo bueno para él y sus vecinos: "Yo le pregunto a Dios ¿por qué se llevó mi rancho? pero después pienso que gracias a esto mucha gente puede aprovechar para quejarse porque nos sentimos abandonados".

Con los ojos llenos de lágrimas, Santiago asegura que nunca le gustó pedir ayuda pero que ahora no le queda otra. Si bien desde la comuna lavallina se acercaron para ofrecerle colaboración, él prefiere esperar para ver si cumplen. “Del dicho al hecho hay un largo trecho”, dicen con desconfianza.

A unas pocas cuadras, José Rodríguez también sufrió las consecuencias del fuego propagado por el viento. “A mí se me quemó la parte de atrás de la casa, que era de caña”, relata. Detalló que estaba almorzando cuando se dio cuenta de la presencia de las llamas: “Desde entonces todo fue un desastre”, remarca. Vive allí desde hace 3 años y agradece que le quedó una parte de la casa donde podrá seguir viviendo con su familia.

Sobrevivir a las llamas

Con la mirada llena de tristeza, Yanina Galván observa atenta los daños que causaron las llamas en su hogar. Allí las paredes siguen en pie, pero el techo, de madera, está muy dañado: "Esta casa la construimos con mi marido como pudimos. Sabemos que no está bien hecha pero por lo menos aguantó".

Ambos son de Rivadavia y, como se quedaron sin trabajo y sin lugar para vivir, se fueron a Lavalle: "Tenemos cuatro hijos y uno de ellos es autista. Justamente él no quería volver por miedo".

De hecho, la mujer recuerda que sus pequeños pudieron escapar del incendio de milagro: “Los envolvía en todos los frentes, pero gracias a Dios los vecinos que tenemos cerca ayudaron”. Ahora espera poder recibir algún tipo de ayuda, sobre todo para su hijo autista.

Con su nena de un año y medio en brazos, Lorena Arancibia charla con los vecinos para conseguir algo de ropita. “Nosotros no la sufrimos tanto porque no nos agarró la casa, pero sí se nos quemó toda la ropa y la cama de mi hija”, describe.

Destaca el rol de los vecinos que se unieron para apagar el fuego: "Nos ayudamos entre todos, aunque hubo algunos que igual perdieron todo, se quedaron en la calle". Ayer a la mañana tenía cortada el agua y la luz: "Encima, aprovechando el caos vino gente de afuera y se robó los cables", denunció.

El aporte del municipio

Desde la Municipalidad de Lavalle contabilizaron seis viviendas afectadas por las llamas: cuatro con daño total y dos con daño parcial. "Entendemos que alguien prendió fuego en alguna finca y que las ráfagas de viento, más la cantidad de yuyos secos en la zona, causaron el desastre”, dijo el intendente Roberto Righi.

“Vamos a comprar casas industrializadas para colocar en el lugar”, anticipó. Remarcó que se trata de la solución más rápida y que en 15 días podrían estar colocándolas.

Una ayuda inesperada

El desolador panorama que vivieron tras el incendio los vecinos de Tres de Mayo y Jocolí Viejo motivó la solidaridad de un grupo de jóvenes de la Capilla Nuestra Señora de Lourdes. Apenas se enteraron de lo sucedido, Yamila (19), Elizabeth (22) y María (26) se hicieron presentes en el lugar. 

“Me agarró la desesperación y pensé que había que hacer algo, así que nos empezamos a comunicar y vinimos ayer (miércoles a la noche)”, recordó María. Ellas recorrieron el lugar hasta donde pudieron llegar, ya que todavía había mucho humo, y consultaron sobre las necesidades más urgentes de los damnificados por las llamas.

Ayer por la mañana volvieron para llevarles algunas cosas y también se dispusieron a preparar una gran olla de guiso para preparar viandas. “Nos dimos cuenta de que muchos no tienen nada para comer”, comentaron.

Además, organizaron una colecta de elementos que puedan necesitar. Los interesados en colaborar pueden dirigirse a la Capilla Nuestra Señora de Lourdes en calle El Pantano y Ruta 36, Tres de Mayo, Lavalle.

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