Durante los últimos años de la anterior gestión gubernamental, hicimos hincapié en forma permanente en los problemas por los que atravesaban las economías regionales. Se debían a una serie de variables que se concatenaban, como por ejemplo una inflación que hacía subir los costos internos y un dólar planchado, lo que no permitía a los productos argentinos competir en igualdad de condiciones con el resto del mundo en los mercados internacionales.
Ha cambiado la conducción del Gobierno pero, al decir de los principales actores de las economías regionales, a excepción de la Pampa Húmeda, la situación no se ha modificado y las dificultades siguen siendo las mismas. Es sabido que los problemas son muy profundos y que la herencia recibida fue muy preocupante, pero también es dable de esperar que comiencen los cambios necesarios que permitan, a la producción del interior, mejorar su posicionamiento en el orden internacional.
Lo que está ocurriendo actualmente fue planteado con claridad durante una reunión que mantuvieron representantes de distintas economías regionales. Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa se señaló que en las regiones del interior se registra "falta de rentabilidad y competitividad", asegurando que gran parte de los problemas surgen de un dólar bajo, insumos en alza y fletes muy caros. "No cubrimos los costos y quedamos fuera de los mercados", asegura. Se indica que los datos correspondientes al tercer trimestre de este año marcan que las exportaciones de las economías regionales cayeron 7,6% respecto de igual período de 2016 y que las exportaciones (de las regiones) sumaron 1.418 millones de dólares, lo que representa el 7,1% de lo exportado por el país en ese lapso.
Las opiniones son coincidentes a lo largo del país. Desde Salta, donde se afirma que "decir que volvimos al mundo es exagerado, vamos a estar cuando nuestros productos jueguen en mercados importantes y eso no se está dando"; pasando por Córdoba, donde se indica que el tipo de cambio "fue más allá de la zona de confort de la media histórica de los últimos 13 años, por lo que hoy se registra un atraso". Llegando al Alto Valle del Río Negro, donde se asegura que "hay altos costos de infraestructura, de carga tributaria y mano de obra y en eso se está trabajando. Pero el dólar es un problema, porque mientras el Estado siga tomando divisas, no habrá cambios". Para la CAME, "si bien los precios históricos son relativamente buenos, no cubrimos los costos y quedamos fuera de los mercados… Aplaudimos las obras de infraestructura encaradas y las acompañamos, pero hay que resolver la transición". Para el titular de la Federación del Citrus de Entre Ríos, "con el gobierno anterior perdimos mercados porque el país se cerró al mundo. Ahora hay apertura, pero los costos y el tipo de cambio nos dejan fuera de juego".
Cabría recordar que el mes pasado Coninagro, entidad que preside el mendocino Carlos Iannizzotto, presentó un documento titulado El Campo y la Política III, que contiene propuestas para mejorar la competitividad en distintos sectores. Realiza un análisis global y destaca que entre las 18 economías que se desarrollan en el país, sólo cuatro arrojan datos positivos o de crecimiento, como la agricultura, la ganadería, el maní y los porcinos, mientras el resto se encuentra con signos de "crisis o en crisis", asegurando que las producciones más complicadas son las del tabaco, las peras y las manzanas. Impulsó un conjunto de políticas que debe llevar el Estado con los privados a fin de lograr "previsibilidad para producir más y mejor".
Los sectores han enviado entonces señales de advertencia y de preocupación sobre lo que está ocurriendo y Mendoza no está al margen de la situación, ya que desde los distintos sectores -la vitivinicultura y el ajo lo han realizado más recientemente- se ha señalado que resulta muy complicado competir en los mercados internacionales.