Los principales desafíos del próximo presidente

Un panorama de los problemas más acuciantes que deberá resolver el sucesor de CFK a partir del 10 de diciembre. Entre el estancamiento económico y del mercado laboral, el cepo, el estigma del default y la inseguridad, entre las urgencias que reclaman solu

Los principales desafíos del próximo presidente

Los más de 32 millones de argentinos habilitados para votar concurrirán hoy a las urnas para elegir su candidato a presidente entre el amplio abanico de postulantes por las distintas fuerzas políticas que aspiran a suceder al kirchnerismo.

El Gobierno, en tanto, comenzará a transitar el último tramo de su mandato, tras 12 años en el poder. Un derrotero que concluirá, indefectiblemente, el 10 de diciembre, con varias cuentas pendientes que deberá “pagar” el sucesor de Cristina Fernández.

Gane quien gane, los desafíos serán múltiples. Aquí, un listado con 10 de los temas más críticos.

Pobreza. A falta de números oficiales, la última medición del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina le puso fin a la incógnita: 11,5 millones de argentinos, es decir, un 28,7% de la población, son pobres.

La triste estadística, que corresponde al 2014, supera a la del año anterior y contrasta con el magro 4,7% que midió el Indec en su último informe, puesto que ese organismo dejó de relevar la pobreza al finalizar el primer trimestre de 2013. La propia Presidente avaló la cifra oficial en su último viaje a Roma, cuando en la asamblea de la FAO afirmó que la pobreza no superaba el 5%.

Pero según la medición de la UCA (que toma una muestra de 5.700 casos en todo el país), la pobreza no ha dejado de subir desde 2011 a la fecha. La consolidación de la inflación por encima del 20% erosionó el poder adquisitivo de los asalariados, destruyó puestos de trabajo e impactó especialmente en aquellas personas con empleo informal.

Empleo. La creación de trabajo está estancada y será tarea del próximo presidente hacerle frente a este problema para volver a dinamizar el mercado laboral. Según un informe de la consultora Abeceb, en 2014, la industria perdió 27.000 empleos y la construcción, 9.000. Desde que se instauró el cepo cambiario, además, los desempleados pasaron de 1,18 millones en 2011 a 1,25 millones en 2014, cifras que son oficiales.

El número de los llamados Ni Ni (jóvenes que ni estudian ni trabajan) asciende al millón y medio. “Reducir la tasa de informalidad laboral -sostiene Manuel Mora y Araujo, director de Ipsos- será una tarea obligada de la próxima gestión”.

Además, esta semana se conoció un nuevo informe del Ministerio de Trabajo que reconoce que por segundo mes consecutivo la creación de empleo privado fue nula en la Argentina y consigna que nueve de cada 10 empresas no prevé ampliar su dotación de personal. En cambio, el empleo público creció de modo exponencial en la última década.

Crédito hipotecario. "Para recomponer el crédito será fundamental lograr la estabilidad macroeconómica y contar con un marco regulatorio creíble -señala Dante Sica, director de Abeceb-. En particular, con una baja tasa de inflación que sea compatible con el ahorro en moneda local".

Entre otras cosas, la falta de crédito hipotecario agudiza la parálisis que sufre el sector inmobiliario, jaqueado por las restricciones cambiarias impuestas desde hace más de tres años que llevaron a ese mercado a sufrir su peor crisis desde 2001.

Históricamente, la estructura crediticia del país se caracterizó por bajos niveles de crédito hipotecario pero, en los últimos años, estos préstamos perdieron mucha participación en los créditos totales, al pasar del 18% en 2003-2007 a sólo 12% en 2008-2014 y 8% en 2014.

Para el Ieral, el retorno del crédito hipotecario dependerá de la baja en la inflación, la evolución de los salarios reales, las perspectivas macro y de la entrada de capitales. Mora y Araujo, por su lado, agrega que el “gran desafío” de la próxima administración será crear un sistema de crédito hipotecario accesible a los jóvenes.

“Es una condición necesaria para una más alta movilidad social y una reducción de la pobreza que se manifiesta en hábitats pobres, aun cuando muchas personas trabajan regularmente”, sostiene.

Inseguridad. Se trata de uno de los temas que encabeza cualquier ránking de preocupaciones de los argentinos, en especial en el conurbano. Las cifras dan cuenta de la situación: según los últimos datos disponibles, en 2013 se registraron 83 delitos por hora en la provincia de Buenos Aires. Argentina tiene también la tasa de robos más alta de América latina: 973 cada 100 mil habitantes, según la ONU.

También la cifra de homicidios viene en ascenso, aunque las estadísticas oficiales brillan por su ausencia. Es que la Argentina dejó de publicar cifras sobre criminalidad en 2009. A esto hay que sumar fenómenos nuevos que contemplan otras formas de violencia, incluso vinculadas al narcotráfico, como se ve en Rosario, donde el número de muertes por violencia supera los 200 cada año.

Inflación. Uno de los mayores retos que tendrá el próximo presidente será bajar la inflación. Enero de 2007 fue el mes en el que las estadísticas argentinas dejaron de ser creíbles cuando el kirchnerismo decidió intervenir el Indec.

La mayoría de los expertos viene advirtiendo que reducir el alza de precios es una de las condiciones necesarias para apuntalar la inversión y tener chances de volver a colocar a la Argentina en el sendero del crecimiento. “Una estrategia anti-inflacionaria exitosa requiere ante todo de un índice de precios creíble”. apunta Sica.

Cepo. El próximo gobierno también debería sincerar el sistema cambiario. El tema pone sobre el tapete la disyuntiva de gradualismo versus shock que se instaló durante esta campaña y remite al timing que el sucesor de CFK le impondrá a las reformas que requiere el modelo kirchnerista.

“Aun cuando esto no será posible inmediatamente -sostiene Sica-, habrá que anunciar rápidamente el camino con el que se alcanzará este objetivo. Caso contrario, se enfrentará una pérdida de reservas creciente, debido a la expectativa de suba del valor oficial del dólar”. El director de Abeceb afirma que la salida del cepo exigirá contar con un plan previo para bajar el déficit fiscal.

Energía e infraestructura. La cifra es alarmante y pertenece al Indec. Casi la mitad de la población argentina -el 46%- no tiene hoy acceso a cloacas. Más aún, un informe del Cippec asegura que, desde 2001, la cobertura de agua potable, cloacas y saneamiento en el país está estancada. Además, los cortes de luz son cada vez más frecuentes, las redes de transporte son ineficientes y las comunicaciones suelen fallar.

El mismo estudio revela que la inversión en infraestructura en la última década tuvo un sesgo hacia la red vial. Casi el 80% de la inversión pública entre 2003 y 2013 se destinó al sistema de carreteras nacionales. Más allá de algunos avances a partir de la gestión de Florencio Randazzo, el cuadro más crítico se puede constatar en el sistema ferroviario.

También el mal estado del sector energético afecta a la economía en su conjunto. En 2014, el déficit de la balanza energética rondó los U$S 6.000 millones.

“Este año podría bajar unos U$S 1.000 millones por la caída en el precio del barril del petróleo”, dice Emilio Apud, ex secretario de Energía y consultor en temas energéticos. También los subsidios alcanzaron los $ 120.000 millones el año pasado. La Argentina importa hoy casi el 30% de sus necesidades energéticas.

El próximo presidente deberá generar un marco regulatorio competitivo y consensuado que permita atraer el capital de riesgo. “Hay que terminar con los subsidios restableciendo el equilibrio tarifario”, agrega el ex secretario de Energía. Y asegura que, aún haciendo las cosas bien, llevará entre ocho y 10 años recuperar el autoabastecimiento.

Por su parte, Jorge Castro advierte la necesidad de lograr la plena explotación de los yacimientos de shale gas y shale oil de Vaca Muerta. La potencialidad es enorme. Según la Agencia Internacional de Energía de los EEUU, Argentina es la segunda reserva mundial de shale gas y la cuarta en shale oil. El desafío es lograr productividad y liquidez financiera de los proyectos e inversiones.

Deuda e inversiones. La negociación pendiente con los holdouts también será ineludible. Según Jorge Todesca, U$S 11.849 millones sería el total a renegociar con los llamados fondos buitre para salir del default. Por otro lado, la IED (Inversión Extranjera Directa) cayó 41% y se ubicó en U$S 6.612 millones, el nivel más bajo desde 2009, según la Cepal, que consigna además que esta baja obedeció principalmente a la nacionalización de YPF.

Mora y Araujo considera que es urgente “elevar rápidamente la tasa de inversión, sin crear distorsiones aun mayores en la base productiva. Desde hace 70 años, la Argentina viene optando por un enfoque de ‘capitalismo de estado’, solo que mal aplicado.

El modelo argentino clásico funcionó, pero encontró un techo insuperable cuando fue incapaz de crear fuentes de trabajo para una población en expansión. Necesitamos otro modelo”, concluye.

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