Desde el pequeño banquete privado en el Hotel Roosevelt de Los Ángeles (con apenas 270 personas) han pasado nada menos que 90 años de celebridades, premios y recuerdos.
Los Oscar son hoy el reconocimiento más importante del mundo cinematográfico, y el domingo que viene habrá seguramente una gran emotividad en el aire.
Es que la cifra redonda siempre invita a la retrospectiva. Es por eso que, para ir calentando el interés de los cinéfilos, repasamos los hechos más memorables de estas nueve décadas de existencia.
Desde ese primer 16 de mayo de 1929, ha cambiado no solo la masividad del evento y el lugar físico (ahora se realiza en el Teatro Dolby de Los Ángeles, que tiene capacidad para 3.300 personas), sino que se han ampliado las categorías, de 12 a 24.
Desde entonces, son más de tres mil las estatuillas que se han entregado y están repartidas por todo el mundo.
Sobre desnudos y errores
Esta vez, es inevitable empezar la historia por el final. Nos referimos al papelón que el año pasado se produjo en la entrega más esperada, a Mejor Película; un hecho que de ahora en más no se olvidará y quedará como ejemplo de mala logística y distracción.
¿Qué sucedió? Cuando el equipo del musical "La La Land" ya tenía la estatuilla en sus manos, se esclareció el error que habían cometido los presentadores Warren Beatty y Faye Dunaway, que inexplicablemente leyeron mal el contenido del sobre: la ganadora era "Moonlight".
Fue el gran tema de discusión de la semana, con burlas, debates y mil explicaciones diferentes de lo que pudo haber sucedido.
Lo cierto es que, durante los últimos años, los Oscar han dado infinidad de noticias de color que se han viralizado en las redes: basta recordar las caídas de Jennifer Lawrence, especialmente cuando subió a recoger su Oscar a Mejor Actriz por "Los juegos del destino".
Muchos recordarán también la famosa selfie que, en 2013, se tomó la presentadora Ellen DeGeneres con varios actores. O el discurso de arenga feminista de Patricia Arquette, quien subió a recibir el premio a Mejor Actriz de Reparto por "Boyhood" en 2015 y anticipó, de alguna forma, la ola de empoderamiento femenino que por estos días está cambiando las reglas en Hollywood.
Pero, aunque parezca mentira, los Oscar han vivido momentos más estresantes que el del año pasado: el 18 de marzo de 2000, desaparecieron misteriosamente diez cajas que transportaban las 55 estatuillas de la ceremonia, que iba a tener lugar una semana más tarde.
Pero no hizo falta reemplazarlas, porque tres días después del robo aparecieron (¿milagrosamente?) en un contenedor de basura atrás de un supermercado en el barrio coreano de Los Ángeles. Un hombre que revolvía la basura las encontró.
Pero ha habido también quienes se negaron a recibirla, como cuando en 1972 Marlon Brando rechazó el Oscar por "El Padrino", en señal de protesta por el trato que sufrían los indios americanos.
Algunas entregas han sido realmente insólitas, como cuando en 1999 Roberto Benigni llegó hasta el escenario saltando sobre las butacas y las cabezas de los invitados. El premio estaba destinado a una película que, con los años, se transformaría en un clásico lacrimógeno, "La vida es bella".
Y en el mismo sentido, algunos recordarán la vez que Pedro Almodóvar ganó, en 2000, el Oscar a Mejor Película Extranjera por "Todo sobre mi madre" y Penélope Cruz, presentadora y también actriz del filme, no pudo contener su emoción anunciando al ganador: "¡¡Pedrooooooo!!!", gritó, mientras saltaba de la felicidad.
Pero el momento más insólito fue, sin dudas, el que sucedió en 1973, cuando un hombre desnudo apareció de la nada corriendo detrás del elegante David Niven, quien pudo sobreponerse al surrealismo de la situación con una ironía bien de corte inglés.
Y si la cuestión es la emoción, probablemente uno de los momentos más recordados por los cinéfilos sea la entrega del Oscar Honorífico en 1972 a un Charles Chaplin ya mayor (tenía más de 80 años).
Recibió una ovación unánime de pie y él se emocionó casi hasta las lágrimas. Su discurso tuvo poquísimas palabras, para conservar quizás esa imagen muda, casi de mitología.
Pero, fuera del Oscar de honor, el actor más longevo en ser premiado fue el veterano Christopher Plummer. El legendario Capitán Trapp de "La novicia rebelde" se llevó el premio a Mejor Actor de Reparto en "Beginners", con 82 años.
Pero atenti, porque este domingo podría superarse a sí mismo, puesto que está nominado a Mejor Actor por "Todo el dinero del mundo", con 88 años (dato de color: es el papel que Kevin Spacey había interpretado y del que fue luego desplazado, después del escándalo de abusos que todos recordamos).
Y si nos vamos al extremo opuesto, la persona más joven en obtener el premio mayor del cine fue Tatum O'Neal, por "Paper Moon". Tenía solo 10 años.
La ceremonia de la 90° edición del Oscar será este domingo 4 de marzo. La alfombra roja se transmitirá en vivo desde las 20.30, por TNT y TNT Series.
Oscarizados
El más premiado: Walt Disney (26 premios, cuatro de ellos honoríficos).
El más nominado: el compositor John Williams (51 nominaciones).
La actriz más nominada: Meryl Streep (20 nominaciones y tres estatuillas).
La actriz más premiada: Katharine Hepburn (cuatro estatuillas).
El director más premiado: John Ford (cuatro estatuillas).
Las películas más premiadas: "Ben-Hur", "Titanic" y "The Lord of the Rings: The Return of the King" (11 estatuillas).
Cinco curiosidades sobre los Oscar
Ya sabemos casi todo sobre los nominados al Oscar de este año, los ganadores del año pasado y los chistes que sin duda hará el anfitrión Jimmy Kimmel. Pero existen aspectos de la noche estelar de Hollywood que podrían sorprenderte. Enterate qué más incluirá la gala del 4 de marzo que se transmitirá en vivo desde el Teatro Dolby de Los Ángeles.
Reemplazos y públicos de relleno
Las cámaras nunca encuentran un asiento vacío en los Oscar, pues una tropa de reemplazos está lista para ocupar cualquier asiento vacante cuando un invitado se levanta para ir al baño o al bar.
Un desfile de extras en esmoquin y vestidos largos llega horas antes de que comience el espectáculo y está listo para abalanzarse y tomar asiento una vez que las cámaras comienzan a rodar. Conseguir ese trabajo, como tantas cosas en Hollywood, depende de a quién conocés: los rellenos suelen ser familiares y amigos de personal de la Academia de Cine y de la firma que se encarga del conteo de los votos.
Me suena el estómago
Los invitados al Oscar suelen estar hambrientos. Podrá ser autoimpuesto, ya sea por los nervios del nominado o por un vestido tan ceñido que no deja espacio para el error o alimento.
Los asistentes, sin embargo, tienen oportunidad de comer durante un cóctel previo al show que incluye bandejas de entremeses; si no lo hacen entonces tendrán que esperar tres horas más a una cena posterior en el Baile de los Gobernadores.
No todos están invitados, lo que significa que algunos asistentes famélicos terminan pidiéndoles a los choferes de sus limusinas que hagan una breve parada en un restaurante de comida rápida.
Permanezca en su carril
Hay dos carriles en la alfombra roja de los Oscar: uno para los famosos, y otro para los demás. Soportes y cordones de terciopelo los separan. Los famosos caminan del lado más cercano a las cámaras y los reporteros.
Los no famosos, en tanto, caminan del lado que está más cerca de las gradas donde se sientan los fans, donde fornidos guardias de seguridad aceleran su paso para reducir el congestionamiento de mirones.
Guionistas, ¡Atentos!
Los programas en vivo inevitablemente enfrentan obstáculos, como el enorme error del año pasado en el que Warren Beatty y Faye Dunaway: anunciar ganadora a “La La Land” y era “Moonlight”.
Tales metidas de pata se convierten en leña para el anfitrión, y un montón de guionistas tras bambalinas ayudan a crear ocurrencias en el momento. Las mejores, como cuando Kimmel le reprochó a Beatty “Warren, ¿¡qué hiciste!?”, se sienten espontáneas y salen rápidamente para que la audiencia no pierda el hilo.
Los anfitriones deben estar listos con “salvapantallas” para responder con un chiste explosivo, dice el veterano guionista de ceremonias de premios Bruce Vilanch.
Ganadores, conozcan a los periodistas
Los ganadores del Oscar son guiados tras bambalinas para tomarse fotos y enfrentar una rápida sesión de preguntas y respuestas en una sala atestada de periodistas.
Mientras los ganadores sostienen su estatuilla y, en algunos casos un trago celebratorio de alcohol, los reporteros levantan tarjetas numeradas para que un representante les invite a preguntar. Esto ha llevado a más de una estrella a exclamar que se siente como en una subasta y a llamar él mismo los números. Los reporteros se ríen.
Con grandes monitores mostrando la ceremonia, algunos ganadores piden una pausa para poder escuchar el resultado de un amigo o colega nominado. Los reporteros los complacen.