Por Rodolfo Cavagnaro - especial para Los Andes
Cuando se conozcan hoy los datos de IPC Nacional que publica el Indec se podrá tener mayor precisión, pero es bueno hacer un repaso de los datos conocidos, de Mendoza y ciudad de Buenos Aires, para tener una aproximación.
En principio, el crecimiento de precios del mes de Julio registro un 2% en Mendoza y un 1,8% en la Ciudad de Buenos Aires. El acumulado en 2017, en cambio, fue de 14,7% en Mendoza y de 15% en la Capital. Más allá de los comportamientos de cada rubro, la diferencia entre ambos datos es mínima, y está mostrando claramente que el objetivo del 17% que tenía el Banco Central no se podrá alcanzar. El Jefe de Gabinete, Marcos Peña, ya reveló que el gobierno calcula que alcanzará a 21,6%.
Los más valioso que surge de los datos es cuando se anualizan, es decir, cuando se toma el periodo julio 2016/Julio 2017. En este caso, el dato anualizado sigue mostrando una leve pero firme tendencia descendente. En el caso de Mendoza, la inflación anualizada a Julio arrojó un 20,3%, mientras que en Buenos Aires fue de 22,9%.
Probablemente los datos nacionales no reflejen estas diferencias, pero es bueno marcar que la discrepancia tiene que ver, sobre todo, con los mayores gastos registrados en el área porteña, donde los ajustes tarifarios han sido más duros que en el resto del país porque tenían un nivel de atraso mucho mayor.
Lo que se aprecia en ambas mediciones es que subsiste una elevada presencia de los niveles de Alimentos y bebidas, en torno a un 1,9% en Mendoza y 1,2% en Buenos Aires.
Estos niveles puede contener productos con impacto estacional, que el índice nacional despejará con seguridad. En ambos casos estamos frente a una inflación núcleo cercana al 1,7% y esto es preocupante por la tendencia hacia el futuro y el impacto que tiene sobre los valores de la canasta básica y canasta total, sobre las que se calculan pobreza e indigencia.
Para el mes de agosto se ha autorizado algunos aumentos nuevos y, además, las grandes cadenas comerciales ya están haciendo proyecciones de precios sobre la suba del dólar aunque muchas empresas aún no ajustaron sus costos. Los aumentos preventivos terminan haciendo más daño que los mismos crecimientos. Nada peor que la Inflación “por las dudas”.