Domingos atrás leí en diario Los Andes un artículo sobre el cerro Arco, titulado "El cerro Arco se 'achica': cada vez tiene más visitantes". Y hoy quiero expresar mi más profundo repudio y deseo de que sean castigados, penal y civilmente, los crueles dueños que hacen subir a sus perros junto con ellos y que, de acuerdo al relato, al bajar muchos mueren de deshidratación.
Las autoridades debieran poner un policía o un guardaparque de vigilancia y no permitir que los pobres animales suban con ellos, a menos que dispongan la forma de darles agua en forma permanente.
Inclusive opino que debiera intervenir un fiscal de oficio, ya sea provincial o federal, es decir, la jurisdicción que correspondiere.
Me sumo a las denuncias que seguramente harán las organizaciones que protegen el bienestar animal.
Licenciado Antonio Baragiola
Psicólogo
DNI 8.282.153