Con absoluta discreción, los padres de Djokhar Tsarnaev esperan en Rusia el juicio de su hijo, único acusado del atentado de Boston de abril de 2013, que se dispone a comparecer ante la justicia norteamericana.
Desde que ese mismo mes ofrecieran una emotiva conferencia de prensa, los padres de Tsarnaev, que ahora tiene 21 años, no han dado entrevistas ni han comentado nada sobre el juicio que se abrió ayer.
Su hijo se expone a la pena de muerte si se le condena por el atentado con bomba cometido el 15 de abril de 2013 contra la maratón de Boston. Antes del atentado, los padres, Anzor y Zubeidat, se habían mudado de Estados Unidos a Rusia y estaban viviendo en Makhachkala, la principal ciudad de la república rusa del Daguestán, en el Cáucaso norte.
No hay pruebas de que uno u otro hayan viajado a Estados Unidos el año pasado, y aparentemente dejaron su casa para irse a vivir a otro lugar cada uno por su lado. En abril de 2013, Zubeidat Tsarnaev acusó ante la prensa en Makhachkala a los servicios de seguridad norteamericanos de matar innecesariamente a su hijo mayor, Tamerlan, al tratar de detenerlo.
Tamerlan y Djokhar habrían colocado dos bombas caseras cerca de la meta de la maratón. El segundo fue detenido 102 horas más tarde, gravemente herido, en un barco en el que se había escondido a 10 km del lugar de los hechos.