El domingo se cumplirá un año de la muerte de Genaro Fortunato. Desde ese momento, Graciela Linares, su madre, casi no tuvo apariciones o declaraciones públicas. Su papá, Miguel Fortunato, en cambio, asumió el rol, sin quererlo, de ser el vocero de la familia.
Después de la condena a 3 años y 9 meses de reclusión pero en prisión domiciliaria que le impuso el Tribunal Penal Colegiado de San Rafael a Julieta Silva por atropellar y matar al rugbier, la mamá de Genaro rompió el silencio y el papá dejó aflorar todo su malestar.
No tuvieron reparos en cuestionar el veredicto de los jueces y, en el caso de Linares, anunció que recurrirá a la Corte mendocina para buscar la justicia que aún no encuentra.
La mamá de Genaro aseguró a Los Andes que el dictamen del tribunal "fue una desilusión grandísima".
El papá no fue más benévolo. "Soy ingeniero y, cuando me equivoco, tengo responsabilidad civil con lo que hago. Me gustaría saber quién reclama a los jueces que hagan lo que corresponde; aparentemente nadie", lanzó.
Hasta el día de la sentencia, Graciela Linares se mantuvo apartada de un micrófono o grabador. Durante el debate fue raro observar que hiciera un gesto de conformidad o reprobación para un testigo o los abogados.
Ella se dedicó a seguir atentamente lo que ocurría a su alrededor, convencida de que al final el mal trago pasaría y comenzaría la etapa que se pospuso por casi un año: el duelo.
Los jueces Rodolfo Luque, Julio Bittar y María Eugenia Laigle dieron el veredicto y, ahora sí, la mujer dijo lo que guardó por tanto tiempo.
"Fue una desilusión grandísima, otra más. Ya tuvimos un golpe muy bajo en la audiencia de apelación y ahora nos quedó un sabor muy amargo porque nunca nos imaginamos esto. Esperaba lo justo y esto no es lo justo", opinó Linares.
Con voz pausada, la mamá del fallecido rugbier siguió: "Independientemente de que Genaro no vuelve más y hay que aprender a convivir con este dolor que no se irá nunca, pienso que fue una decisión burlesca, cobarde. Considero que había suficientes elementos de prueba y, otra vez, los desestimaron".
“Un agravante como el vínculo no se consideró y quedó como un simple accidente. Sabemos que no fue así", agregó dolida la mujer.
"Hay muchos detalles que no pueden pasarse por alto. Quiero entender por qué y, aunque estamos sumergidos en este dolor, no nos nubla ni nos paraliza. No vamos a bajar los brazos porque Genaro merece una justicia justa y esto no lo es", añadió.
La visión del padre
Tras el final del debate y el fallo, Miguel Fortunato se muestra descreído del sistema judicial y reiteró que "no fue un accidente".
"Hasta el momento en que lo embiste puedo tener dudas si lo vio o no, pero una vez que lo impacta, no tengo dudas. Nadie puede decirme que no se dio cuenta que pasó algo", dijo a este diario el padre de la víctima.
"Si el ‘trapito’ no le quita las llaves del auto (a Silva), se va", agregó Fortunato.
Apelar, sin dudas
Miguel Fortunato eligió tomarse unos días para reflexionar y analizar los pasos a seguir. Pero Graciela Linares no tiene las mismas intenciones: la decisión de apelar a un tribunal superior la sentencia está tomada. "Sí, totalmente, porque es muy injusto", afirmó.
Y acotó: "No entiendo qué mensaje se está dando con esto. 'Salí, atropellá a alguien, total después decís que pensaste que era un pozo. Aplastás una cabeza y era un pozo, arrastrás un cuerpo 3 metros y no te diste cuenta'".
“Hacía 12 años que manejaba, dijo Julieta. No son pocos y todos sabemos que, si agarrás una bolsa o una rama, algo no está bien. ¿Pero agarrás un cuerpo de 1,80 m y 80 kilos y no te das cuenta? Esto es una burla", sentenció.
Linares se detuvo en un punto que excede al campo del derecho, y es el arrepentimiento.
“Si fue un accidente lo primero que haces es demostrarlo, dejarlo en claro, sobre todo desde el arrepentimiento. Pero no hubo disculpas. Seguro que no fue un accidente. Hubo una clara intención. Lo que me gustaría saber es qué mal le hizo Genaro a Silva", cerró.
La relación de pareja
La madre de Fortunato habló sobre el vínculo, que agravaba la pena, entre su hijo y Julieta Silva. "Hablaba mucho con Genaro, teníamos muy buen diálogo. Y sabía de la relación con Julieta. Ella lo venía a buscar casi todos los días y yo la veía", contó Graciela Linares.
Y agregó: "Él me contaba de sus viajes; había proyectado con ella. Eso de que Silva estaba intentando reconstruir la pareja (con Pablo Tabanera) y con Genaro solo eran amantes, no es así. Había una relación. Si no, cuando Genaro se quedaba a dormir en lo de Julieta, ¿Tabanera qué hacía? ¿Se metía debajo de la cama?".