El pequeño Giuliano Ibáñez, un niño de 2 años y 9 meses de edad, llegó sin vida al hospital Notti, en noviembre de 2017. Un golpe contundente, un sólo golpe, le quebró al columna vertebral. Ahora los 12 mendocinos que conforman un jurado popular deberán decidir este caso de maltrato infantil que se presenta con un variado menú de posibilidades: para la Fiscalía de Homicidios, la madre y el padrastro son los responsables del crimen; para los defensores de la madre, el culpable es el padrastro; y para los abogados del padrastro, la culpable es la madre.
Ayer, luego de que fuera seleccionado el el jurado, el juez técnico Diego Lusverti hizo ingresar a la sala de debates a Maximiliano Ortiz Rosales (29) y Yamila Ibáñez Benavidez (26), quienes está acusado de homicidio agravado por el vínculo y por alevosía y arriesgan penas de prisión perpetua.
Posteriormente, las partes iniciaron los alegatos de apertura en los que se fijaron tres postura antagónicas.
El primero en fijar su posición fue Fernando Guzzo, jefe de la Fiscalía de Homicidios (acompañado del fiscal Flavio D'Amore), para quienes tanto el hombre como la mujer son responsables del asesinato del pequeño Giuliano.
Luego fue el turno de los defensores oficiales Mariam Gil Yoma y Rubén Castro, quienes hicieron una encendida defensa de la imputada. La acción fue seguida con atención por su jefa, Mariana Silvestri, algo que hizo pensar que la Defensoría General de del Ministerio Público de la Defensa y Pupilar apuestan a tener un resultado favorable.
Por último, los letrados Gastón Andino y Raúl Sánchez, alegaron que su cliente, es inocente.
Un golpe tremendo
Ayer, el jurado pudo escuchar a los primeros testigos del caso.
Declaró en primer término un obrero que llevó a la mujer al hospital y luego se escucharon los contundentes relatos de las médicas del Notti.
La doctora Juana Montenegro afirmó que recibió a Giuliano en la guardia y notó como una compañera, al practicarle maniobras de reanimación Cardiopulmonar (RCP), "el pecho le crujía" por lo que sospecharon que había una quebradura.
"Cuando lo vi azul, comencé a reanimarlo y algo crujía. Es llamativo porque cuando se masajea no cruje", apuntó la médica María Polizzi, quien apuntó que la madre le decía que lo había retado y que "no largó el llanto" pero el cuadro no coincidía con un espasmo de sollozo.
Tres posiciones
Según la acusación, Giuliano fue golpeado brutalmente el 27 de noviembre de 20017 en la casa de la madre de Ortiz, donde la pareja vivía.
La madre del chico, con la ayuda de un vecino, lo llevó al Hospital Notti, donde tres médicos de guardia constataron que había fallecido y sospecharon que la causa de muerte habían sido golpes. Por eso se negaron a extender una certificado y denunciaron el hecho a la Justicia.
El fiscal Guzzo le explicó al jurado que la autopsia demostró que se trató de una muerte violenta. El niño pesaba 10 kilos y medía poco más de 1 metro y recibió un golpe que le quebró al columna vertebral.
Para el fiscal, no se trató de “una caída accidental sino que fue un golpe directo, intencional”.
"No sabemos quién fue, con qué lo golpearon, si fue la madre o el padrastro pero la ley los responsabiliza a los dos", dijo Guzzo, explicando que: a) la muerte por maltrato es un proceso y por lo tanto ninguno podía desconocer qué pasaba; y b) ambos son responsables, no sólo el que mata sino también el que omite.
La defensora Mariam Gil Yoma se refirió al estado de vulnerabilidad de Yamila Ibáñez, quien había sido echada de la casa de su madre y se fue a vivir a lo de la madre Ortiz, dejando a su hija al cuidado de su padre biológico.
"No fue la mejor madre pero eso no la deja en el lugar de haberlo matado", dijo Gil Yoma, explicando que Yamila se había ido a hacer compras con su suegra y, 40 minutos después volvió lo encontró arriba de una mesa y fue ella quien lo llevó al hospital.
Según la defensora, Yamila fue detenida y un día después le comunicaron que estaba detenida por el homicidio. En ese momento se dio cuenta del asunto “y ahí contó la verdad”.
"Ese día había una sola persona con Giuliano y murió por un solo golpe", afirmó el defensor Castro.
Por último, Andino afirmó que "acá la solución no es que los dos sean condenado sino quien golpeó a Giuliano. Vamos a demostrar que nuestro cliente es inocente". Para el abogado, la culpable es la mujer que, en un principio "dijo que lo estaba cambiando y se había quedado en el llanto" y luego cambió la versión.
