Los niños y los terrores nocturnos

Sucede que algunos niños no pueden conciliar el sueño por la noche debido a sus terrores nocturnos. Algunos consejos útiles.

Los niños y los terrores nocturnos

La oscuridad, la noche y el hecho de estar solos, sin nadie que les acompañe, les hace moverse continuamente en la cama, incluso llegando al extremo de gritar atemorizados.

¿Quieres ayudar a tu hijo? Este es un problema que preocupa a muchos padres y madres que quieren ayudar a sus pequeños para que puedan dormir bien por la noche. Existen pautas para prevenir este problema y otros similares que tienen que ver con la alteración del sueño en los niños y a continuación te damos a conocer algunos de ellos.

Los padres son los que más pueden ayudar al niño en este tipo de problema, empezando por evitar que éste entre en contacto con cualquier elemento excitante que lo active antes de irse a dormir, ya que esto incrementa las posibilidades de que el pequeño sufra terrores nocturnos no deseados. Estas son algunas recomendaciones para padres y madres:

- Tener presente siempre que el pequeño no sufre y que a la mañana siguiente no se acordará de nada de lo ocurrido.

- Evitar que el niño se dé cuenta de la preocupación de los padres, ya que este puede aumentar su nivel de ansiedad al pensar que no está haciendo algo bien

- Visitar a profesionales y especialistas, como los psicólogos infantiles en Valencia, en caso de que no se distingan las pesadillas y los terrores nocturnos.

- Apartar los objetos que estén cerca de la cama del niño y separarla de la pared para evitar que el pequeño se haga daño o pueda lesionarse.

- No despertar al niño cuando esté aterrorizado, ya que si tratamos de despertarlo mientras sufre un episodio de terror éste puede mostrarse violento y enfadado.

También existen varios consejos para mejorar el sueño del pequeño:

- Preparar cenas ligeras y hacer que el niño repose antes de irse a la cama.

- Dejar que el pequeño se exprese con total libertad, mostrando sus preocupaciones e inquietudes, ya que si no lo hace, todas estas experiencias pueden acumularse pudiendo causar algún problema.

- Bañar al niño con agua templada antes de acostarlo.

- Procurar acostar al niño todos los días más o menos a la misma hora, respetando siempre sus ocho horas necesarias de sueño.

- Intentar que el niño realice alguna actividad relajante antes de dormir, como leer un cuento o escribir en un diario, si la edad es la adecuada.

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