Once meses de bajas constantes en las ventas y sólo diciembre tuvo una modesta suba del 1,4% bajo el paraguas de las fiestas de fin de año. Obviamente esa suba no alcanzó para revertir 11 meses de caídas y el 2014 concluyó con una baja del 6,8% en las ventas minoristas, un fuerte descenso si recordamos que en 2013 la baja de ventas minoristas durante todo ese año llegó al 0,3%.
Así concluyó el comercio minorista mendocino que ha tenido uno de los peores calendarios que sus dirigentes recuerden desde el 2001. Sin embargo, el sector vislumbra un moderadísimo optimismo para los meses venideros sin perder de vista la cautela que impone un año electoral y confía en la unión en pequeñas asociaciones para potenciar las operaciones.
Los números que mes a mes publica la Federación Económica de Mendoza (FEM) atestiguan con su frialdad a la situación. Al medir las ventas en cantidades, liberando al dato de la distorsión de la inflación, puede observarse que tras un enero con una caída moderada (3,3%) y levísimas recuperaciones en junio (6,62%) y octubre (6,31%) como consecuencia del movimiento comercial que generan los días del Padre y de la Madre, el resto de los meses fueron para el olvido y dieron, a noviembre de este año, un promedio mensual a la baja de 7,59%.
“Advertimos que apenas iniciado el año, en enero, las ventas acusaron una baja respecto de enero del año pasado. Y eso se repitió sucesivamente todos los meses. Luego hubo una inflexión en octubre y algunos rubros empezaron a subir, pero el promedio general dio abajo. En noviembre aparecieron algunos elementos, como el programa Ahora 12, que han servido para tonificar un poco, y algunos rubros ya dieron positivo, aunque sea levemente, con respecto al año anterior”, señaló Adolfo Tripodi, presidente de la FEM.
Esta semana la FEM junto con la Universidad Champagnat publicaron un informe en el que destacan que los empresarios locales esperan un primer trimestre en el que continuará la recesión.
Venta ilegal y presión tributaria
Ya en el terreno del análisis, Alberto Minzer, presidente de la Cámara Empresaria de Comercio, Industria, Turismo y Servicios (Cecitys) que agrupa a los comerciantes del microcentro mendocino, especuló con que el crecimiento de la venta ilegal -con esquemas de negocios como el de La Salada de Santa Rosa y de las “saladitas” que han surgido por distintos puntos de la provincia- y una presión tributaria nunca antes vista, tuvieron su cuota de responsabilidad en la caída en las ventas.
“Los negocios que estamos en la economía formal pagamos un 40% en impuestos. Eso produce una marcada diferencia de precios. Los que están en negro, no pagan un peso”, señaló.
En julio último, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) ya advertía de una disparada de la venta ilegal en todo el país.
El mapa de la ilegalidad elaborado por la CAME mostraba cuatro grandes puntos rojos en el territorio nacional, y el segundo en importancia se posaba sobre nuestra provincia. El desembarco de La Salada, en Santa Rosa, contribuyó, según la entidad, a poner a Mendoza en ese mapa.
Y hace dos semanas, la misma CAME relevó el comportamiento de 151 municipios del país respecto del aumento o la creación de nuevas tasas, develando que casi el 70% de ellos incrementó la presión fiscal en los últimos tres años.
Para el caso específico de Mendoza, la confederación analizó el desempeño de cinco departamentos mendocinos: Godoy Cruz, Guaymallén, Capital, San Rafael y Rivadavia, y calificó de “abusivas” las subas registradas en los dos primeros y de “equilibradas” en los otros tres. El reporte señaló que en la capital provincial, “la tasa comercial subió 29,87% en 2014”, mientras que en Godoy Cruz las tasas al comercio y la industria treparon 36% y en Guaymallén 30% anual. “Para los comercios e industrias locales, son un exceso”, concluyó el informe.
Potenciar el consumo
Ante este panorama de caída constante, venta ilegal y presión tributarias crecientes, ¿qué herramientas les quedan a los comercios para subsistir y no morir en el intento?
Tanto Tripodi como Minzer coinciden en que la clave está en agruparse para poder conseguir mejores instrumentos de venta. “Hay que volver a las asociaciones de comerciantes, de calles, de barrios. Hemos desarrollado un programa con Capital para el Centro Comercial a Cielo Abierto. Esto dentro de poco se va a replicar en Tunuyán y en otros departamentos, para poner en valor los cascos históricos de las ciudades y volverlos más atractivos y más seguros”, dice el primero.
Por su parte, Minzer recordó que los negocios del centro han logrado acuerdos con ciertos bancos para ofrecer entre el 10% y el 25% de descuento en planes de 3 a 6 cuotas sin interés. “Esto es muy atractivo para la gente porque, por más que esté el Ahora 12, a muchos no les interesa endeudarse a tan largo plazo y prefieren planes de pago más cortos para las compras que hacen. También seducen mucho los descuentos por pago en efectivo que hace cada local de manera particular. La gente cuida mucho la plata porque no le alcanza para nada”, señaló el dirigente.
Altas y bajas en negocios de Capital y el movimiento del centro
Pese a que las ventas en el sector minorista han tenido un comportamiento a la baja durante todo el año, el balance entre altas y bajas de comercios en la Municipalidad de Capital se mantuvo equilibrado. Al 16 de diciembre, esa comuna registró 309 altas de nuevos negocios y 128 están aún en trámite, mientras que recibió el pedido de 358 bajas.
“Lo que hemos detectado, más bien, es un cambio de comportamiento muy fuerte en el tema comercial. Se están formando nuevos polos comerciales en zonas aledañas al Parque Central o a la avenida Arístides Villanueva. También vemos movimiento en la zona del pozo de
Maristas", explicó Mariana Juri, secretaria de Turismo de la Municipalidad de Capital.
Según explicó la funcionaria, la ciudad de Mendoza tiene particularidades distintas a otras urbes del país ya que tiene un centro comercial "muy activo".
“Tenemos medio millón de personas que entran y salen todos los días. Tenemos los servicios concentrados en la ciudad: hay 6 universidades con 42.000 estudiantes adheridos a Ciudad Universitaria y su Tarjeta U!, el 90% de la población universitaria vive en la ciudad. También tenemos el 70% de las entidades financieras y el 70% de la oferta hotelera y gastronómica”.
Estas particularidades, para Juri, distinguen a la ciudad también de los shoppings y otros centros comerciales ya que “ellos tienen una administración más centralizada y a nosotros se nos dificulta un poco más identificar a todos los comercios que se suman. Tenemos negocios más chicos, más económicos y que generan más empleo, pero también grandes tiendas de marcas reconocidas”.
Cambio de localización
Para Juri, lo que puede haber ocurrido en el microcentro es, entonces, un cambio de localización pero más bien vinculado con el costo de los alquileres.
Este análisis fue rechazado de plano por Santiago Debé, quien se desempeñó como presidente del Colegio de Corredores Públicos Inmobiliarios de Mendoza y ahora ocupa el cargo de secretario de Prensa y Relaciones Institucionales de la entidad.
Para el dirigente, “el que se va del centro es porque no puede pagar. El Parque Central no es una zona comercial. Alguien puede poner una despensa o una cerrajería, pero no mucho más”.
Debé puso como ejemplo lo que sucede con la calle San Juan, que está a una cuadra hacia el Este de la avenida San Martín. “Parece un cementerio, sólo hay playas de estacionamiento. El mendocino es muy conservador. ¿Por qué funcionaría algo en la Cuarta Oeste cuando no funciona a cien metros de la avenida principal de la ciudad?”, se preguntó el dirigente empresarial.
En cuanto al valor de los alquileres, el secretario recordó que muchos propietarios vienen desde hace ya un tiempo renovando los contratos por debajo del nivel de la inflación e incluso algunos sin actualizar los cánones a cambio de conservar los inquilinos para mantener sus inmuebles ocupados.